🌊Dieciséis🌊

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Hwan Woong reconoció al chico desenredando una red en el mismo sitio, en que lo vio la vez pasada, de aquel amplio muelle pesquero.

Con determinación, el de cabellera lila se acercó hasta él; cerciorándose de paso que no hubiera otro humano cerca de aquel joven de mejillas grandes.

-Hola -lo saludó, haciendo que el contrario se sobresaltará. Por inercia, Ki Wook soltó la red; abriendo sus ojos con sorpresa al ver de quien se trataba-. Deja de verme así, estás poniéndome los pelos de punta -se quejó el bajito, mirando fulminantemente al otro.

-A-Ah, s-sí. Lo la-lamento -Lee Ki Wook aclaró su garganta, volvió a poner su atención en la red y la tomó para continuar lo que hacía antes.

-¿Estás solo? -Era claro que Hwan Woong tenía intenciones de hablar sobre lo ocurrido la otra noche, y Ki Wook, recordando que él también planeaba encontrar a ese mismo individuo para pedir respuestas, lo entendió.

-Mi padre está enfermo, les dio el día a sus trabajadores; pero yo decidí asegurarme de que el bote realmente esté funcional -aclaró.

-Hablemos -sin pedir permiso, Hwan Woong se encaminó hasta el costado de la embarcación y, con cuidado, subió a este.

-Hoy no tengo clase -fue lo primero que dijo el chico; optando por hacer bola la red. Aunque eso le costará un buen regañó de su padre en otro momento-, así que igual necesito respuestas -murmuró, solo por si pasaba alguna gente-. Sígueme, podemos conversar acá dentro -Ki Wook guio hacia la cabina de capitán al de baja estatura, el cual lo siguió sin queja alguna.

-Ya sé lo que vas a preguntar -dijo un confiado Hwan Woong.

-Y...

-Son brujas marinas -explicó, interrumpiendo sin descaro alguno al contrario-, su existencia se consideraba una leyenda desde hace algunos años; pero -Hwan Woong hizo una pausa, exhalando con pesadez-, algo las ha provocado nuevamente y es claro que ustedes, los humanos, son responsables de eso -Ki Wook tragó saliva al ver una sonrisa socarrona en el rostro del bajito.

Eso fue evidente, pensó Ki Wook. Adoptando una expresión sumamente preocupada.

-¿Puede evitarse? Ya sabes, ¿qué se lleven a alguien o que uno de ustedes ayudé? Tal y como hiciste conmigo -Ahí estaba su duda mayor.

Hwan Woong guardó silencio por unos segundos, hasta que al fin pronunció:

-Difícilmente. Se dice que la mayoría de las ocasiones consiguen su cometido, por lo que rara vez dejan escapar una presa tan fácil. Si una sirena o tritón decide ayudar, entonces estás de suerte; pero estos mismos pueden ser capaces de acabar con tu vida con tal de que no cuentes sobre su existencia -de nuevo, Ki Wook pasó saliva de manera difícil.

-No voy a decir nada, soy consciente de lo que podrían hacerte y no pareces peligroso; por más que intentes aparentarlo -habló sin tartamudear, esperando que el bajito entendiera su honestidad.

Cosa que, tras verlo entrecerrar momentáneamente los ojos y mover ligeramente la cabeza hacia un lado, el de cabello lila pareció captar.

-Entonces no me equivoqué contigo.

-¿Dis... culpa? -Ki Wook no comprendía, por lo que sonrió nerviosamente.

-Hay algo en ti que me motiva a pedir ayuda.

Ki Wook sintió sudar frío.

-¿Te refieres a...?

-Investigar la razón de los ataques -en ese momento, y luego de reír con claro nerviosismo, Ki Wook se dejó caer de sentón a un pequeño banco que su padre mantenía dentro de esa zona-. Todavía no tengo un plan, pero en cuanto se me ocurra uno; vendré a verte de nuevo -sin darle oportunidad al muchacho de aceptar o negarse apropiadamente, Hwan Woong se retiró con movimientos rápidos del barco.

Secret Of The Sea [LeeHo] (PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora