La ley de Murphy c15

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- ¡Charlotte! - gritaban los chicos por el bosque-¡No puedes esconderte para siempre!

Bellamy y yo estábamos entre unos arbustos. Era imposible que nos vieran por la penumbra de la noche, pero nosotros a ellos sí; llevaban antorchas para ver mejor.

- ¿Ese es el plan? - cuestionó el pecoso.

Lo miré y alcé una ceja.

- ¿Estar aquí y esperar a que la niña salga por arte de magia delante tuya?

-Si. - le contesté- ¿Tienes alguna idea mejor?

Él bajó la mirada por no tener respuesta.

Escuchamos ruidos cerca nuestra y Charlotte se paró delante.

Bellamy rio sin podérselo creer.

-Bingo. - sonreí.

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- ¡Suéltame! - la niña gritaba para chafarse de los brazos de Bellamy.

-Créeme Charlotte, - le dije- es muy difícil escapar de él.

-Intentamos ayudarte. - le susurró el pecoso.

Paramos un momento de correr.

-No soy tu hermana. -después de mirar a Bel, me miró a mí. - Deja de ayudarme.

De repente Bellamy aflojó su fuerza y la pequeña salió corriendo.

- ¡Estoy aquí! - gritaba.

Lo que ella intentaba es que John y sus amigos la pillaran, ella misma se sentía culpable por lo que acababa de pasar.

Tomé un atajo y la atrapé. La miré seria y le hablé.

- ¿Es que quieres que nos maten a los tres?

-Vosotros iros, ¿vale? - nos indicó segura- Me quieren a mí.

-Vamos a ver Charlotte. - le susurré agachándome. - He intentado escaparme infinidades de veces de la caja de luz. He golpeado, mordido e incluso escupido para tener la oportunidad de ver un mísero pasillo. - le confesé con una lágrima escurriendo por mis ojos. - Grité, pataleé e insulté todo lo que pude, pero nunca funcionaba. Yo sé lo que es estar 17 años completos casi 18 encerrada llorando de dolor. Y nadie, te digo, nadie, me ayudó ni me apoyó, así que deja de ser tan estúpida y déjanos ayudarte; porque no pensamos dejarte, ¿vale?

Bellamy se agachó junto a mí y me miró extrañado. En ese momento me di cuenta que había hablado más de la cuenta y que eso tendría consecuencias.
Hubo unos segundos de silencio antes de que la niña hablara.

-Por favor, Nala. - suplicó y seguidamente volvió a correr.

- ¿Pero esta niña no se cansa? - suspiré mientras íbamos tras ella.

Esa vez fue Bellamy quien la cogió en brazos para alejarla. Sin embargo, ella seguía gritando.

- ¡Aquí!¡Ah!¡Aquí!¡Estoy aquí!

- ¡Sal de dónde estés!- se escuchaba a John aún más cerca que antes-¡Sal de dónde estés Charlotte!

Corrimos todo lo que pudimos con la niña acuestas hasta que llegamos a un precipicio.

-Mierda. - murmuré.

Bellamy dejó a Charlotte para girarnos y ver a John aparecer con los otros cuatro chicos.

- ¡Nala! -me dijo- ¡Bellamy! No podéis luchar contra todos. - tragó saliva.

Los chicos de mi ojos azules se posicionaron alrededor de nosotros dejándonos al filo del precipicio.

Rulos//Los 100 (1º libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora