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Francia

La familia vagaba por las calles buscando refugio, tenía poco que habían llegado a ese país luego de haber vivido mucho tiempo entre las riquezas que habían logrado obtener. Pero eso ya no importaba, el dinero era algo asqueroso para ellos, ya no los satisfacía para nada.

Ellos solo viajaban de noche y con el oro que lograron sacar de aquella mansión en la que vivían, conseguían viviendas temporales, no servían por mucho pues, de nuevo deberían viajar debido a su condición.

La era de las guerras fue un alivio para ellos, había tantos muertos en combate con muchas heridas que nadie se molestaría en investigar las marcas dejadas en los cuerpos.

Así lograron sobrevivir por algunos años, de pueblo en pueblo, a veces de país en país

-mamá, aún tengo hambre - decía la pequeña entre susurros, se veía más débil y demacrada

-espera cariño, pronto podrás comer algo - respondía la madre con dulzura, su pequeña nena sufría al igual que sus hermanos, pero ella era quien odiaba más todo lo sucedido, odiaba su nueva vida, odiaba el dinero y lo que este provocó en su familia.

-¿Mis hermanos? - pregunto la pequeña

-fueron con tu padre a los campos de batalla - la pequeña hizo una mueca

-siguen sin dejarme hacer algo, no es justo que Alonso y Agustín puedan ir y yo no. - dijo con un puchero - ya no soy una niña

-para mis ojos siempre serás mi pequeña niña, mi hermosa Alba - respondió la madre acariciando el cabello de la pequeña

-no me acostumbro a estos nombres - la niña volvió a reclamar. - son feos

La señora sonrió y la abrazo muy fuerte, tratando de transmitirle un calor que su cuerpo había perdido hace más de 60 años


Abrí mis ojos por la luz cegadora de la mañana, esperen.¿Luz? ¿Qué hora es?

Rápido tome mi teléfono de la mesita de noche, preocupada porque seguramente me quede dormida y ya era tarde para la universidad, revise la pantalla y si, era tarde, pero también era sábado. Suspiré de alivio

-Menos mal - decidí levantarme ya, pues mi teléfono marcaba las 11am.

Busque algo cómodo en mi armario, no quería quedarme en la mansión, pero tampoco saldría a hacer cosas muy extravagantes.

Encontré un jean azul obscuro y una playera holgada aunque no gigante. Tomé eso y me vestí, arreglé el cabello solo cepillandolo. Baje a desayunar y luego de eso, salí sola de aquella gran casa

-okey…bus..bus…vamos al bus - iba caminando con tranquilidad hacia la parada de autobús más cercana, la cual estaba bastante lejos. - menos mal que me gusta caminar.

Se que Yoongi va a enloquecer por qué salí sin avisar y sobre todo sin guardias o un chófer, pero ya estoy tan fastidiada de su actitud que realmente no me interesa si se enoja más.

Luego de varios minutos caminando por fin llegué a esa parada, poco después llegó el autobús y me subí con dirección al centro comercial cercano.

Las chicas me mensajearon cuando iba en el transporte así que decidimos salir las tres, sería una tarde alegre con ellas.

Llegué al centro comercial y me senté en una de las mesas del área de comida a esperarlas, una llamada fastidiosa llamo mi atención cuando saque el teléfono de mi chaqueta

-¿En dónde estás?

-revolcandome por ahí con veinte chicos que encontré en la  calle - respondí con cansancio

-estoy hablando en serio, Leia

-no te interesa Min, concéntrate en tus asuntos y déjame en paz - dije lo más calmada posible

-oye yo….ayer me sobrepase y no debí golpearte…lo siento - no respondí, me quedé en silencio en la linea - por favor hablemos, siento que todo se me está saliendo de las manos y ahora más que nunca necesito que tengas mucho cuidado

-Nada va a pasarme y tampoco a tu queridísima mafia, además los sociopatas no tenemos sentimientos ni interés en los demás ¿No?

-sabes perfectamente que no eres así, tú no tienes eso y no entiendo por qué no te
interesa negarlo

-por que para ti es más fácil tratarme como una loca que interesarte una pizca en mis asuntos, así que ya deja de fingir que te importa y déjame hacer lo que quiero

Colgué la llamada y apague el teléfono, hablar con ese chico ya es una causa perdida y yo quiero mantener mi poca paciencia y paz mental intactas.

Poco después llegaron mis amigas y por fin comenzamos a recorrer las tiendas, yo no compre nada, en realidad mi plan era ir al cine para distraerme. Lo único que compre fue algo de comer por qué pasamos tanto tiempo en ese lugar hasta que dieron las cinco de la tarde y yo ya moría de hambre.

Esa tarde llegué a casa y Yoongi no estaba, seguramente se había ido a cualquier lugar a matar gente de su padre o yo que se.

Yoongi

-¿Le pediste perdon? - pregunto Namjoon mientras limpiaba su navaja

-si

-¿Le pediste hablar con tranquilidad? - ahora fue Jimin, el guardaba algunos instrumentos de tortura en una gran bolsa

-algo así…

-¿Por qué no solo le dices que en serio te interesa y te gusta - voltee a ver a Jungkook, el dueño de aquel estúpido comentario

-¿Estás imbécil? - pregunté incrédulo - ¿Cómo se te ocurre semejante estupidez?

-no es el único que lo piensa hyung - ahora Taehyung hablo - todos nosotros creemos que ella te gusta, de una manera algo…extraña pero aún así, te gusta

-estás loco, - le di la espalda y mire al sujeto frente a mi, uno de los seguidores de mi padre al cual torturamos para sacar información

-Jimin encargaté de esta basura - el mencionado asintió y salió en busca de una bolsa enorme para meter al sujeto.

-Cambiando el tema hyung - Namjoon hablo - ¿Hoseok no te ha llamado? -

-ayer lo hizo, al parecer lo único que pudo obtener es que los nuevos aliados de mi padre están en Daegu, pero solo eso sabemos

-Me intriga mucho saber quienes son, - agregó Taehyung - aquel tipo mencionó algo sobre fantasías y cuentos pero…no se…

-seguramente lo dijo como metáfora o algo así - respondí- solo necesitamos encontrarlos y matarlos como a este tipo- patee el pie del sujeto muerto frente a mi.

-por cierto Hyung - dijo Jungkook - el ataque a la sede de tu padre está listo, solo falta que des la orden y todos entrarán para acabar con su negocio más grande.

-perfecto, no perdamos tiempo con eso y que se haga mañana mismo. -respondi sonriendo

-por supuesto - dijo el menor también sonriendo-

Una de las sedes de mi padre y la más grande, es un bar que tiene en Itaewon, el lugar es enorme y está en una de las zonas más alejadas y rodeado de maleantes de mala muerte. Por lo que se, ahí maneja la mayoría de sus negocios, y es el centro de compra/venta de drogas, armas, trata y renta de mujeres y niños, algo completamente asqueroso y es por eso que mañana mismo, iremos a desmantelar el lugar para liberar a esa pobre gente de ahí.

Mafia Min: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora