Capítulo V

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Decir que se sentía de los nervios le quedaba corto. Él siempre había odiado las túnicas y más las túnicas ostentosas, eran calurosas y estorbosas, muchas eran incómodas o picaban. Además, no lo dejaban correr, saltar y escabullirse, se atoraban en las ramas o se arrastraban en el lodo. Por esto él prefería utilizar pantalones aunque fueran un invento muggle. Se encontraban en la tienda de túnicas, ya que ni Percival ni Newton contaban con vestimenta adecuada para asistir al evento.

A pesar de su mala cara y sus quejas la rígida tela lo envolvió, las tijeras comenzaron a cortar a la medida y las agujas cosían a su alrededor, en un par de minutos una prenda de alta costura se había ceñido a su cuerpo. El par de cortinas que lo cubrían se abrieron, mostrándole al público la prenda terminada.

—¿Qué les parece?— Preguntó la modista orgullosa de su trabajo.

La prenda era de un color borgoña intenso con detalles dorados, tenía una cola que arrastraba en la parte trasera y colgandejos en las mangas.

—Muy Gryffindor— Comentó Newt con desagrado.

—¿Disculpe?

—Creo que el Señor Scamander se refiere a que ese color no le sienta bien— Intentó explicar Queenie.

—Si, además, él tiene un estilo un poco más minimalista— Agregó Graves.

—Ya veo— Con un movimiento de varita las cortinas volvieron a cubrirlo y la tela del traje se separó del cuerpo del magizoologo, deshaciendo las costuras y arrancando los botones para terminar rodeando nuevamente el rollo de tela como si nunca hubiera sido cortada. Esta vez se desplegó una tela color chocolate formando una túnica ceñida al tronco y discretamente holgada de las piernas llegando hasta sus tobillos, las mangas terminaban en elegantes puños negros con botones dorados, mismos que tambien adornaban su pecho formando dos lineas paralelas. Las cortinas se abrieron nuevamente.

—¡Es perfecta!— Gritó Queenie entusiasmada en cuanto lo vio.

—Discreto, elegante y cómodo— Agregó la modista.

—¿Qué le parece Señor Scamander?— Preguntó el auror.

—Me agrada.

•○●○•

La noche del evento Queenie logró una hazaña nunca antes vista: peinar los rizos pelirrojos de Newton Scamander.

—Te ves tan guapo— Halagó la bruja en tono maternal.

Newt se sentía apretado y rígido, la sensación le recordó a su madre regañandolo para que se mantuviera derecho y odió más toda esta extenuante situación. Bajó con su capa ondulando detrás de él, una prenda del mismo color de la túnica, con un forro negro y una esclavina que acentuaba sus hombros. En su sala lo esperaba Percival, deslumbrante con un traje de tres piezas completamente negro, su chaleco adornado por bordados dorados en las solapas y sobre sus hombros una capa de terciopelo negro que se sujeta en su cuello por dos broches dorados. Elegante y enigmático. Dejó a Newton sin palabras.

—¿Listo?— Le extendió su mano el auror.

Scamander dio una profunda inspiración, suspiró y asintió. Tendiendo su mano al hombre frente a él.

Al tocarse ambos desaparecieron.

•○●○•

Los colores del otoño eran los protagonistas de la noche, presentes en calabazas, velas, comida y decoración. El cielo estrellado que se proyectaba en el salón le dejó un sabor agridulce a Newton, no podía negar que era un hermoso espectáculo, pero le recordaba al gran comedor de Hogwarts. Lo último en captar su atención fueron el resto de invitados presentes, la crema y nata del Londres mágico y sus alrededores. Sintió sus piernas flaquear y sus manos temblaron.

Veneno para las pesadillas [Gramander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora