Capítulo 9.

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Jessica había vuelto al trabajo.

Jason estaba quién sabe dónde con Ian y Garret, sus amigos no tan amigables.

Su padre seguía en casa, pero Alison estaba segura de que se marcharía en pocos minutos.

Las agujas del reloj se movían muy rápido para su gusto y, antes de que puediera darse cuenta, la hora había llegado.

El timbre sonó, y Alison se apresuró a la puerta.

"Em, hola," saludó con una voz cargada de nervios y ansiedad, "pasa, por favor. Sube a mi habitación, en seguida voy."

La morena, confundida por la actitud de Alison, se limitó a sonreir debilmente y subir las escaleras.

Alison se preparó emocionalmente por unos minutos. Bebió un vaso de agua fresca, se empapó la cara con agua tibia -si, contradictorio, pero útil para ella-, y subió lentamente las escaleras.

Al entrar a su habitación, Emily la estaba esperando en la cama, sentada en el borde izquierdo, donde se encontraba su mesa de luz.

"Nuestras fotos ya no están," susurró la morena, con la voz quebrada.

"Tuve que remodelar mi habitación."

Un silencio incómodo invadió el cuarto, y Alison decidió interrumpirlo.

"Cuando tenía ocho meses aprendí a gatear," comenzó, con la voz baja, "cuando tenía once meses aprendí a caminar, y para entonces ya sabía decir 'mamá', 'papá' y 'taison'."

Emily decidió no interrumpirla, por más confundida que se encontraba.

"Cuando tenía dos años aprendí que correr cerca de objetos afilados era doloroso y caerse sobre ellos dolía como una perra.

"Cuando tenía cuatro años fui por primera vez al jardín de infantes, y conocí a muchas persona. Algunas me caían bien, otras se ganaron mi odio, otras me llamaban la atención...

"Cuando tenía cinco años, la profesora me hizo sentarme con una chica que parecía mi gemela. Se llamaba Hanna, y era muy graciosa.

"Hanna me presentó a su amiga Spencer, quien no hacía otra cosa que leer, escribir y repetir ese proceso.

"Cuando tenía seis años, Hanna, Spencer y yo nos acercamos a la chica nueva. Se llamaba Aria, y le gustaba pintar.

"Aria nos presentó a su mejor amiga, quien se llamaba Emily. Emily era hermosa, y nos enseñó a jugar al fútbol y al tennis. Emily era cariñosa y amable con todo el mundo, pero siempre me pareció que yo era su punto débil, ya que conmigo era mucho más atenta.

"Cuando tenía nueve, le pregunté a Emily qué quería para su cumpleaños. Ella me sonrió y me pidió que la sorprendiera. Ese día, ella me sorprendió a . Ese día me dí cuenta de que Emily no era solo una amiga para mí.

"Cuando tenía diez, los sentimientos hacia Emily comenzaron a desarrollarse, y le pregunté a mi madre si a las chicas podían gustarles otras chicas. Mi madre me dijo que el amor es el amor, y que uno amaba a quien amaba, no había remedio.

"Cuando tenía once años, le prometí a Emily que seríamos amigas por siempre. Pero rompí esa promesa.

"Cuando tenía doce, mi cuerpo y alma comenzaron a cambiar simultáneamente y, antes de que pudiera contar hasta tres, me diagnosticaron ansiedad, depresión y bipolaridad. Una a una me fueron cayendo encima."

Hizo una larga pausa, sin mirar a Emily. Carecía del coraje para hacerlo.

"Y ahora, con diecisiete años, esos sentimientos siguen desarrollándose, y mi promesa de sorprenderla sigue en pie. Así que, sorpresa, Emily."

Finalmente miró a Emily, quien estaba llorando en silencio, mirándola con compasión, pena y, amor? No podía ser.

La morena se abalanzó sobre la rubia y rodeó con sus tonificados brazos la cintura de esta.

"Lo siento, nena," susurró con la voz rota, mientras acariciaba su melena rubia, "debería haberme dado cuenta. Deberíamos habernos dado cuenta."

La cabeza de Alison, que había estado escondida en el cuello de Emily, comenzó a sacudirse debilmente de lado a lado.

"Cuando quieres ocultar algo en serio, nadie puede descubrirlo. Ni siquiera aquel quien más te conoce."

Emily la apartó de su cuello, y tomó sus pálidas mejillas entre sus delicadas manos.

"Cómo estás ahora?" preguntó, la culpa aún presente en sus ojos.

"Estoy excelente, Em. Si me controlo con los medicamentos, la depresión y la ansiedad apenas se notan. Estoy... trabajando en mi bipolaridad, pero estoy casi completamente bajo control."

Emily sonrió, y su pulgar derecho acarició su mejilla suavemente.

"Ali?"

"Mhm?"

"Eres una maldita y considerada idiota por apartarnos."

"Lo sé."

"Pero eres mí maldita y considerada idiota."

"También lo sé."

"Y Ali?"

"Sí?"

"Bésame."

Alison sabía que confesarle todo esto a Emily no sería fácil. Sabía que habrían lágrimas de por medio.

Lo que no sabía es que iba a terminar el encuentro con los labios ds Emily acariciando los suyos, saboreándose, sintiéndose.

No era el primer beso de ninguna de las dos, pero mierda, eso parecía.

La lengua de Emily jugueteó con su labio inferior, pidiéndole acceso. Alison abrió su boca ansiosamente.

En cuanto sus lenguas chocaron, ambas gimieron suavemente ante la dulce sensación.

Las manos de Emily presionaban sus cinturas juntas, y las de Alison tironeaban mechones de cabello castaño.

Se separaron para respirar, y Emily comenzó a plantar suaves y húmedos besos y su clavícula y en su cuello.

"No te dejaré ir, lo prometo," susurró Emily, depositando un último beso en la suave piel de Alison.

"No lo hagas."

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Yay Irina se dignó a actualizar porque el lunes es feriado por el 25 de mayo así que puede estudiar mañana y pasado *fiesta fiesta*

Quería contarles, en especial a las argentinas, que se comenzó un movimiento en Argentina, llamado #NiUnaMenos.

El movimiento habla sobre la alarmante cantidad de femicidios en Argentina y en el resto del mundo.

Esto me parece hermoso de parte de la sociedad, ya que como mujer, me da miedo salir a la calle todos los días, y no merezco eso.

Bue la cosa es que están pidiendo que se transmira la información así que yeah.

Bueno, eso fue todo. Aménme por el beso.

Las amo, adiós.

PD: MARLENE SUBIÓ FOTO SOBRE EMISON A IG :)

Who Are You? (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora