Capítulo XII

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En una apacible calle del Londres Mágico, sobre el pintoresco local de la ya reconstruida panadería "Los Kowalski" se haya un salón expandido con magia y decorado con gran cantidad de flores rosas y moños blancos, velas flotantes iluminaban el lugar y en el centro había una pequeña cantidad de sillas acomodadas en hileras a cada lado de una alfombra blanca.

En uno de los cuartos contiguos Queenie se observaba en un espejo llena de ilusión, rodeada de las personas que más ama, alistando los últimos detalles de su peinado antes de que comience la esperada ceremonia. Portaba un tradicional vestido blanco, con un escote suelto y delicadas mangas de encaje, guantes perlados cubrían sus manos hasta por encima de los codos y una larga cola se arrastraba por detrás. Su peinado hacia lucir sus rizos naturales acompañados de un tocado de plata que le había obsequiado el Señor Graves. Su maquillaje y joyería eran modestos manteniendo su apariencia inocente.

—Te ves tan hermosa— halagó Tina conteniendo sus lágrimas.

—Luces como una veela— agregó Newt con una sonrisa sentimental.

La mujer les sonrió de vuelta con cariño y los abrazó. Al darse vuelta estaba Nagini con un bello vestido rosa palo cargando su ramo de peonías. La pequeña le sonrió entusiasmada, pues era la primera vez que presenciaba un evento así y estaba muy feliz por ambos; junto a ella se encontraba Eulally llena de orgullo, pues conoce a la menor de las Goldstein desde su primer año en Ilvermorny.

Unos golpecitos discretos llamaron la atención de todos en la habitación, la cabeza de Credence se asomó por la puerta —Los invitados están comenzando a llegar— avisó y terminó por adentrarse por completo a la habitación —¡Wow! Tía, se ve preciosa.

—Gracias Cielo— le envió un beso desde su sitio.

—Iré a recibir a los invitados— se excusó Newt y besó la mejilla de su amiga antes de salir.

Al final de las escaleras que conducían al salón Newt recibía regalos y daba saludos a los recién llegados, algunos amigos cercanos de América de las Goldstein y compañeros de trabajo de Tina, por parte de Jacob solo habían venido un par de trabajadores de la panadería con los que hizo buenas migas, un matrimonio de magos Polacos de sangre mestiza.

Un golpe pesado y seco resonó rítmico contra la madera del suelo, Alastor le dirigió una mirada cargada de vergüenza. Había visitado al joven auror en el hospital varias ocasiones, pero esta era la primera vez que lo veía de pie con su prótesis de madera y un bastón de apoyo en la mano contigua; ya no portaba su parche, este fue remplazado por un ojo de vidrio de un azul brillante, aumentando su exótica belleza. Lucía elegante con un traje sastre color verde y su cabello pelirrojo sujetado en una coleta —Señor Scamander.

—Alastor, es un gusto verte recuperado— sonrió sincero y se acercó para abrazarlo.

El rubor en el rostro del joven aumentó y correspondió el abrazo de forma tímida —Señor Scamander, quería disculparme por la forma en la que actué cuando nos conocimos, yo no...

—Tranquilo— interrumpió —eso quedó en el pasado— se separó del abrazo y depositó un tierno beso en la mejilla —Gracias por el sacrificio que hiciste para proteger a mi familia, eres un excelente auror.

Alastor lo observó conmovido y volvió a unirlos en un abrazo fuerte y cariñoso. Se separaron y el muchacho tomó asiento en una de las sillas lleno de satisfacción por las palabras que le obsequiaron.

El siguiente en llegar fue Theseus portando una elegante túnica, le dedicó a su hermano una sonrisa y lo abrazó con entusiasmo, esta vez sin incomodidad de por medio.

—Gracias por venir, Seus— Newt sabía que acudir a una boda sería algo amargo para su hermano, pero desde lo ocurrido él y Jacob se habían vuelto grandes amigos, aumentando su cercanía, así que Theseus hizo un gran esfuerzo por estar presente esta noche.

Veneno para las pesadillas [Gramander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora