Capítulo IV

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Siempre se había sentido como un rechazado, alguien diferente que las personas solían evitar, pero nunca había sido el centro de atención como lo es ahora y lo detestaba. Andar en los pasillos se había convertido en una tortura, tuvo que volverse un experto en los pasadizos y atajos del castillo. Se dirigía a su clase de pociones con el profesor Slurghorn, que desgraciadamente comparte con Gryffindor, estaba cruzando por uno de los pasillos que usa como atajo cuando pasos detrás de él lo alertaron.

—¡Ahí está Scamander!

Newt corrió, pero uno de los Gryffindor lanzó un hechizo al piso volviéndolo resbaloso y haciendo que cayera.

—¿A dónde tan apurado Scamander?

—Seguro iba a ver al profesor Dumbledore— Mencionó uno de ellos en tono burlón.

Todos a su alrededor comenzaron a reír y hacer sonidos de asco. Newton los observaba desde el piso intentando contener las lágrimas.

—¿Qué tienes ahí?— El león se agachó y le arrebató su mochila.

—No... por favor— Dijo el tejón con tono suplicante.

En cuanto Newt intentó levantarse, el Gryffindor lo devolvió al piso con una patada.

—¡Ugh! no lo toques.

—Podría contagiarte— Bromeó uno de los presentes mientras las risas a su alrededor aumentaban.

—Ups— Dijo el león después de vaciar las pertenencias de Newt en el piso. —¿Qué tenemos aquí?

—Otra carta de amor para el profesor.

—O tal vez otro de sus dibujos de acosador.

—¡No! ¡Basta! Solo son mis cosas— chilló Newt —Esa es mi tarea ¡devuelvemela!— Fue lanzado nuevamente al piso por otro golpe.

—Me llevaré esto— declaró tomando el pergamino —El quidditch me ha mantenido ocupado esta semana, supongo que tu bondadosa naturaleza de Hufflepuff no tendrá problema con ayudarme.

—Tal vez él no tenga problema, pero yo sí ¡Depulso!— Bramó Leta desde el final del pasillo, mandando a volar al Gryffindor.

—Es la loca Lestrange.

—¡Vamonos!

—¡Corran!

Los leones salieron despavoridos sin importarles abandonar a su compañero que había perdido el conocimiento al golpearse contra la pared.

—Creí que la valentía era una de las características de su casa— Rió Leta mientras levantaba el pergamino con la tarea de Newton —¿Cómo estás?— Preguntó acercándose a su amigo.

Newt secó sus lágrimas y guardó las cosas de vuelta en su mochila —No fue tan malo— Murmuró.

—Newt, esto se está saliendo de control. Esta vez te golpearon, tienes que defenderte— Ayudó a Newton a levantarse y comenzaron a caminar hacia su lugar seguro.

—Solo empeorará.

—Entonces debes decirle al Profesor Dumbledore.

Newton la miró lleno de pánico —¡No! Él no debe enterarse de esto nunca.

—Newt, no vale la pena. Nuestro deber como sangre pura es traer descendientes a nuestro linaje, si continúas con esto te repudiarán.

—No me importa, ya todos me consideran un fenómeno. Además, él es como yo.

—¿A qué te refieres?

—Tiene una fotografía con un hombre en su escritorio y lo ve como yo lo veo a él— Explicó, esta vez dejando salir sus lágrimas.

Veneno para las pesadillas [Gramander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora