DUELE AMARTE | GAVI

50: "Todo parece irreal, como si fuera un sueño"

"Déjame tomarte de la mano, déjame mirarte a los ojos
Déjame, a través de mi mirada darte todo mi esplendor
Déjame quedarme aquí, déjame besarte ahí, donde guardas tus secretos, los más obscuros y los más bellos
Te regalo mis piernas, recuesta tu cabeza en ellas, te regalo mis fuerzas, usalas cada que vez que no tengas
Te regalo las piezas que a mi alma conforman
Que nunca nada te haga falta a ti, te voy a amar hasta morir
Déjame jugar contigo, déjame hacerte sonreír, déjame darte de mi dulzura, pa' que sientas lo que sentí
Déjame cuidarte, déjame abrazarte, déjame enseñarte, todo lo que tengo pa' hacerte muy feliz
Te regalo las piezas, que a mi alma conforman, que nunca nada te haga falta a ti, te voy a amar hasta morir."

Un embarazo, se supone que aquella noticia hacía a quien la recibía la persona más feliz del mundo.

Se supone, si solo queda en un supone, porque en este caso Mar aún en su cama se preguntaba así misma como haría con esto, como se lo diría a Pablo, como se lo explicaría a Eric, como le contaria a su padre que estaba esperando un niño de la persona que la hirio y daño.

¿Como afrontaria todo aquello que venía?

Nada iba a ser fácil, aunque muy en el fondo sabía que aquella noticia no sería tomada de mal forma, sino que probablemente todos a su alrededor se pondrían felices.

Aún sabiendolo no podía dejar de preguntarse mil cosas a la vez.

Cerro los ojos con fuerza tratando de apagar la mente aunque sea solo un momento y dejo que todas las lágrimas se deslizaran hasta caer dormida en un sueño profundo.

Risas pero una risa particular fue el motivo de que despertara.

En cuanto abrió los ojos se encontró en una habitación distinta, no era su habitación, pero si la conocía y muy bien ya que se trataba de su habitación con Pablo.

-¿Que hago aquí? -se pregunto así misma extrañada-

Para luego volver a escuchar nuevamente esa risa especial seguida de la voz de Pablo, fue entonces cuando decidió levantarse de la cama.

En silencio salió de la habitación para comprobar que efectivamente se encontraba en su casa y no en la de su padre.

Dudosa e incluso aturdida por no saber como había despertado en aquella casa decidió bajar las escaleras para guiarse hacia donde se escuchaba aquella risa.

Siguió bajando en silencio hasta dar con ellos.

Frente a sus ojos a unos metros de ella de espaldas se encontraba Pablo y una niña a su lado.

-¿Quien es ella? -se pregunto en silencio mientras oía la conversación que mantenian-
-¡Papa! ¿Crees que a mamá le va a gustar? -pregunto la niña de cabello rubio y algunos rulos en el-

Una sonrisa se formó en ella al escuchar la ilusión en su tono de voz, no pudo evitarlo, asique en silencio se dedico a observarlos.

La niña llevaba un vestido color blanco y unas zandalias doradas junto a un mini delantal de color rosa, aparentaba tener cuatro años.

A pesar de que Mar no podía ver su rostro sentía que era preciosa.

-Espero que si Oli -respondió pablo sonriendo a la niña-

En cuanto Mar escucho ese nombre se sorprendio, sintiendo más de una emoción a la vez.

-¿Olivia? -se pregunto así misma aún guardando silencio desde su lugar-
-Vale, ya he terminado mis galletas -hablo de nuevo la niña mostrandole con ilusión y alegría el resultado a pablo-