12. La oportunidad de Junichirou

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—Vaya... Sabía que Dazai-san estaba un poco loco, pero nunca me imaginé que te tratara así.

Chuuya se bebió su copa de un trago ante la atenta y compresiva mirada de Junichirou.

—Llevaba todo el mes fastidiándome, y cuando parecía que me había ganado un poco su respeto va y me humilla de esa forma... Casi prefería que me siguiera poniendo la zancadilla por los pasillos.

—Pero confió en ti para que hicieras ese anuncio.

—Ya no estoy seguro de si lo hizo porque le gustó mi idea de verdad o si lo hizo para fastidiar al otro chico.

Junichirou le rellenó la copa.

—¿Qué te hizo hoy? Esta mañana parecías realmente disgustado.

—Ah... —Chuuya volvió a beberse el vaso de golpe, porque lo que le iba confesar le dolía mucho más que las "bromas" habituales de su jefe. —Estaba en la oficina, en la sala donde se reúnen los empleados para tomar algo. Estaba tranquilo desayunando y entraron unos compañeros. No me dirigieron la palabra pero soltaron un par de indirectas que era evidente que iban por mí. Iba a dejarlo pasar, pero entonces entró Dazai, ese desgraciado... Y soltó uno de sus comentarios pervertidos que daban a entender que todo lo que decían por ahí sobre mí era cierto...

—¿Qué... Qué dicen por ahí sobre ti?

Chuuya le hizo un gesto para que le volviera a llenar la copa.

—Dicen que he aguantado tanto en el puesto porque me lo tiro.

—Y tú...

—¡No! ¡Claro que no!

—Ah, es verdad, eres hetero...

—Exacto, pero aunque no lo fuera, no me acostaría con mi jefe. Y mucho menos con él. ¡Aaaah! ¡Lo odio! ¡Lo odio mucho!

—Chuuya, creo que ya has bebido bastante.

—Déjame, por un día no pasa nada.

—Está bien.

Los dos siguieron bebiendo. Chuuya estaba satisfecho después de despotricar contra su jefe y sus compañeros. Junichirou lo escuchaba con atención y se sorprendía realmente de todo lo que le estaba contando. Al mismo tiempo se contenía para no beber de más, porque si los dos acababan muy borrachos a ver cómo volvían a casa.

—¡Esa gente ni siquiera me conoce! ¡Nunca he hablado con esas chicas! ¡Nunca hablé con los de las oficinas más que para concertar citas! ¡Cómo se atreven a ir diciendo que me gusta que me den por culo! Nunca lo he probado... ¡Pero te puedo asegurar que eso no me va!

—Lo sé, lo has dicho muchas veces...

Chuuya le pasó el brazo por los hombros a Junichirou y bebió a morro de la botella. Junichirou no pudo evitar colorarse por otras cosas que no eran el alcohol.

—Tú eres muy majo, majísimo. Eres... —Otro largo sorbo de la botella. —Eres encantador. Si me fueran los tíos saldría contigo.

—¿En serio?

—¡Pues claro que sí! Eres genial. No como otro que yo me sé... ¡Ah! Puede que sea guapo, y rico, y con estilo, y con un cuerpazo que ni te imaginas, ojalá yo tuviera esos abdominales y esos hombros, de verdad que no sé cómo lo hace, supongo que irá al gimnasio. O a lo mejor es de tanto masturbarse, se masturba un montón, todos los días. Y no te creas que se molesta en ocultarlo.

—Sí... También me lo has dicho...

—Tú eres genial... Aunque él sea más guapo te elegiría a ti. Porque sería imposible lidiar con alguien con esa personalidad tan espantosa. Y yo lo que necesito es a alguien tranquilo. A una buena chica me refiero. Una chica dulce, cariñosa, bonita... ¿Pero te imaginas qué haría Dazai si se entera que tengo novia? Cuando creyó que tú me gustabas se acostó contigo. Así que sería capaz de hacer lo mismo...

❝ [Odio a mi jefe] ¡! Soukoku ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora