15. Este no soy yo

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—Tú café es muy bueno.

—Gracias, Chuuya, pero más bueno eres tú.

—Jajaja, eso es porque no me conoces lo suficiente.

—No lo creo, estoy seguro de que eres más bueno incluso de lo que aparentas.

Chuuya pagó su café a pesar de que Junichirou insistía en invitarle (otra vez). Luego se dió la vuelta y tuvo la terrible suerte de chocarse con la siguiente persona que esperaba en la cola.

Al tropezar un poco de café se desparramó por la impoluta camisa de Chuuya y la joven "culpable" del accidente se disculpó con él.

—Cuánto lo siento —Dijo alterada mientras sacaba un pañuelo de su bolso.

—No pasa nada —Dijo amablemente Chuuya.

La chica le limpió la camisa como pudo, pero las manchas de café no salen tan fácilmente.

—No sale...

—No importa, me abrocharé la chaqueta y no se notará nada.

—Estas manchas son muy difíciles de quitar si se dejan estar, acompáñame y le ayudaré a limpiarla en el servicio.

—No es necesario, está bien así.

—Ha sido por mi culpa, estaba distraída, por favor déjeme ayudarle.

Chuuya no pudo negarse ante la concienzuda mirada de la joven y acabó yendo con ella al baño de caballeros de la planta baja. Resulta que la chica trabajaba allí también, era la secretaria de la jefa del departamento de cuentas y se llamaba Higuchi. Ahora recordaba haberla visto unas cuantas veces.

Chuuya se encontraba semidesnudo dentro de uno de los retretes mientras la joven Higuchi limpiaba su camisa en el lavabo procurando no mojarla demasiado para que fuera fácil secarla en poco tiempo.

—Así que me conoce... —Dijo Chuuya un tanto apenado, porque sabía por qué lo conocía. Al parecer toda la empresa sabía de su existencia y probablemente todos pensaban que se metía debajo de la mesa del jefe para satisfacerlo.

—Claro, todos tenemos que saber quién es el secretario del director general.

—Ya...

—Aunque... —A Chuuya se le apagó el buen humor con el que había llegado. —Chuuya-san... Yo no creo en nada de lo que dicen de usted. Le he visto trabajando y creo que hace todo muy diligentemente. Ha sido por culpa de la mala fama del jefe que le han salpicado a usted los rumores.

A Chuuya le entró calor en el corazón, por fin se había topado con alguien coherente y comprensivo. Higuchi le pasó la camisa por encima de la puerta. La mancha apenas se notaba y la camisa solo estaba mojada por donde antes estaba el café. Chuuya se apresuró a ponérsela mientras Higuchi seguía hablando.

—No deje que lo que digan otros le afecte. Usted hace bien su trabajo y su jefe lo respeta y eso es lo mejor que le puede pasar.

—Estás equivocada —Chuuya salió del retrete. —Mi jefe me tiene de todo menos respeto.

—No se crea usted. Aún no llevo ni un año aquí, pero aparte de Atsushi usted es el ayudante que más le ha durado.

—Eso es porque Atsushi lo ha amenazado para que se quede conmigo.

—No, no se trata de eso. A los otros los humillaba delante de todos de formas muy crueles. Yo misma ví como uno se marchaba llorando.

—A mí también me humilla siempre que puede.

—Pero es distinto. Con usted es distinto. Con usted él parece que esté jugando. Con los demás era cruel, pero usted parece que le agrada y no sólo eso, usted es serio y seguro y no se deja pisar por él. Los otros chicos temblaban cada vez que él abría la boca.

❝ [Odio a mi jefe] ¡! Soukoku ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora