Veneno para las pesadillas [Gramander]

Capítulo II

Ya bastante entrada la mañana, un rayo de sol traicionero se coló entre las claras cortinas llegando al rostro de Percival, quien no tardó en despertar al haber perdido la costumbre de dormir tantas horas seguidas. Lo primero de lo que se percató al estar consciente nuevamente fue del apacible movimiento que creaba el pecho de Newton al subir y bajar con parsimonia, incluso, si se concentraba lo suficiente era capaz de escuchar los latidos de su corazón. También podía sentir como el chico se encontraba aferrado a su pijama y a su cabello, aunque con un aguerre tierno y delicado, pero no parecía tener la intención de soltarlo pronto; supuso que se debía a que Newt tenía la fortuna de poder conciliar un sueño más profundo donde no era consciente de lo que su cuerpo hacía. Sin embargo, no podía explicar como él mismo había terminado acurrucado contra el pecho del joven y envolviéndolo en sus brazos de una forma tan... desvergonzada.

A pesar de las inmensas ganas que tenía de permanecer en ese sitio donde experimentó una comodidad que no recuerda haber disfrutado con anterioridad, se vio obligado a deshacer el abrazo antes de que Newton despertara y esta extraña situación se tornara más incómoda de lo que ya era en sus pensamientos. Salió de la cama y arropó a Newt para que descansara unas horas más y repusiera las horas que perdió por su culpa en la madrugada; se cambió de ropa, tomó un buen libro que llevó para entretenerse y bajó a la sala. Pensó en preparar el desayuno, pero apenas llevaba un día en la casa y desconocía dónde se encontraba cada cosa, así que prefirió esperar a que su hospedero despertara y después ofrecer su ayuda. Gracias a las confortables horas de sueño se sentía tan relajado que fue capaz de sumergirse en su lectura.

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Newton no acostumbraba levantarse tan tarde, era un hombre de rutinas; algo desordenadas y difíciles de entender para el resto, pero era su rutina. Sin embargo, sabía que recibir al Señor Graves en su casa sería un cambio muy grande en su día a día, esto complicaría muchas de sus actividades pues estas estaban un poquito relacionadas con ciertas criaturas que no eran del todo legales, pero no podía desaprovechar la oportunidad. Tina le había hablado sobre como al Señor Graves se le estaba complicando reintegrarse a la sociedad mágica después de lo que vivió en su confinamiento, así que después de escuchar su caso y aunque no conociera al hombre en persona no dudó en escribirle para ofrecerle trabajar con él en su proyecto de investigación. Creyó que sería más difícil convencerle, pero Percival aceptó inmediatamente y no sabía si era porque confiaba en él o porque estaba desesperado, posiblemente un poco de ambas, o eso esperaba. Así que, después de pasar la mayor parte de la noche en vela preocupado porque otra violenta pesadilla azotara a su huésped, le costó más trabajo del que esperaba despegarse de sus sábanas, pero teniendo a un invitado y a un montón de criaturas que alimentar respiro profundo y se levantó por fin de la cama.

Había despertado en cuanto Percival se levantó, pero no se atrevía a darle la cara en ese momento, ver el sufrimiento de otros saca su lado más sensible y puede que en ese momento haya olvidado un poquito los modales y las formalidades ¡Por Merlin! Si hasta habían dormido juntos y de una forma tan comprometedora, por supuesto que no se iba a levantar y darle "los buenos días" en ese momento, sería de lo más incómodo, por lo que se hizo el dormido hasta que Percival salió de la habitación.

Una vez levantado entró a su maletín y buscó su cuaderno para realizar las anotaciones de lo que observó durante la madrugada. Tina le había contado rumores sobre incidentes que ocurrían cuando el auror se quedaba dormido en el trabajo y el mismo Percival le contó sobre su condición por correspondencia, pero nunca imaginó que la situación fuera tan grave y le resultaba muy extraño no percibir alguna magia ajena a Percival a su alrededor que esté causándole este mal. Una vez terminó sus apuntes, Newt salió de su maleta para dirigirse a su cuarto y cambiar su ropa, cuando estaba a punto de bajar por las escaleras tomó aire dispuesto a ignorar el hecho de lo que sucedió en la noche y actuar con "normalidad".