Fuck the others opinion.|| Steddie.

004. Damn it!, I love you.

Domingo, 18/03.
17:50 PM.

¿Alguna vez sintieron que se hunden en un mar y los encadenan sin posibilidad de poder salir debajo del agua mientras los demás no lo notan, siguen con sus vidas y se divierten?, Puedes nadar unos pocos metros, pero las cadenas tironean de ti y te hunden. En otros casos, simplemente no sabes nadar. ¿Conocen la sensación de sentir que nadie va a venir a su rescate?, La parte que uno jamás espera es que alguien por primera vez lo note y se sumerja a salvarte; rompa tus cadenas, te de la mano y te saque a la superficie.
Ves la luz, sientes los rayos del sol, te sientes feliz de al fin poder respirar y sentirte bien...
Pero entonces te vuelves a hundir; no puedes nadar, las cadenas te aprisionan de nuevo. Comienzas a ahogarte de nuevo y todo lo que creíste haber superado te inunda de nuevo; conservas la poca esperanza de que esa persona vuelva a tu rescate, pero no es el caso.

El tiempo pasa y nadie nota tu ausencia ni que estás muriendo; esta vez lo sabes, nadie va a ayudarte.
Todo se repite una, y otra, y otra vez...infinitas veces. Algunas ocasiones se sienten más, otras menos, otras iguales a anteriores.
Y es por eso que tengo miedo de enamorarme de ti, mi querido Rey; temo que si lo hago puedo salir herido de nuevo.
Tu no te das cuenta, pero en pocos días conquistaste cada parte de mí ser y la curaste; eso es justo lo que me pasó antes de conocerte, y ahora tengo miedo a salir herido al igual que anteriores e incontables veces.

Espero que no sea así; que si te enteras, aún que no sientas lo mismo, me dejes seguir a tu lado y no me abandones, que sigamos siendo amigos y nada cambie.
Espero que un milagro pase y me ames como te amo; no preguntes por qué te llegué a querer tanto en poco tiempo, no tengo la respuesta. Solo tengo claro que te amo demasiado y quiero estar contigo, cómo amigos, pareja...me da igual.

Te amo; por favor, no rompas mí corazón.

El pelilargo releyó la carta por tercera vez sin estar convencido de ella; la dejó sobre la mesa y suspiró estresado.

—Pasó muy poco tiempo, no puedo confesarme así de la nada...¡Dios!.—Se quejó en voz baja.—...tal vez Max sepa cuál es la mejor opción...—Tomó la carta y salió apresurado del lugar para dirigirse al trailer de la menor; vivía enfrente, así que ella siempre era la mejor opción si necesitaba mostrarle algo a alguien.

Se puso frente a la puerta y la tocó para luego esperar a que la peliroja abriera; a los pocos segundos lo hizo.

—¿Eddie?.—Preguntó confundida al verlo.

—¡Hey!, Hola Max...

—Pasa, ¿Que necesitas?.—Se hizo a un lado para dejar al mayor entrar.

—Solo...tu opinión.

—Como siempre.

—Si...solo que esta vez es un poco diferente.—La menor alzó una ceja.— Mira...escribí esto pero...no estoy seguro de dárselo.—Le entregó la carta y esperó a que la peliroja la leyera; una vez que lo hizo, se la devolvió.

—Eso...es bastante bonito...¿Quien es el afortunado?, ¿Steve?.—Cuestionó con una sonrisa.

—En efecto. Pero...

—Oh, no...ese "pero" no suena bien. ¿Debería traer comida y refrescos para sentarnos y hablarlo?.

—Si quieres, no me quejo.

—¡Vuelvo enseguida!, Ve a mí cuarto y ponte cómodo.—El mayor asintió y fue al cuarto de la chica; no era la primera vez que estaba ahí.

Aún recordaba la primera vez que hablaron...fue una semana después de la muerte de su hermanastro; la menor quedó devastada, pero parecía mejorar con el paso del tiempo.