Emily se despertó esa mañana gracias al maldito despertador que no paraba de sonar. Extendió su mano para apagarlo, pero no pudo encontrar el botón, así que lo sujetó se lo lanzó a la pared.
Alison, sobresaltada, se despertó de un salto.
"Emily!"
La morena, aún confundida y con sueño, miró a Alison con los ojos cansados.
"Si, nena?"
"Por qué hiciste eso?"
"Se lo merecía. Ahora, faltemos a la escuela y sigamos durmiendo. Hasta mañana."
La rubia sonrió. Emily podía pasar días durmiendo, y sería una mujer feliz. Parecía un koala.
"Sabes qué? No quiero dormirme sin un beso," acercó su cara a la de Alison e intentó besarla.
No. Definitivamente no era un koala. Esta chica tenía el aliento de un oso.
"Emily Catherine Fields, tu boca no me toca hasta que te enjuagues la boca."
"Tampoco está tan mal, princesa."
"Emily. Al baño. Ahora."
"Señor, si señor!"
Se dirigió a la sala de estar, para averiguar qué carajos estaba haciendo su madre. Lo único que encontró fue una nota en la mesa, que decía:
"Te advertí sobre los asuntos fogosos. Me alegra que tu vida sexual sea con alguien que puede embarazarte, pero me desobedeciste. Castigada por dos semanas. Estaré en el trabajo, prepárate para cuando vuelva.
Con amor, mamá.
Pd: la próxima vez intenten disimularlo y pónganse algo de ropa al terminar."
Mierda. Su madre era rara. Muy rara.
Recordó que una hermosa chica estaba esperándola arriba, así que se apresuró al baño.
Se tomó su tiempo lavándose la cara, peinandose, duchándose y cepillándose los dientes. Normalmente no hacía todo esto los días que faltaba a la escuela. De hecho, esos días Emily parecía un vagabundo, pero Alison estaba con ella ahora mismo, y si la morena quería acción, debía estár presentable.
Salió del baño viéndose mucho mejor que cuando recién se había levantado, pensó Alison, quien nunca admitiría que la morena se veía hermosa cuando recién se levantaba.
"No querías seguir durmiendo?"
"Cambié de opinión. Quiero besos."
Se acercó a la rubia, quien seguía en la cama desde que se despertó, y la tomó de la cintura.
Acarició el cabello alborotado de Ali, y las caricias pronto descendieron hasta sus mejillas.
"Te ves hermosa, Alison."
El corazón de la rubia se derritió. Había tanto amor, tanto deseo, y tanto afecto escondido en esos ojos marrones, que solo una mirada fue suficiente para sacarle una de las sonrisas más grandes que alguna vez regaló.
"Tú también, Emily."
La morena le guiñó un ojo, y el momento romántico y cursi pasó a ser algo un poco más... picante.
Sus labios se fundieron en un beso lento y sensual, los labios de Emily haciendo maravillas con los de Alison.
Alison sintió una mano deslizarse por su torso hasta alcanzar uno de sus pechos, y se sintió algo mareada, pero lo dejó pasar.
Los labios de Emily pasaron a su cuello, y sintió que un nudo se le formaba en el estómago, pero lo dejó pasar.
Pero una gota iba a derramar el vaso tarde o temprano, y esa gota fue la mano de Emily esconderse por debajo del elástico de sus pantalones, pidiendo permiso para llevarlo más allá.
Alison se separó de Emily lo más rápido que pudo, y antes de que la morena pudiera hacer preguntas o ver las lágrimas en sus ojos, la rubia se marchó por la puerta.
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"No es como si la hubiera presionado... Tuvimos sexo anoche, mierda!"
"Emily, creo que necesitamos analizar esto de una manera más compleja. Estamos hablando de Alison."
"Será porque no estoy buena? No... No, olvídalo. Estoy buenísima..."
"Emil-"
"No es como si ella fuese una monja tampoco. Ninguna de nosotras es virgen. Tenemos diescisiete años y hormonas rebeldes, la puta madre!"
"Emily, basta! Deja de decir estupideces y comienza a ver las cosas desde el punto de vista de alguien maduro que se preocupa por los sentimientos de los demás!"
El grito de Spencer resonó por toda la habitación. Emily bajó de su nube e instantáneamente se sintió culpable. Había sonado como una imbécil que solo buscaba sexo. Cuál era su maldito problema?
"Mira, Em, estoy segura de que Alison se siente atraída tanto física como emocionalmente hacia tí. Y debe haber tenido sus razones para no querer acostarse contigo. Tal vez estaba lista para verte de una forma vulnerable anoche, pero no para que tú la vieras a ella."
Emily lo pensó por un momento. Era cierto. Ahora que lo analizaba, Alison nunca se había comportado así en sus sesiones de besos, pero nunca habían avanzado tanto tampoco.
Sus demostraciones de afecto habían avanzado rápido en la relación. Mierda, ni siquiera eran novias oficiales y Alison ya había tenido relaciones con ella.
Para Emily, la respuesta era simple: el sexo solo era una parte más de la relación. La gente tendía a sobrevalorarlo, pero ella y Ali eran más inteligentes, y sabían que tener sexo no era la gran cosa, sino algo más en una relación.
También sabía que había un par de cosas que Alison no le había contado todavía, pero eso no le molestaba, la rubia se lo diría cuando se sintiera lista.
Tal vez lo de esa mañana tenía que ver con uno de los secretos que Alison no había sacado a la luz.
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No podía evitarlo, se sentía como la mierda.
Luego de salir corriendo de casa de Emily, Alison llamó a su madre, llorando, para que la recogiera.
Su madre no hizo preguntas, la conocía bien, y sabía que si quería charlar, lo haría, así que tomó el silencio de su hija como un 'necesito estar sola'.
Entraron al pequeño apartamento que su madre les había conseguido, y se marchó a una de las tres habitaciones, que, suspuso, era la suya.
Se tumbó sobre la cama, la culpa, el miedo, el enojo y la tristeza se hicieron presentes al mismo tiempo.
Cerró los ojos, pero vió a Dylan. Abrió los ojos, pero escuchó la voz de Dylan. Comenzó a llorar más que antes, y sitnió las manos de Dylan recorriendo su cuerpo de manera bruta y desesperada.
"Basta," susurró, tapándose los oídos y cerrando los ojos.
Todo pasó rápido, y en cuestión de segundos, el recuerdo de esa noche volvió a ella.
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Hello.
Bue estaba tocando mi guitarra de forma depre y dije "ey escribí otro cap. que las lesbis están necesitando uno nuevo" y bue aquí estoy.
Nos leemos después, Irina.
