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El jazz realmente le ayudaba a concentrarse.

Tecleaba de manera constante, y de vez en cuando seguía el ritmo de la canción mientras escribía.

Miraba su teléfono cada cierto tiempo, esperando alguna noticia. Habían pasado horas, pero seguía sin saber nada del paradero de su exnovio.

¿Debería siquiera preocuparse por él?

Pasó la mano por su rostro mientras dejaba salir todo el aire de sus pulmones.

¿Qué era lo que había pasado en esa conversación?

¿Por qué Luzu había buscado a Rubius?

No era secreto que Rubius y Luzu no se llevaban del todo bien. Habían intentado volverse más cercanos a petición de Quackity, pero de alguna manera, la mayoría de las veces terminaban teniendo una conversación llena de comentarios pasivo-agresivos hacia el otro.

Rubius solía decir que había algo en Luzu que no le agradaba. No podía describirlo con exactitud, pero era como si sintiera que algo de él estaba mal.

Suspiró y tomó su teléfono entre sus manos, abrió la aplicación de mensajes y buscó la conversación que le interesaba. Al encontrar el chat de Vegetta, tecleó lo más rápido que sus dedos le permitieron.



Vegetta.

¿Sabes algo de Luzu?>

<Nada. Sigue con el teléfono apagado.

<Fui a la policía y me dijeron que debía esperar veinticuatro horas antes de declararlo desaparecido.

<Estoy desesperado. Debí haberle puesto más atención en la mañana.

Quizás se encuentra de camino a casa.>

Si llega y le duele la cabeza, haz que tome té de manzanilla, eso siempre le ayuda.>

<Lamento haberte metido en todo esto, Quackity.

No te preocupes. Avísame si sabes algo de él.>



Dejó el teléfono a un costado y siguió tecleando en el notebook frente a él. Debía terminar el proyecto lo antes posible, así que entre menos distracciones tuviera sería mejor.

Aunque de su mente no salía el rostro de preocupación de Vegetta cuando le preguntó por el paradero de Luzu.

Desde que se conocieron, Luzu nunca había hecho algo así. Incluso cuando se encontraba triste, solamente buscaba consuelo en su amigo o su novio, pero nada más. Y el miedo de que se encontrara con gente mala en la calle lo tenía más inquieto aún, deseando recibir noticias pronto.

El sonido de una llamada lo sacó de sus pensamientos. Contestó, sin siquiera detenerse a leer quién le llamaba.

—¿Hola?

Hey, hola.

Su boca se abrió por la sorpresa, su mano perdió un poco de fuerza, pero logró sostener el celular contra su oído.

Se puso de pie, apoyando una mano en la mesa donde estaba.

—¿Dónde estás? ¿Viste la hora que es?— Preguntó con nerviosismo —Dime que estás cerca de casa.

No, caminé tanto que me perdí. Estoy en una cafetería ahora, comiendo algo con un poco de dinero que tenía.

Quackity pasó su mano por su cabello.

So, it's end? [Luckity​]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora