Capítulo 5

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Durmieron por un buen rato, hasta que Kao despertó algo desorientado dándose cuenta que la luz de la habitación aun seguía encendida, miro el reloj de la mesita de noche y dedujo que había dormido aproximadamente hora y media, sintió el cuerpo que tenía agarrado a su cintura y una sonrisa pícara cruzo por sus labios, con su mano libre comenzó a recorrer la piel expuesta de su acompañante, haciendo que se erizara por cada caricia que le daba, se inclinó un poco y aspiro el delicioso aroma a durazno que Gulf despedía, lo tenía completamente embriagado con él.

Siguió con su andar por su suave piel, logrando escuchar unos pequeños gemidos y suspiros que entre sueños emitía el otro pelinegro, quien estaba sonriendo por sus atenciones pero que aún no abría los ojos y que traviesamente comenzó a mover su mano a través de su pecho y abdomen hasta llegar a su virilidad la cual tomo entre sus manos comprobando lo excitado que ya estaba, comenzó a acariciarlo de arriba abajo juntándolo con el suyo propio, para ese momento ambos estaban completamente despiertos, los gemidos y gruñidos ya se podían escuchar en toda la habitación; en un movimiento rápido Kao le dio vuelta a la situación colocando a Gulf debajo de él quien gimió su nombre completamente complacido al sentir como sus intimidades se rozaban.

—Eres tan perfecto, jamás me imagine estar contigo en esta situación—. Le dijo mientras descendía su rostro para repartir besos a lo largo de su cuello —Eres tan tentador—. Chupo y lamio cada extensión de piel bajando por su pecho, hasta llegar a su miembro erecto que sin muchas ceremonias lo tomo entre sus labios para comenzar a darle placer de una manera en la que no lo había hecho esa noche.

— ¡O por Dios!, ¡sigue asi!—, hablo Gulf entre gemidos tomando entre sus manos aquellos cabellos negros queriendo enterrarse por completo en aquella cavidad bucal —Solo un poco más, estoy casi allí—. Pidió en medio de un gemido, moviendo sus caderas queriendo llegar más profundo y Kao en vez de apartarse, hizo con más ahínco su labor hasta que este exploto en un placentero orgasmo en su lengua.

Aun no había terminado de recuperarse de todo el placer que había sentido, cuando sintió los labios del pelinegro mayor sobre los suyos haciendo que se probara a sí mismo, momento que aprovecho para introducirse en su interior en una sola estocada — ¡Kao!—, gimió sintiendo como comenzaba el vaivén de caderas.

—Me estas volviendo adicto a ti—. Jadeo el hombre sin dejar de moverse, estaban completamente perdidos en su aromas y en todas las sensaciones que estaban recorriendo sus terminaciones nerviosas, se sentían en el mismísimo cielo, en esos momentos solo eran ellos dos dejándose llevar por la pasión, los embistes se estaban haciendo cada más rápidos y erráticos hasta que llegaron nuevamente juntos al paraíso como la primera vez que lo hicieron esa noche.

Cayendo nuevamente exhaustos en la cama, pero esta vez Gulf tenía la cabeza directo en el pecho del otro en el lugar en donde estaba su corazón, se quedó quieto escuchando sus latidos que poco a poco iban llegando a un ritmo normal, inhalo su aroma colocando una sonrisa de satisfacción en sus labios al sentir en el ambiente como sus olores particulares se combinaban en uno solo, se quedó asi por un rato sin que el sueño llegara a él, aún estaba algo excitado y el mundo de los sueños se le estaba haciendo esquivo, levanto un poco la mirada y se dio cuenta que Kao se había quedado dormido, lo cual le dio una idea que inmediatamente llevo a cabo, tal y como había pasado hace tan solo unos instantes pero al revés, comenzó a repartir besos por el pecho del otro, haciendo un camino directo a su intimidad, pero antes de que pudiera llegar a su objetivo fue detenido por la voz de la persona que ya no se encontraba tan dormida.

—Al parecer eres insaciable, ¿estás listo para otra ronda?

— ¡Oh sí!—. Sonrió pícaro Gulf mientras se levantaba de la cama y se colocaba a horcadas sobre la pelvis de su amante y comenzaba a introducir el miembro ya despierto en su interior, ahora él era quien tenía el control de la situación y tenía todo la intención de aprovecharse de aquello, con la mirada le indico a Kao que las manos estaban fuera cuando este intento agarrarlo de la cintura para marcar el ritmo, le hizo caso y las coloco debajo de su cabeza para disfrutar del espectáculo que tenía delante de sus ojos, ver al pelinegro menor en aquella posición lo tenía completamente extasiado y duro por lo que estaba por venir.

Amor Oculto Entre DiscusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora