Capitulo 12.

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Ok. Es probable que encuentres muchos errores  ortográficos en el cap, les pido disculpas.

Café.

Todo el lugar tenía ese olor.
Yo odiaba el café, solo me traía malos recuerdos.

— Tomé asiento señorita Dalcón - señorita los huevos que no tenía. — Tenemos que aclarar algo sumamente importante - como no tenia opción le hice caso —. Bien.

Tomo su tasa de café y le dio un sorbo.

No tenía el menor interés de estar en este lugar, el color blanco de estas paredes me causaba nauseas.

¡Me quiero ir!.

Sin embargo acababa de entrar, tan solo llevaba unos cinco minutos en ese lugar.

— Bien, ¿qué es lo que quiere? - fue mi respuesta hacia el doctor Dávila.

El por su parte suspiro y tomó su bolígrafo y su libreta de notas. Ya empezaba con su psicoanálisis...

Ay no que fastidio...

— Ok. Empecemos con las reglas - escribió algo que no pude ver, en su libreta — Si quiere que esto funcione y surta efecto, tienes que hacer todo al pie de la letra - no pude evitar el gesto de desaprobación que se formo en mi boca — Pero si de algo estoy consiente, es que no puedo confiar en que lo harás por ti sola.

No entendía un reverendo pepino lo que decía. O eso fue lo que pensé hasta que la  puerta se abrió, dejando a su paso al joven que entraba.

De inmediato comprendí lo que mi psiquiatra quiso decir, entendí a que se refería con  "no puedo confiar en que lo harás por ti sola". Lo que en realidad quiso decir fue " no puedo confiar en una mentirosa como tu".

Perfecto.

Tampoco puedes confiar en nadie.

Ese pensamiento resonó por toda mi mente, como si fuera una cueva y el eco rebotara por las paredes, como cual  pelota de goma.

Lieon se situó junto a mi, como cual soldado apunto de la guerra . Tal vez después de todo si hubiera una guerra, tal vez las ganas de meterle una cachetada, o darle con la silla en la cara, Solo em... por puro placer, fueran más fuertes que yo.

Se suponía que me ibas  a ayudar, no que ibas a ponerte de parte de éste loco que no dice  más que escorias y mentiras.

En fin, la hipocresía...

— Excelente ya estamos todos - el doctor le dio una mirada de refilón a Lieon antes de volver a su libreta. — Las cosas no serán fáciles para tu recuperación Angélica, tendrás que someterte a muchas terapias grupales, tomar uno que otros medicamentos recetados, por supuesto cada día Lieon te llevara las pastillas que se te receten  - ( no le pueden dar un frasco de pastillas a una suicida) eso fue lo que entendí de sus palabras — También  tendrás mí ayuda para superar el trauma que a causado el abuso, serán secciones muy intensa las que se aproximan.

Solo por una vez en mi vida quise quedarme ciega y sorda de golpe.

Me quiero ir...
Me quiero ir...
Me quiero ir...

Empecé a mover mi pierna de forma ansiosa sin siquiera percatarme. Al instante Lieon y el doctos se fijaron en mi repentino impulso.

Detuve mi pierna de golpe.

Ansiedad.

El doctor anoto otra cosa en su libreta, y me miro cuando continuo hablando.

— Muy bien señorita Dalcón ¿Esta preparada para oír las reglas que debe seguir?.

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