CICATRICES OCULTAS

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28 DE SEPTIEMBRE DEL 2023

Camino por los pasillos de aquel corredor, acercándose el fin de este semestre. Estoy a punto de graduarme y, sinceramente, ya había acabado con mi estabilidad emocional. Antes entraba con Mary o Daisy hablando. Inventaron rumores de que salía con mi primo, y eso hace tan solo una semana. Esa misma semana me habían encerrado con insectos. Todavía le agradezco a mi amigo Evan por haberme ido a sacar. Además de lo que pasó con Daryl, decidí vengarme saliendo con su mejor amigo Elier. A pesar de lo mal que suena, su mejor amigo ya sabía y decidió ayudarme sin que él saliera lastimado porque no sentía nada.

En esa semana los dos nos usamos mutuamente: él para darle celos a una chica llamada Sam y yo para vengarme de Daryl. El problema fue cuando yo empecé a sentir cosas por él. O quizá fue el apoyo moral que me hizo aferrarme a él, y él había logrado su cometido. Volvió con esa chica, y luego decidimos acabar con esa farsa. Después me enteré de que Daryl se había adueñado de él, en forma simbólica, ya que a la semana engañó a la chica. Sentí pena por ella y por mí. Después de esa noticia mis sentimientos por él fueron desapareciendo.

La cosa no fue mejorando cuando empecé a disfrazar el mal por amistad. Después de dichos rumores, las personas de la escuela solían llamarme "puta" y "zorra". Y no los culpo. Kevén, mi primo, con el que inventaron dichos rumores, solo pasaba pegado a mí. Daisy se sentía mal. Yo también me hubiera sentido mal si solo la hubiera dejado tirada como un juguete.

—Puedes dejar de hacer eso —le dije a Kevén, enojada.

—Calma, si somos primos nadie dirá nada —dijo con tono divertido.

—A ti te gusta estar en rumores, a mí no —respondí con simpleza.

Habían pasado varios segundos de silencio. Yo estaba observando el teléfono cuando sentí cómo Kevén, a mis espaldas, se tensaba. No le tomé tanta importancia hasta que oí una voz cargada de furia desde un costado de nosotros.

—Kevén, ¿acaso no oyes que la dejes o es que eres sordo? —dijo Evan mientras se acercaba a mí. Yo solo abrí la boca por la sorpresa.

—Aléjate de ella —dijo Kevén con furia notable.

—¿O qué? —replicó Evan con una sonrisa socarrona en los labios.

Si bien, Evan le ganaría fácilmente sin ningún golpe. No estaba ni mental ni físicamente para eso, aparte de que Kevén estaba siendo un completo idiota. Hice lo más razonable posible cuando Evan terminó de llegar a mi lado. A pesar del odio que tenía con el contacto físico, agarré su mano y hablé con firmeza.

—Kevén, tú no decides quién se acerca o no a mí —dije con autoridad. Vi cómo se asomaba una sonrisa orgullosa en los labios de Evan, y sonreí con diversión—. Y tú, corazón, no tienes derecho de meterte en peleas que no son tuyas.

Evan seguía con esa estúpida sonrisa arrogante. Esta vez alzó una ceja divertida. No me había dado cuenta de que no iba uniformado. Vestía una camisa blanca de manga larga elegante que se le ajustaba mucho a los músculos del torso y brazos, y unos pantalones negros de vestir también ajustados a su cuerpo. Kevén, por su parte, refunfuñó algo y luego salió dando zancadas enojado.

—Ese idiota tiene la culpa de irte molestando con ese palillo —dijo Evan con simpleza, y luego agregó con arrogancia— Corazón, ¿eh?

—Déjalo, solo fueron pequeños puyones. Es un amigo y fue mi mejor insulto para ti —dije con una mueca.

—Oh sí, un insulto —frunció el ceño y luego agregó—: Amigo o no, familia o no, la próxima vez que lo vea lo haré pedazos. Estás sangrando, Life.

CONFÍA EN TI #1 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora