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-¡Hola! Soy Lara Leia- dije al chico que se encontraba detrás del escritorio recibiendo a los de nuevo ingreso

-¿Leia? - preguntó con una sonrisa de lado

-si…ya sabes cómo Leia Organa o Leía Skywalker- el sonrió y busco mi nombre en los papeles que tenía en sus manos

-si, aquí estás, ¿Facultad de artes visuales? - asenti sonriendo -¿En qué piensas especializarte?

-cinematografía - respondí contenta

-es graciosa que tu nombre sea Leia y quieras ser parte del medio cinematográfico - dijo mientras buscaba algunas cosas detrás de él -

-si…es algo así como poético, mi padre es muy fan de el universo Star Wars- dije con gracia. - tengo dos hermanos…

-no me digas, uno de ellos se llama Luke - yo rodé los ojos

-si…el otro es Han. Aunque se parece más a Chewbacca - el chico estallo en risas

-ya veo…aquí tienes, es tu kit de bienvenida y este el mapa de la universidad, debes presentarte en el edificio B para que te informen cual es tu habitación y mañana en un horario de 9am a 1 pm tienes que ir a las oficinas por tu horario y demás documentos.

-te lo agradezco mucho - dije luego de tomar mis cosas- nos veremos supongo

-supongo…ten un buen día Leia Skywalker

Me reí y me despedí del chico.

Si…mi padre resultó ser un gran fanático de la franquicia, dijo que era lo más increíble y futurista jamás creado en aquella época, fue por eso que juro que a sus hijos les pondría los nombres de los protagonistas, y claro, así es como nos nombraron.

Han mi hermano mayor, el tiene….25 años, es un poco idiota, no se parece nada al personaje. Terminó la carrera de medicina y comenzará a trabajar en el Hospital central de Seúl

Leía, esa soy yo, soy la de en medio y tengo 20 años, es posible que no sea tan hermosa como la Leia original pero sí comparto su sentido de responsabilidad y algo de madurez. Aunque apenas estoy empezando la universidad debido a que me tomé un año de descanso, quise alejarme de la horrible realidad viajando por el mundo y conociendo lo que podía.

Luke mi gemelo menor por dos minutos, si ya se, es una gran casualidad que seamos gemelos igual que en la película. El continuó con sus estudios con normalidad en caracterización cinematográfica, ya saben caras postizas, heridas, sangre falsa y todo eso.

Para mis hermanos ha sido algo chocante que nos comparen con aquellos personajes, pero a mí siempre me dió gracia, comparto la alegría de las películas con mi padre, una de las tantas cosas que tenemos en común.

Nosotros somos originarios de España, llegamos a Corea hace mucho tiempo por el trabajo de papá, hemos vivido aquí desde hace tanto que ya lo sentimos como un hogar. 

Mis padres son dueños de las empresas de tecnología más famosas y fructíferas de todo Corea, tienen a su cargo miles de empleados que año con año, innovan en telefonía, robótica y otras más como automóviles y demás ridiculeces, por qué si, para mí es absurdo todo eso. Yo solo me emocionó por el cine.

Durante nuestra vida hemos sido tratados diferente, demasiado diferente debido al apellido de mi familia. Y es que no hay nadie en todo Corea que tenga nuestro apellido, provenimos de una casa antigua que tiene su origen en el siglo XIII o algo así no se. Además de que claro, los Lara, somos dueños de muchas empresas, tanto en Corea como en Europa. Bueno son, por qué a mí no me interesan para nada las riquezas familiares

Aburrido…lo se. Pero es para que te des una idea de lo que tengo que soportar en mi vida y a dónde pertenezco, aunque creeme, te vas a sorprender después.

Cómo sea, dejando de lado todo este show, sigamos con mi historia.

Voy caminando hacia el edificio B, espero que no tenga algún compañero idiota en mi habitación, no me malentiendan, no soy alguien que desprecie a la gente por su situación económica, nosotros conocemos nuestras raíces y es que a pesar de tener un pasado de familias nobles, hemos luchado muchísimo para poder salir adelante.

-¡Buen día señor!- saludo al sujeto que está tras el mostrador de aquella oficina en el edificio

-Buen día señorita, ¿Viene por su llave? - asentí sonriendo.

-Así es, soy Lara Leía - el señor frunce el ceño pero no dice nada, busca mi nombre en el computador y acto seguido, una llave de las tantas que se encuentran colgadas en una pared detrás de él.

-aquí tiene señorita Lara, habitación 504, quinto piso

-le agradezco mucho - hice una reverencia y seguí con mi camino - ¡Que tenga un buen día! - dije cuando ya estaba algo lejos y el señor sonrió.

Suspiré, de nuevo en la escuela. Pero ahora me concentraría en dormir,  mañana me preocuparía por otras cosas.

Llegué a mi habitación luego de subir por aquel elevador y me encontré con un chico de aspecto curioso, él tenía muchos tatuajes en el brazo izquierdo y estaba concentrado en la pequeña televisión que seguramente metió de contrabando

-hola, soy Jungkook, no toques mis cosas - dijo sin despegar la mirada del pequeño aparato que estaba en una silla frente a su cama

-hola, soy Leia y no me interesan tus cosas Jungkook - dije sin mirarlo y comencé a sacar mis pertenencias de las maletas que llevaba

-espera, ¿Una chica? - me gire a verlo, tenía una expresión de confusión aunque también lucía divertido

-bueno la última vez que me ví si era una chica - levanté un poco mi playera por el cuello y me asome a ver mis senos - si, definitivamente soy una chica - le di una sonrisa de lado y continúe con lo mío

Escuche cómo el chico soltó una risilla nasal y dijo en tono bajo "le va a encantar"  ignore a mi raro compañero de habitación porque estaba muy cansada. Al terminar con mis cosas me dispuse a dormir un poco.

Desperté por un horrible dolor de estómago, tenía hambre, caminé hasta mi maleta no sin antes asegurarme que el chico no estaba y me tomé aquel horrible suero que mis padres siempre me obligaban a beber. Según ellos, eso me ayudaba a mantenerme saludable, luego de eso salí a buscar algo de comida. En serio la necesitaba

Llegué a la cafetería y pedí un ramen con kimbap, algo sencillo a mi parecer, pero que llena bastante. Busque una mesa entre todo el bullicio que comenzaba a formarse en ese lugar. A lo lejos, unas cuatro mesas de dónde me senté, estaba ese tal Jungkook hablando con otros chicos, cuando me vio sonrió de lado y luego desvío la mirada.

-agh, ¿por qué me tenía que tocar uno raro como compañero? - ignore al chico y seguí con mi comida.

Al terminar decidí dar una vuelta corta por el campus, había muchos jardines y algunos árboles de cerezo adornaban la zona, se veía muy lindo.

Por la noche mi raro compañero no apareció, supongo que fue a una fiesta o algo así. Deje eso de lado y me dispuse a dormir.


Mafia Min: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora