03: "Echo de menos a mi Mar"

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GAVI

Suspiro viendo el edificio enorme frente a mi sobre todo al leer las siglas "Piug Enterprise" nuevamente aquí, me encantaría venir porque Mar me hubiese pedido que pase a por ella o simplemente para hacerle compañía como solía hacerlo.

Las cosas cambiaron y hoy he venido porque por tercera vez en la semana no regresa a casa, tampoco responde mis mensajes y llamadas.

Sonrió gentilmente a los guardias quienes ya me conocen a la perfección e ingreso al edificio, al entrar paso por recepción pero le pido a Ambar la recepcionista que no anuncie mi visita.

Me despido de ella y me subo a uno de los ascensores que me dejaría frente a la puerta de la oficina de mi esposa.

Como siempre se me hace inevitable no sonreír al ver su nombre en la puerta junto a mi apellido y debajo su puesto de trabajo, estoy tan orgulloso de ella.

Toco la puerta a lo que ella responde con un simple "adelante". Entró a la oficina pero ella solo pregunta "¿si?" aún sin despegar la vista de su laptop en la cual se la ve muy concentrada.

-¿Tampoco pensabas regresar a casa hoy? -hablo provocando que ella diriga su mirada a mi-

En sus ojos no veo la misma ilusión e incluso esa sonrisa que solía formarse en su rostro cada vez que venía de sorpresa a verla, tampoco los saltos que solía dar para levantarse de su silla y venir corriendo hacia a mi a llenarme de besos.

Me acerco a ella y deposito un beso en su mejilla, Mar solo se dedica a sonreírme, una sonrisa forzada como lo vienen siendo desde hace tiempo.

-Tengo mucho que hacer todavía.

Responde volviendo a poner atención en lo que estaba haciendo, tomo asiento en la silla frente a ella mientras observo el cuadro que tiene en su escritorio.

Recuerdo muy bien esa foto.

¿Como no hacerlo?

Se trata de una foto que nos ha tomado Valentina en la que salimos Mar y yo.

En la foto me encuentro agachado frente a su vientre dándole un beso a Oli, la sonrisa de Mar era tan resplandeciente al igual que el brillo en sus ojos, extraño verla sonreir de esa forma, extraño verla feliz.

Recordarlo hace que la tristeza entera invada mi cuerpo, nada en este tiempo ha sido fácil, nada lo ha sido.

-Vale, entonces me quedo aquí hasta que termines -hablo otra vez muy seguro de mis palabras, sus ojos azules se posan en los mios-
-No es necesario Pablo, encerio. No quiero que te aburras aquí
-Nunca me aburriría estando a tu lado, podría admirarte horas y horas. ¿Lo sabes? -ella sonrie levemente-
-Gracias amor -sus palabras me hacen sonreír, hace tiempo no me llamaba "amor"-

Camino a ella y me coloco detrás de su silla, llevo mis manos a cuello y comienzo a dar suaves masajes sobre el, notando como todo su cuerpo se relaja ante mi tacto.

-Te echo de menos rubia, echo de menos a mi Mar, la que solías ser, la que me amaba.

Me acerco a la suave piel de su cuello y depositó un beso sobre el.

Sus silencios se me han echo costumbre, pero no puedo juzgarla, de hecho la entiendo.

¿Como podría seguir queriendo compartir su día a día con la persona que ha sido la causa de que perdamos a nuestra hija?

Es inevitable no sentirme culpable, porque si, yo lo he sido, si no hubiera insistido para que se monte en ese maldito caballo, si hubiera preferido simplemente ir solo, nada hubiera pasado, nada hubiera cambiado.

Recuerdo lo difícil que ha sido regresar a Barcelona, a nuestra casa, ver la habitación de Olivia, su ropita, los muebles, la cuna, los juguetes, todo lo que habíamos preparado y comprado con todo el amor del mundo para ella.

Al enterarme de la noticia fui el hombre más feliz del mundo, saber que íbamos a ser padres fue un sueño hecho realidad para mi, siempre supe que Mar era la mujer de mi vida, con la que quería compartirlo y vivirlo todo, la mujer que iba a darme mi primer hija y con la que esperaba mucho más.

Más de 3 meses imaginándonos el sexo de nuestro hijo, que cuando supimos que iba a ser una niña ambos fuimos felices.

Desde ese entonces nos pasamos horas y horas, discutiendo por elegir el nombre, viendo fotos inspirandonos para decorar su habitación, imaginandola, imaginandonos lo hermosa que sería.

Olivia aún sin llegar al mundo ya traía a todos babosos, mis padres morían de la emoción al igual que Aurora, la esperaban con tanto amor e ilusión.

Incluso al visitarnos solo se la pasaban junto a Mar ignorandome a mi por completo.

Éramos felices, muy felices y ahora.. ya no nos queda nada, solo el vacío.

Y me duele amarla, me duele saber que ella ya no siente lo mismo, me duele saber que todo lo que fuimos se ha ido, que ya nada queda de esos dos adolescentes que se enamoraron y se amaron con locura.

Recuerdo muy bien que en ese lapso de tiempo nos hemos apoyado mutuamente, pero luego de la pretemporada con el equipo, luego de que volviera de la gira por EEUU me encontré con esta Mar, esta Mar distante, fría y completamente apagada.

Pasamos de compartir nuestro tiempo libre juntos al 100%, de disfrutarnos, de amarnos, a nada.

Nuestras noches, nuestra cama, nuestra habitación, todo se convirtió en un lugar frío y apagado, todo se perdió, todo se fue con Oli.

Intente de mil formas reavivar lo nuestro aunque también este destruido, aunque a mi también me duela el haber perdido a Oli.

-¿No vas a decirme nada? -pregunto rompiendo el silencio-

Me separo de ella al no obtener otra vez una respuesta, camino a la puerta para irme del lugar y regresar sin ella a casa, pero su voz me detiene.

-Te amo, te sigo amando y nunca voy a dejar de hacerlo -me giro para mirarla a los ojos cuando me toma de la mano-
-Entonces demostramelo Mar, me haces sentir lo contrario, me duele, me duele esta distancia, me duele verte así, ya no puedo amor, no puedo seguir así -algunas lagrimas se deslizan por mi rostro debilitandome frente a ella-

Cierro los ojos y dejo que todo lo retenido salga de mi interior y me aferro a ella cuando con sus brazos me envuelve dandome calor, dandome tranquilidad.

Disfruto el estar entre sus brazos, el sentirla cercana otra vez y cuando me siento mejor me separo de ella, tomo su rostro con suavidad mientras nos miramos a los ojos en silencio, algunas lagrimas se deslizan por su mejilla al igual que por las mías.

Me acerco a ella y junto nuestros labios lentamente en un beso que hace tiempo no nos dábamos, plasmando en el mis sentimientos, haciéndole sentir a través de él, que mi corazón aún sigue siendo suyo y que estoy dispuesto a atravesar lo que sea por recuperar lo que se perdió, por revivir nuestro amor, por no dejarla ir.

-Necesito tiempo mi amor, necesito tiempo para sanar -susurra sobre mis labios-
-No alejandote de mi, no imponiendo barreras entre ambos, no intentes sanar sola, lo que sentis también lo siento, quiero sanar ese dolor, quiero ayudarte pero no así, volve a mi Mar por favor, volvamos a amarnos -susurro también sin tomar distancia-
-Siento que no voy a poder darte el amor que mereces, no puedo hacerlo, ya no soy lo que te mereces -niego ante sus palabras mientras me quiebro aún más-
-Si que podes si, nuestro amor siempre pudo contra todo, no te des por vencida ahora, nos queda mucho por vivir juntos, a la par, acompañándonos como todo este tiempo, te elegí para que seas mi compañera toda la vida y no voy a dejarte ir aunque lo intentes de mil formas, porque yo ya no me imagino esta vida si no es tu lado.

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E

spero les guste muchísimo, comenten y voten


estefi

DUELE AMARTE | GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora