Capítulo 12

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Después de su acalorada sesión de sexo Gulf había terminado tan agotado que se había quedado dormido, por eso dos horas después estaba allí en la cama sin querer abrir los ojos, sentía vergüenza de sí mismo, de lo que había hecho, se dejó llevar por las hormonas complicando aún más las cosas entre ellos, pero es que un toque de esas manos en su cuerpo y sentía como algo se encendía en su interior, simplemente no lo podía evitar, suspiro derrotado tratando de levantarse pero Kao lo abrazo más a su cuerpo desde la parte de atrás.

—Necesito ir al baño—. Intento zafarse con mas ahínco pero este no lo dejaba ir — ¡Míster seriedad!, necesito ir al baño—. Se quejó retorciéndose en sus brazos y sacándole un gemido.

—Si sigues moviéndote asi, no te dejare ir a ninguna parte, créeme...— Pego sus caderas a su trasero para que sintiera la erección que le había provocado con sus movimientos, beso su cuello y con la mano que tenía pasada por encima de su cintura comenzó a darle sensuales caricias, tratando de convencerlo de que se quedara allí.

—Por favor, es urgente que vaya al baño—, susurro quedándose quieto en su sitio.

—Bien—. Suspiro apartándose —Ponte una camisa y por favor no vayas descalzo—. Cosa que hizo sin chistar el otro pelinegro, tenía demasiada prisa como para ponerse a discutir en esos momentos.

Terminada sus necesidades, se lavó las manos para luego dejarse caer en un banquito que había en el baño, no quería regresar a la habitación, el peso de lo que había hecho estaba sobre su cabeza, asi que se quedó allí meditando sobre lo sucedido, tenía tantas preguntas sin respuesta en esos momentos que no sabía por dónde comenzar.

— ¡Gulf!, ¿estás bien?—. Toco la puerta el hombre sacándolo de sus pensamientos, no se dio cuenta que ya llevaba más de diez minutos allí encerrado, pero igual no contesto y por ello Kao se tomó la libertad de entrar — ¿Gulf?, ¿porque no me contestas?—. Se notaba un poco de preocupación en su voz, sobre todo al ver la mirada perdida que lo recibió.

—Lo siento yo solo... —Se quedó callado sin saber que decir, por lo cual decidió hacer lo que conocía bien —¿Porque entras de esa manera?, ¿quién te dijo que podías hacerlo?, ¿qué tal si estaba sentado en la poceta y tu entraste asi?

—No me respondías—. Se encogió de hombro —Pensé que te había pasado algo—. Se metido las manos en los bolsillos del short que se había colocado —Perdón por preocuparme por ti...

—Bueno, ya viste que estoy bien... Ahora si me disculpas voy a tomar un baño—. Lo empujó hacia la salida sin ningún éxito porque este se plantó firme en la puerta.

—No, nos bañaremos juntos—. Se acercó a la ducha para regular el agua.

— ¡De eso nada!, quiero que te vayas, yo puedo bañarme solo—. Estaba nervioso, no podía aceptar su cercanía.

—Pues hazte a la idea de que nos bañaremos juntos—. Se quitó el short —No puedo permitir que te metas en tus pensamientos nuevamente y te pase algo como resbalarte...

— ¡No seas estúpido!, nada me va a pasar... el que no puede permitir algo soy yo, no puedo permitir que te bañes conmigo—. Se cruzó de brazos enfadado.

— ¿Porque no puedes compartir el baño conmigo?—. Levanto una ceja divertido —Ya te he visto desnudo y tú me has visto a mí, no hay nada que tengamos que esconder el uno del otro—. Se acercó y le quito la camisa para que estuvieran en igualdad de condiciones.

— ¡Eres un idiota!—, contesto sintiendo la erección contraria presionando contra su trasero.

—Es probable que lo sea, pero aun asi nos bañaremos juntos—. Lo cargo al estilo nupcial para meterlo bajo la ducha — ¿Esta bien la temperatura del agua?

Amor Oculto Entre DiscusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora