Ambos se detuvieron frente a aquel lugar. Hwan Woong miraba el sitio con una evidente mueca de desaprobación, mientras que Keon Hee se mantenía sumamente emocionado y curioso por saber qué era lo que se hallaba frente a ellos en ese momento.
—¿Qué es esta cosa? —Interrogaron al mismo tiempo.
Hwan Woong pasó la vista del objeto al hombre más grande y Keon Hee empezó a avanzar muy despacio hacia el sitio. Escuchando al mayor decir:
—Es una vieja casa. Solo... —El mayor exhaló, a la vez que sonreía y acomodaba los lentes sobre el puente de su nariz—, entren. Les explicaré todo después —aseguró.
Tan pronto Keon Hee y Hwan Woong obedecieron, el joven más alto se acercó a uno de los muebles. Notando que algunos objetos planos y de otras formas, aparte de los que creía se llamaban portarretratos, se hallaban dentro de eso.
—¿Cómo se llama esto? —Interrogó, señalando el objeto de color café.
—Vitrina —respondió el anciano, dejando las llaves sobre la mesa del comedor—. Vengan aquí, siéntense —pidió.
El muchacho de cabellera lila tomó al de pelo azul del antebrazo, guiándolo hasta una de las sillas frente a su abuelo.
Tan pronto los dos ocuparon sus respectivos lugares, el más viejo inició a narrarles las cosas que hizo antes de ese día.
Antes de que la desaparición de Seo Ho, el mayor tenía intenciones de hacerles conocer a los menores sobre el mundo humano. No como un experimento de supervivencia; como estaba seguro que Hwan Woong lo llamaría, sino como una experiencia propia para cada uno. Ver si, realmente, valía la pena convivir o no con esos seres; fingiendo tener la misma forma que ellos.
Vistiendo viejas ropas, que encontró cerca de donde se hallaba asomado, el anciano fue un busca de un viejo amigo -en plena noche- hace dos días anteriores. Kim Sung Kyu, hasta donde recordaba, le dijo que las puertas de su hogar siempre estarían abiertas para él; por lo que podría visitarlo en cualquier momento y día que quisiera. Así que, luego de no obtener respuesta del interior de la casa, busco el repuesto de la llave. Su amigo, en algún momento cuando era más joven, le confesó que siempre colocaba una réplica debajo de una de las patas de la silla (ubicada cerca) de la entrada. De esa forma, y viendo que el mayor seguía haciendo lo mismo desde hace tiempo, el abuelo Lee procedió a colocarla en el picaporte. Siendo esa su forma de entrada.
El individuo llamó a su compinche, más no hubo una respuesta inmediata.
Volvió a llamarlo, obteniendo el mismo resultado.
Cuando estaba a punto de intentarlo por tercera vez, unos pesados quejidos; provenientes de la que creía ser la habitación de Sung Kyu, se oyeron. Lo más rápido que pudo, se dirigió hasta ese lugar.
Lo siguiente que ocurrió, fue rápido. Sung Kyu balbuceándole cosas que él no comprendía en su totalidad para, posteriormente, perder el pulso de por vida.
No sabía qué hacer. Su amigo no tenía ningún familiar. Sus padres, evidentemente, fallecieron hace tiempo; aparte de que él no tenía hijos. Ni siquiera se había casado.
Buscando algo que pudiera ayudarlo, encontró unos papeles. Parecían relevantes, puesto a que Sung Kyu los tenía guardados en uno de los cajones del buró. También, por qué; aparte de tener firmas y sellos de otras personas, la firma de su amigo era reconocible para él.
El abuelo Lee la leyó, una, otra, y otra vez. Hasta que logró relacionar las últimas palabras de su amigo, con lo que podía comprender de aquel escrito.
—La casa y el puesto de antigüedades son tuyos.
Keon Hee y Hwan Woong parpadearon con evidente incredulidad. Siendo el de cabello azul quien dijera:
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Secret Of The Sea [LeeHo] (PAUSA)
FanfictionSeo Ho tiene curiosidad por los humanos gracias a una vieja historia que escuchó de pequeño. Geon Hak siempre había pensado que las sirenas, y todo lo que estuviera relacionado con criaturas mitológicas, eran ficticias. 🌊Basado en 'La sirenita'🌊...