IX

48 13 3
                                    

¿Qué habrá más allá de lo prohibido?
Esa pregunta siempre rondaba por la cabeza de ambos jóvenes.
¿Qué pasaría si fueras libre?, Libre de ser tu mismo, sin miedo, libre de expresar lo que sientes y libre de amar a quien tu corazón elija. Ojalá hubiera una respuesta para aquello, y solo hasta entonces ambos soñarían despiertos en aquél sótano, quien era testigo de las grandes platicas entre Namjoon y Jin.

A los once años creemos que todo es posible, la realidad es ajena a nosotros y nos concentramos en nuestros sueños más maravillosos.

- Quisiera crear un grupo, un grupo de personas como nosotros- dice Jin- somos muy jóvenes todavía, tenemos once, pero cuando tengamos la oportunidad no hay que dudar en hacerlo

- ¿ A qué te refieres con... Personas cómo nosostros?- pregunta Nam quien estaba recargado en la espada de Jin, el sótano a veces se podía convertir en un lugar muy ameno.

- Bueno, personas con diferente pensamiento -suspira- es como si no pertenecieramos a ésta época.

-Oh tiene sentido -sonrie- Bien, entonces cuando seamos grandes ese club será creado.

-Nam...

- Mande

-¿Y cuál es tu sueño?

-Mi sueño... -Namjoon sonrió- escapar

- ¿Escapar? -Jin frunció su entre cejo y se dió la vuelta para mirar a Nam.

- Escapar contigo, a un lugar hermoso como en los cuentos, con un gran prado y hermosas flores, donde tengamos nuestra propia casa, con nuestro ganado y cultivos, siendo felices -suspira- ese es mi más grande sueño, si lucho por ello estoy seguro que hará realidad, pero para eso necesito saber si...

•••

- ¿Quieres escapar conmigo?

-¿Qué?

Namjoon estaba en la casa de Jin, no tenía intenciones de llevarse una pieza de pan, pero a Jin si.

-Nam estoy trabajando, si me voy me darán la paliza de mi vida

-Vamos ellos se están sacando los mocos mientras  tú haces todo.

Jin iba de aquí para allá, sus manos estaban tan ocupadas que no había visto a Nam desde que llegó ahí, para pedirle que se escapara con él a un lugar que el claramente desconocía.

- solamente serán unos minutos Jin.

El castaño por fin miró a Nam con una ceja alzada, era obvio que no iban a ser unos cuantos minutos, si ambos estaban juntos los minutos se volvían las mejores horas del día.

- Imagino que te harás responsable de lo que pase, nunca me he escapado en mi hora de trabajo

Namjoon tomó las manos de Jin

- Rompe un poco las reglas, yo me haré responsable de lo que pase después

Jin soltó un suspiro, miró hacía atrás donde estaba su familia y al ver que no le prestaban atención soltó una sonrisa y salió de aquel lugar, dejó a los clientes esperando y también al pan.
Namjoon tomó la mano de Jin y empezó a correr, corrió y corrió tanto como sus piernas se lo permitieron. El mundo se redujo a tan solo dos jóvenes, confundidos por el amor y el miedo, sus alrededores se volvieron borrosos, aquel pueblo se quedó atrás y los árboles frondosos tomaron su lugar.
Iban colina abajo, justo por debajo del puente que llevaba al castillo de Eltz, un hermoso arroyo les dió la bienvenida y sin dejar de correr lo cruzaron.
A lo lejos se pudo apreciar lo que parecía el final de aquel inmenso bosque, sin embargo, cuando ambos cruzaron los últimos árboles se dieron paso a un pequeño prado, el pasto era tan verde como una esmeralda, adornado de pequeñas flores y al otro extremo de aquel prado había una inmensa arboleda, pero no eran los típico árboles verdes, aquella arboleda era de árboles Guayacán , unos árboles teñidos de  un hermoso morado, o dorado, también había rosas, blancos y hasta rojos. Dignos de un cuento de fantasía.

Aquél lugar parecía una frontera entre la realidad y una hermosa fantasía, aquellos colores llenaban de alegría y nostalgia el corazón de ambos jóvenes, quienes estaban enfrente de aquel lugar tan majestuoso.

- No pensé que existiera un lugar así -dice Jin con un brillo hermoso en sus ojos.

-A veces hay que sobrepasar nuestros límites para encontrar algo maravilloso -toma nuevamente la mano de Jin.

Se adentraron en aquel lugar tan colorido,sin embargo sus piernas pedían un descanso, así que se sentaron recargandose en un árbol color morado, las hojas de éste caían lentamente bailando al compaz del cálido viento.

- Gracias por enseñarme éstos lugares tan hermosos -sonrie.

-Quisiera verte sonreír así todos los días

-Solo tu haces que sonría realmente -suspira- sabes, mi corazón duele Nam - aprieta su mano- es como si en algún momento pudiera reventar de felicidad y al siguiente segundo está hecho un ovillo lleno de miedo e incertidumbre.

- Te entiendo -toma la mano de Jin- Juro que te entiendo mejor que nadie.

La mirada de ambos se conectaron, entonces pudieron ver en aquellos ojos el anheló de estar juntos.
Sin embargo, algo se los impedía y era lo más doloroso de todo, saber que ambos se querían, pero no poder estar juntos.

Cuando el cielo se tiñó de una gama de anaranjados Jin supo que tenía que volver a casa.

-Lamento tener que arruinar el momento, pero tengo que volver -suspira y se pone de pie.

-Pero...

Jin acunó el rostro de Nam en una de sus manos e inconsciente acarició su mejilla con su dedo pulgar.

- Daría o haría todo lo que fuera para quedarme aquí contigo, pero tengo que regresar a la realidad -se separa de Nam y empieza a caminar para regresar a casa- la realidad es que tengo que terminar de hacer ese pan y escuchar el sermón de mi familia.

- De acuerdo, volvamos.


- De acuerdo, volvamos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Gracias por su apoyo galletitas, espero que les éste gustando la historia, nos leemos pronto 💜✨




Más allá de lo Prohibido (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora