Un años atrás...

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-Lo siento mucho pero no se puede hacer más- me decía el médico que trataba a mi padre-El cáncer es más agresivo y el tratamiento es mucho más caro- las palabras del hombre apuñalaban mi corazón haciéndome entrar en un remolino de dolor y desesperación; mi padre es el hombre más bueno del mundo ¿Por qué esta en esta situación? En Tailandia hay miles de personas y muchas de ellas son malas; entonces ¿Porque castigar a mi padre? ¿Porque castigar al hombre más bueno del mundo?

-Biu no podemos tener por mucho más tiempo a tu padre en este hospital, lo mejor es que lo lleves a casa- aquellas malditas palabras me sacaron de mis pensamientos y tuve ganas de golpear al médico pero no lo hice ya solo me quedaba suplicar por piedad o caridad –Por favor no me diga eso, le juro que conseguiré el dinero y pagare todos los gastos médicos pero por favor no eche a mi padre, se lo imploro- mis lágrimas cegaban mi visión y mi cuerpo temblaba por el miedo –Un mes- dijo el médico sin pizca de compasión alguna- Tienes un mes para conseguir el dinero y pagar toda la deuda o sino tendrás que enfrentarte a la ley- el tipo me señalo la puerta y supe que era hora de marcharse de aquel lugar.

Me despedí del médico con una reverencia y me dirigí a la habitación de mi padre; el hombre que se encontraba en aquella cama de hospital estaba completamente pálido y calvo, de su mano derecha pendía el suero. Verlo en aquella situación me mataba y me dolía saber que por culpa de mi pobreza aquel hombre que había dado tanto por mí sería echado a la calle, que por mi culpa y por mi falta de empleo él no tendría oportunidad de vivir; por mi culpa mi padre moriría en las peores condiciones.

Estaba a punto de caer pero el amor que tengo por mi padre me hace ser fuerte así que me acerque hacia aquel viejito lindo, me limpie las lágrimas y los mocos para acercarme a él-Hola viejito- dije en voz baja y después lo bese en la mejilla derecha pero como respuestas obtuve un apretón en mis mejillas –Mi cachetitos de ardilla gorda ¿Dónde estabas? Te extrañe mucho- mi padre sonreía mientras masajeaba mis cachetitos adoloridos y rojos.

-Estaba hablando con el médico para ver cómo estas de salud- le conteste con un nudo en la garganta pero tenía que fingir ser fuerte para transmitirle alegrías a mi viejito lindo-Ya no tengo salvación- respondió con una sonrisa- Mi niño lindo ya no te desgastes y déjame morir en paz, debes vivir tu vida; debes de disfrutar tu juventud y no malgastarla en cuidar a un viejo que está solo a tres pies de estar en una tumba- mi padre besaba mis manos para así decirme que él ya había aceptado su muerte, que él ya se había dado por vencido.

-No me digas eso, eres lo único que tengo en la vida y no te quiero perder; aun hay esperanzas y me aferrare a ellas- respondí enojado rápidamente, él hombre que me había enseñado a luchar y no darme por vencido se estaba derrumbando y eso me molestaba sobre manera- No te des por vencido porque yo no lo hare, no te dejare morir ¿Te queda claro?- y ante estas últimas palabras me eche a llorar y abrace a papá con todas mis fuerzas.

Me quede abrazado a aquel cuerpo que respiraba con dificultad y recordé mi niñez. Mi padre y mi madre se habían casado siendo unos adolescentes y con el tiempo la presión de tener una familia y un hijo les empezó a pesar hasta llegar a los golpes e incluso a las adicciones, ninguno de los dos me quería porque según ellos yo les arruine la vida. Cuando cumplí cuatro años ellos me abandonaron en aquella casa y ahí me quede durante algún tiempo hasta que empecé a llorar por hambre, frió, miedo y porque mi pañal ya estaba muy sucio.

Gracias a mi llanto el señor Tao me rescato y desde entonces él se convirtió en mi padre, él me cuido a pesar de no tener parentesco alguno, me educo y me pago los estudios y sobre todo me enseñó a amarme y aceptar mi condición de doncel. Él es mi padre y lo amo demasiado y esa es la razón por la cual no quiero que me abandone.

Salí de aquella habitación y en el pasillo me derrumbe por completo, llore de impotencia, no podía conseguir el dinero para saldar la deuda que ya tenía con el hospital y mucho menos pagar los gastos que se venían. Me sentía tan inútil e inservible y lo único que hacía era llorar y con esa maldita agua salada que brotaba a mares de mis ojos no podría pagar todo ese dinero.

Tenía que hacer algo pero que cosa; no tenía nada que vender o empeñar, realmente no tenía nada de valor y eso es lo que más coraje me daba; no podía pedir un préstamo en el banco puesto que mi trabajo no me da muchos ingresos ¿Qué puedo hacer? ¡Maldita sea! ¿Qué puedo hacer?

Estoy totalmente desesperado y en estos momentos sería capaz de venderle mi alma al diablo para obtener todo el dinero y así salvarle la vida a papá.

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