Estaré En Tus Brazos Esta Navidad (Novela Cristiana)

Capítulo 7

Al día siguiente 

Casa de los Graham

Faltaban ya pocos días para Navidad.

Mis padres me habían comentado que la tía Andrea nos había invitado a la casa de la abuela Miriam, este año harían una actividad familiar para celebrar la cena navideña ahí, pero ellos dijeron que lo iban a pensar, ya que no querían que saliera otro comentario fuera de lugar en frente de nuestra familia, menos que Stephanie tiene 11 meses de casada y 3 meses de embarazo. 

Me levanté de mi cama, hice una oración y procedí a arreglarme para ir a trabajar a la cafetería. 

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Al llegar a Golden Grain, vi que ya mis compañeros estaban ahí acomodando las mesas y horneando los pasteles, cupcakes y galletas, todo con temática navideña. 

Mi amiga Anna también estaba ahí, pero tenía un rostro de preocupación y tristeza, lo que me preocupaba mucho porque ella siempre es muy alegre. 

—Hola, Anna, buenos días, ¿Te sucede algo, amiga?— Le pregunté mientras me quitaba mi saco y mi bufanda rosada. 

—Buenos días, Aly... Creo que tienes que ver esto— Me decía mientras sacaba una revista de su bolso. 

—¿Qué es esto?— Pregunté extrañada. 

—Míralo tú misma— 

Anna me dio la revista con una página abierta, no pude creer lo que vi. 

"La exitosa modelo Francela Thompson anunció que ya no se llevará a cabo su matrimonio con George Walters, hijo menor del magnate de negocios, Albert Walters, Francela está destrozada y asegura que es el peor momento de su carrera, puesto que su fama en el mundo del modelaje podría decaer, además, admitió que George dijo con sus propias palabras que está enamorado de una chica cuya identidad es desconocida en el mundo de la farándula."

Dios mío, lo más doloroso para mí no solo fue leer esto, sino también pude ver la fotografía de George con la chica y un corazón roto en medio. 

El George que conocí aquel día no es quién dice ser, mis propios ojos están viendo al chico del que me estaba enamorando en una revista junto a una modelo de alto rango.

—George me mintió... Él no se apellida Wallace ni es de Nueva Orleans, y además, es hijo de Albert Walters, el multimillonario y dueño del edificio Walters, ese era el mal presentimiento que tuve aquella noche— Dije mientras una lágrima corría por mi mejilla. 

—Amiga... Todo esto es muy extraño, pero, ¿Por qué razón lo haría?, él no se ve que tenga malas intenciones— Preguntó ella mientras tomaba la revista en sus manos.

—Seguramente para burlarse de mí porque no soy multimillonaria como él, ni soy modelo, ni famosa, solo soy una chica ordinaria— Dije con pesar. 

—Pero mira— Dijo señalando la revista. —Aquí dice que él está enamorado de una chica cuya identidad es desconocida en el mundo de la farándula, amiga, ¡Esa chica eres tú!— Agregó con emoción. 

—Quizás sea otra mentira, Anna, ya no sé qué creer— Dije con tristeza mientras miraba por la ventana del local. 

Mi amiga seguía insistiendo en que debía hablar con George, pero, creo que por el momento no tengo el valor para hacerlo. 

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Departamento de George

La claridad del día comenzaba a iluminar la habitación del joven pelinegro, la alarma sonó y George se levantó para ir al trabajo, siempre dándole gracias a Dios por un día más de vida. 

Ahora que ya no tenía chofer, decidió tomar un taxi para ir a la empresa en la que trabaja. 

Mientras iba de camino a su trabajo, vio en su teléfono una noticia en las redes sociales, aparecía su fotografía junto con la de Francela y un corazón roto, dando fin a su futuro matrimonio arreglado. 

George sabía que la autora de todo esto había sido Francela, pues ella sabe que a él no le gusta salir en revistas ni en la televisión, esa era su forma de desquitarse con él. 

"Espero que Alyssa no haya visto nada de esto" , Pensó. 

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George no podía concentrarse en el trabajo de solo pensar si Alyssa vio esa noticia, pueda ser que no porque ella trabaja y pasa muy ocupada, pensó en decirle a Will que lo acompañara después del trabajo para decirle la verdad a Alyssa. 

En la tarde, mientras el joven George escribía un documentos en su computadora, su jefe, Wilbert, lo llamó para reunirse con él en su oficina. 

El chico subió hasta la oficina de Wilbert y procedió a entrar.

—Buenas tardes, señor Wilbert, ¿Necesita hablar conmigo?— Preguntó con respeto. 

—Así es, George, siéntate, por favor— Decía el hombre mientras cerraba su laptop.

George se sentía muy preocupado, su jefe nunca se había visto tan serio como en este momento. 

—George, eres uno de mis mejores colaboradores, siempre he respetado a tu señor padre, pero... Tengo que pasar por la pena de despedirte, no es mi decisión, viene de los altos mandos después de que se enteraron de la noticia de hoy en la mañana, temen que tu padre quiera arruinar nuestra empresa, por lo tanto, tomaron la opción de tu despido definitivo— Explicó mientras le entregaba unas hojas para que las firmara. 

El joven pelinegro estaba desilusionado, firmó los papeles de despido, se despidió de su jefe y compañeros, tomó todas sus cosas y salió de la empresa con el corazón hecho pedazos, sentía que el mundo le caía en sus hombros. 

George llegó a su departamento, en medio de su decepción, se arrodilló y le oraba a Dios, pues él sabe que Dios no lo abandonaría a pesar de que su futuro ahora le era incierto. 

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Minutos después, Will llegó para acompañar a George. 

—¡Will!, amigo, qué gusto verte, ¿Cómo te fue buscando empleo?— Le preguntó George mientras cerraba la puerta de su departamento. 

—No muy bien, amigo, dejé currículums por todos lados, pero esas personas no se veían muy convencidas— Replicó con desilusión. 

—Ya somos dos... El día de hoy me despidieron de mi trabajo, ya no sé qué voy a hacer, solo tengo dinero para subsistir por dos meses— Decía George mientras se sentaba en el sofá. 

Will le decía a George que siguiera teniendo fe, algo mejor vendrá, el Señor quita, pero cuando devuelve, multiplica. 

También le decía que debía ir a la cafetería y hablar con Alyssa para decirle toda la verdad. 

—Tienes razón, Will, debo ir y explicarle todo— Dijo mientras se levantaba y se ponía su suéter. 

—Así es, amigo, no debes engañarla más— Replicó Will con una sonrisa. 

Ambos caminaban hacia la cafetería Golden Grain. 

Durante el camino, George iba pensando en cómo decirle todo a Alyssa, incluso quería decirle que estaba empezando a enamorarse de ella, pues sabía que Dios los había hecho el uno para el otro, la dulzura y humildad de Alyssa cautivó el corazón de George, y tal como dijo Will, una chica tan dulce no merecer ser engañada. 

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Al llegar a la cafetería, George y Will vieron a través de las puertas de vidrio que Alyssa estaba adentro sola, sentada en una de las mesas mientras tenía una taza en la mano y leía la Biblia, se veía pensativa, su mano sostenía su quijada. 

Esto le hizo pensar al joven pelinegro que la chica ya sabía sobre esa noticia, ahora sí debía decirle todo, ya no tenía otra opción. 

George intentaba abrir la puerta, pero sentía que su cuerpo temblaba del solo pensar que podría perder a una chica tan virtuosa como Alyssa.