Nuestro hogar en el mañana || Nɪᴄᴏ Dɪ Aɴɢᴇʟᴏ(edición)

✨ Capítulo 2 ✔︎

♕ ✧ ✧ ✧ ✧ ✧ ✧ ♚

❝ Cuentos de vida ❞

♛ ✦ ✦ ✦ ✦ ✦ ✦ ♔

~ 1ro de marzo de 1940
Desde que la guerra estalló, muchos conflictos armados se llevaron a cabo. Los Di Angelo, debido a su poder político, estaban a salvo, pero los Bloom no corrieron la misma suerte.

Era un día lluvioso, con nubes grises que cubrían el cielo, y apenas había luz alrededor. Frente a una casa victoriana, dos niños estaban sentados en la entrada, sus rostros tristes mientras hablaban. Dentro de la casa, los padres del niño hacían los últimos arreglos para su partida.

—Hey, no llores —dijo el niño, tratando de consolar a la pequeña niña que tenía a su lado.

—¿Cómo quieres que no llore? Te vas a ir y me voy a quedar sola. Además, te olvidarás de mí —respondió la niña entre sollozos.

—Eso no es cierto. Siempre te voy a querer y recordar —le aseguró el pequeño.

—¿Pero qué pasa si me olvidas? —insistió Lily, su voz temblando.

—Lily...

—¿Qué pasa si conoces a otras personas? —continuó, cada vez más angustiada.

—Lily...

—¿Qué pasa...?

—¡LILY! —la interrumpió, alzando la voz—. No te voy a olvidar ni conoceré a otras personas como te conozco a ti. Tú eres y serás la única chica que, aparte de mi mamá y hermana, querré mucho más en el mundo.

El llanto de Lily se calmó un poco, aunque aún le corrían algunas lágrimas por las mejillas. Se sirvió la nariz con la manga de su abrigo y asintió lentamente.

—Sólo prométeme que no me olvidarás —pidió, su voz apenas un susurro.

Nico sacó de su bolsillo una pequeña cadena con un anillo que brillaba suavemente a la luz grisácea.

—¿Te acuerdas cuando de pequeños decíamos que nos íbamos a casar? —preguntó, esbozando una sonrisa.

Lily soltó una carcajada entre lágrimas y asintió, recordando.

—¿Cómo olvidarlo, Príncipe de las Tinieblas? —respondió burlonamente, haciendo una exagerada reverencia con los ojos aún hinchados por el llanto.

—Jaja, igual, princesa del Mar —ambos estallaron en carcajadas, como solían hacer cuando jugaban.

—Ahora, esto es la prueba de que no te olvidaré. Cuando seamos mayores, te lo pondré en tu dedo para que veas que cumplo todas mis promesas —dijo Nico, entregándole la cadena con el anillo.

Lily estaba eufórica y sorprendida por el gesto. Su rostro se iluminó con una mezcla de felicidad y tristeza.

—Sí, te esperaré. Sabes que aquí siempre tendrás un hogar, ¿no? —dijo, intentando contener las lágrimas.

—Sí, tú eres mi hogar, así como yo soy el tuyo —respondió Nico con firmeza.

Ambos apoyaron sus frentes, compartiendo un último momento antes de separarse.

—Juntos —dijo Lily, alzando su meñique.

—Por siempre —respondió Nico, entrelazando su meñique con el de ella, formando una cadena con sus promesas.

Con una última mirada, Nico se dio la vuelta y se alejó bajo la lluvia, dejando a Lily con la esperanza de un reencuentro conmovedor en el futuro.