Capítulo XI

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Alastor permanecía en San Mungo en estado delicado, gracias a los encantamientos de Newt pudo dar aviso a sus compañeros sobre lo que ocurría, no llegaron a tiempo para detener a los Acólitos, pero si para salvar su vida. Tras esto, la traición de Travers fue revelada y se dio a la fuga. Se emitió su ficha de búsqueda junto con la de Vinda Rosier y otros allegados de Grindelwald.

La política interna del Ministerio de Magia colapsó ante la noticia, su Director de Seguridad Mágica era un traidor, la situación se había convertido en un escándalo mayor a lo ocurrido en el MACUSA con la usurpación de Percival Graves. Se había perdido por completo su credibilidad, obligando a todos los servidores públicos a someterse a interrogatorios. El Ministro de Magia ofreció al mayor de los Scamander el puesto de Travers, pero este lo rechazó no sintiéndose capaz de llevar una carga tan pesada sobre sus hombros en estos momentos. Theseus estaba inconsolable, perdió a su prometida y su hermano había sido secuestrado, la seguridad del mundo mágico era su obligación y le había fallado a las personas más importantes en su vida, trabajó todos los días al lado del hombre que le arrebató a su amada y nunca sospechó de él, no merecia ser llamado auror.

La ceremonia para despedir a Leta fue hermética y sencilla, su única familia era Theseus, lo acompañaron Percival, el profesor Dumbledore y unos pocos compañeros de trabajo en los que aún confiaba. Fueron días difíciles para Scamander y ahora entendía porque su hermano se sentía tan cómodo rodeado de estas personas, Percival, Jacob y Tina habían sido lo único que lo mantuvo a flote ante el desolador panorama. Tina era dulce y gentil, dispuesta a escuchar, pero también sabia para aconsejar. Jacob es amigable y gracioso, siempre conseguía sacarle una sonrisa y su comida reconforta el alma. Percival era muy diferente a ellos, aún se notaban en él las huellas de la guerra y la pérdida, continuamente tenía presente a Newt, se notaba lo mucho que lo extrañaba. Hablar con Graves había sido bastante liberador, tenían una actitud y temperamento similar, así que se sentía comprendido.

A pesar de la herida aún fresca por la pérdida, la estrategia para el rescate había sido trazada, sabian que debían actuar antes de que Grindelwald ejecutara su siguiente movimiento y encontrará a Tina. Dumbledore les había dado indicaciones muy generales para evitar que la conexión con el mago oscuro lo estropeara, a partir de ahí todo dependía de ellos.

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Dumbledore se apareció ante la imponente construcción color negro azabache, las nubes tormentosas a su alrededor oscurecían aún más el paisaje. La enorme puerta metálica se abrió rechinando y más de una docena de Acólitos salieron apuntando con su varita al apacible hombre que levantaba sus brazos. Detrás de ellos apreció Gallert, elegante, a juego con el lúgubre ambiente, seguido por Credence quien también portaba una ostentosa túnica.

—Vean lo que trajo el viento- bromeó el mago, acercándose a su par.

—Vine a ofrecerte un cambio, deja ir a Newt, Queenie y Credence, yo me quedaré en su lugar.

—Tantos años buscando la forma de tenerte a mi lado y solo bastó quitarte a tu protegido para traerte ante mi— dijo lo último con odio.

—Él no tiene tiene que ver en esto, ninguno de ellos.

—Me temo que tienes razón en eso, pero su sacrificio es necesario para la causa— explicó con falso pesar —, aunque, tal vez pueda considerar liberar a la Señorita Goldstein si su hermana estuviera dispuesta a ocupar su lugar.

—Eso no será posible, sé lo que pretendes y no lo permitiré- habló con su característica calma.

—Entonces vete— peleó alzando su voz, haciendo que Credence retrocediera un par de pasos asustado, continuó moderando su tono —ya no eres requerido para mis objetivos, será Credence quien me preste su poder para obtener nuestro lugar sobre los muggles— dio vuelta ofreciendo su mano al joven a sus espaldas, quien la tomó complaciente.

Veneno para las pesadillas [Gramander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora