Este sitio es asqueroso c22

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Los tres nos pusimos en marcha para buscar las instalaciones.

Creía que Bellamy tramaba algo. Ya le había regañado por llevar muchas raciones aun volviendo el mismo día.

-No os podéis pasar la vida evitando a Jaha. - Clarke nos informó en el camino.

-Lo intentaré. - Bell y yo dijimos a la vez.

Llegamos a unas ruinas junto agua.

- ¡Menudas instalaciones! - ironicé.

-El depósito tendría que estar por aquí...- ella miraba el mapa- En alguna parte.

-Yo sólo veo destrozo. - dije.

-Debe de haber una puerta. - Bellamy miraba hacia sus lados y se fue enfadado.

-Tal vez sea indulgente. - me susurró Clarke.

-Soy una rulos. Me odian y lo sabes. - la miré a sus ojos azul cielo- Sobre todo tu madre.

- ¡Separémonos para cubrir más terreno!- escuchamos al pecoso de lejos.

Yo bajé las escaleras buscando lo que sea que pudiera ser una entrada o algo para salvarnos del duro invierno que se avecinaba.

Continuamente me sentía vigilada. Pensé que eran paranoias mías y paré para beber agua.

Acabé tirándomela entera sin querer.

- ¡Joder! - hablé- Ahora sí que me voy a resfriar.

De reojo vi la puerta en el suelo, cómo un tipo de trampilla.

- ¡Eh!¡Chicos! - les grité y ellos aparecieron en lo alto de una cuesta- ¡He encontrado algo!

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Bell con su hacha quitó las malas hierbas y la abrió.

Clarke me miró indicándome que entrara yo primero.

-Oh, no...- me reí negando- En los libros a los primeros los matan antes.

Ella rodó los ojos y avanzó, después yo y por último el pecoso.

Poco a poco fuimos bajando unas escaleras con linternas para encontrarnos con un cadáver.

-Que mierda de sitio para morir. - comentó mi amigo y pasamos de largo.

-Aquí hay mucho espacio para vivir. - dije iluminando con mi linterna cajas.

-Este sitio es asqueroso. - añadió Clarke- Maldita sea.

-Todo lo que quedaba se echó a perder. - Bellamy concluyó.

Seguimos andando hasta llegar a una sala llena de más cajas y barriles llenos de grasa; había goteras y no había nada útil hasta que en una de las cajas encontré mantas.

- ¡Aquí hay mantas!

- ¿Te emocionas por un par de mantas? - el pecoso estaba desanimado al no encontrar nada.

-Voy a mirar por allí. - la rubia nos dijo yéndose por un pasillo.

- ¿Y no hay una cantimplora o un botiquín? ¿Una mísera tienda de campaña? - Bellamy estaba muy pero que muy nervioso.

Me giré para observar. Sólo estábamos nosotros dos allí.

Él abrió uno de los barriles llenos de grasa y lo tocó.

- ¡Mierda! - le dio una patada y lo tiró derramando todo su líquido.

-Anda. - me di la vuelta para pasar de él- Ahora friegas tú campeón. - bromeé.

Rulos//Los 100 (1º libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora