018.

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La noche a sido larga y la notoria incómodidad de Harold no ayuda en nada.

Se bien que nos besamos y que la situación fue algo... Que jamás pensé que pasaría, pero paso.

Observó a Harold hacer la cena mientras tengo en brazos a Jian quien está casi dormido.

– me he vuelto experto en cargar niños, ya no voy a necesitarte mucho por aquí. – hago una pequeña broma para alivianar el ambiente.

– ¿así que te lo quedaras?.

Observó a Jian y luego a Harold. – no creo pero lo tendré con migo hasta que algún familiar aparezca, se que aparecera alguno por ahí y me librare de él.

Veo que Jian esta mas dormido que despierto y lo llevo al sofá para tenerlo vigilado. Algo que ya eh aprendido de un niño es que nunca pero NUNCA hay que perderlos de vista y que debes preocuparte del silencio y no el desorden y el escándalo.

Escucho un quejido proveniente de la cocina y me dispongo a ir rápidamente hasta allá.

– ¿¡que pasó!? – le grito en voz baja y el me muestra su dedo el cual se a cortado y brota sangre.

Subo rápido las escaleras y voy al baño a llevarle el botiquín de primeros auxilios.

Al llegar con el veo que ya esta lavando la herida y presionando el lugar dañado.

– ¿eres tonto?, ¿acaso querías cocinar tu dedo también? – le regaño y este ríe y se queja al momento que le hecho alcohol para limpiar su herida.

– despacito, despacito que me duele. – escucho sus quejas pero le sigo limpiando con algodón y alcohol. – menos mal y no estudiaste medicina, los pacientes se fueran muerto, no por la enfermedad o la herida, si no por ti.

Ambos reímos por su chiste y de repente todo otra vez en silencio.

– perdoname por haberte besado, es que yo solo...

– ya basta. – le corto su disculpa y le coloco una curita con un osito. – no importa, ya pasó y listo.

– no, claro que importa Bowen, tu me gustas y ya, de verdad, ya no puedo ocultarlo mas y que me hayas dicho eso de tu jefe me enfado y por eso te bese y...

Tapo su boca con mi mano. – Harold, por favor ya basta, no quiero perderte y no quiero perder esta amistad que tenemos.

El quita mi mano de su boca y la toma, cubriendo mi mano con la suya. – Bowen, me gustas. Ya lo dije y todo apartir de ahora va a cambiar, ya nada va a ser igual, no puedo ser tu amigo porque ya no te veo como eso, te he visto en tus peores momentos, tu igual me has visto a mi, he estado en tus pequeños logros y tu en los míos, sabes todo de mi, ¿como me gusta el sandwich?.

Escucho su pregunta y como si fuese algo automático mi boca se abre y responde como si nada – sin bordes, dos láminas de queso y una de jamón con lechuga y salsa de piña y que quede bien tostado. – quito la mirada de Harold y observo otro lado para asimilar lo que acabo de decir. ¿Que?.

– ¿ves? Algo que es tan insignificante, que no tiene relevancia y tu lo sabes y me lo preparas así.

Carajo.

– Harold, de verdad todo esto es muy confuso... A mi me gustan las mujeres, no me gustan los hombres y de repente de la noche a la mañana me gusto que mi jefe me besara y luego tu y todo esto es una completa mierda y no se...

Harold a vuelto a arremeter contra mis labios y este vez... Esta vez le sigo el beso, que importa todo esto, que importa la situación, ya me vale todo.

My DadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora