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–señorita, podría decirme dónde queda...–veo como está me ignora olímpicamente mientras mantiene su vista en la computadora con expresión de fastidio.

–déjala, esa cosa ni sentimientos tiene–me habla la otra recepcionista que está al lado de está mal educada.

–ya veo... Bueno, solo quería saber dónde se encuentra la oficina de...–vuelvo a leer la tarjeta dorada–¿Bruss Connor?.

La joven me mira de pies a cabeza y se acerca más a dónde estoy quedando casi acostada en la mesa de recepción mirándome detalladamente como si estuviera buscando algo en mi–¿Como para que lo busca?.

–pues... Estoy aparentemente "trabajando" desde hoy con el y no sé dónde se encuentra su oficina, no sé si podrías orientarme un poco, ¿si?–pido su ayuda con algo de vergüenza ya que no acostumbro a pedirla mucho y menos a mujeres y no, antes de que vengan con su hate, no soy un machista opresor, solo que yo nunca busco ayuda de nadie.

Tanto la chica que me atendió educadamente y la que no, se miran entre sí y se levantan de inmediato–por favor por aquí, déjeme y le escoltó hasta el ascensor.

–obvio no, déjeme y yo lo escoltó, disculpe mi ineptitud de hace rato y por favor se lo ruego, no le diga nada al jefe Connor del mal trato que le di, de me otra oportunidad, se lo suplico–la chica de mala educación me ruega por que no le diga nada a este tal "Bruss" de su mala atención.

Ok... ¿Que diablos está pasando?.

¿Porque tanta amabilidad repentina?, ¿porque el mundo no es plano si no redondo?, ¿porque tengo hambre?.

Dicho y echo, ambas chicas me llevaron al ascensor y me dieron las indicaciones de dónde era, no sin antes preguntarme si quería algo de comer, algún café, té y muchas cosas mas que rechace, si lo hice aunque me estuviera muriendo de hambre.
Luego de todo eso me dirijo al último piso de esta empresa.

El viaje será largo, espero no dejar mi estómago en el elevador, no sería una escena muy agradable.

...

Al abrirse las puertas del ascensor veo un pasillo corto y desolado con unas puertas de cristal polarizadas y a un costado de estas hay algo parecido a un sensor. Observo la tarjeta y luego al sensor y así sucesivamente como un grandísimo idiota pero luego de un rato veo como las puertas del ascensor se cierran y salgo más rápido que flash en una maratón queriendo encontrar un baño por culpa de la diarrea.

Suspiro y acomodo mi traje, barato, pero con clase... O eso creo. ¿Que?, soy pobre pero fino.

Me acerco al sensor y colocó la tarjeta en esta y de inmediato las puertas se abren y una voz se escucha dándole la bienvenida al dichoso Bruss Connor y yo solo puedo mostrar mi asombro formando una "O" casi perfecta con mi boca.

Entro a la oficina de mi nuevo jefe y me quedo anonadó ante tanta belleza, oficina amplia, grandes murales pintados de color gris ceniza, alfombra peluda en todo el suelo color negro y esos ventanales enormes con una amplia vista de toda la ciudad, para morirse de verdad. El lugar está decorado con lámparas en cada esquina, sus posiciones algo simple pero muy elegantes y dos escritorios, uno inmensamente grande y uno más pequeño... ¿Y el mío?.

En ese momento las puertas de la oficina se abren y vuelvo a escuchar la voz de esa mujer robótica y al hacerlo dejan ver a mi nuevo jefe y como de costumbre cuando veo a una persona importante, gracias a papá, le hago una reverencia.

–buenas tardes–me incorporo y mantengo la vista en la linda alfombra.

–primero... Mira Me a los ojos, nada de mirar la grandiosa alfombra de cien mil dólares cada metro.

¿¡Que!? ¿¡Cien mil cada metro!?, ¡estoy ensuciando mínimo un cuarto de mi salario mínimo!, ¡Este tipo está loco! ¿¡Cuentos metros tendrá está oficina!?, ¿¡porque no mejor robo una y la vendo!?.

–segundo: ya tengo tu contrato el cual revisaras y firmaras, y tercero...–se acerca a mi y acomoda mi corbata–buenas tardes.

Asiento y trago grueso–bien... N-no he podido revisar estos papeles ya que no sé bien que es lo que voy hacer señor.

–ok... Primero leé el contrato y luego hablamos de eso.

Asiento y camino a su escritorio donde se encuentra ya sentado.

–aquí está, puedes leerlo y decirme que tal, cabe destacar que no se puede modificar.

Asiento y empiezo a leer el contrato.

Lo único que me interesa de este hojerio es el pago y el pago es...

Dejo el contrato de golpe en el escritorio y me levanto viendo espantado aquellas hojas.

–eso no puedo ser–señalo la hoja y el agarra el contrato.

–¿que no puede ser?–pregunta el con curiosidad revisando el contrato.

–mi pago.

–¿Porque?, ¿Es muy poco?, ¿quieres que lo incremente?.

–¿¡Poco!?,¿¡incrementar!?, ¿¡esta usted loco!? ¡Creo que podría alimentar a una familia numerosa en un mes con todo eso y hasta me sobraría para los gastos personales y escuela de cada uno de los niños!.

–para mi lo es... Eso no me alcanza ni para dos días, como sea, ¿ya leíste el contrato?.

La verdad no pero tengo flojera de hacerlo, siete hojas para contratar a un simple secretario o lo que sea que vaya a trabajar con el me parece mucho así que, voy a omitir eso y saltare a donde tengo que firmar.

–si, todo.

–ok, entonces firma.

Y así lo hice, sin saber en lo que me estaba metiendo.












π°π°π°π°π°π°π°π°π

Hola mis postres de maracuyá nuevo capítulo espero y les guste.

No olviden suscribirse, darle laik y compartirlo con todos sus amigos y no amigos xDxDxD

Ok no jajajaja besos, nos vemos.





~SeokBinWoo

My DadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora