━━ ◜◌。꒰ MIRACULOUS ꒱
❝ Los años pasan, y los superhéroes también. ❜❜
Marinette Dupain-Cheng es una joven y exitosa escritora amante de la ficción, misma que vivió durante sus años de adolescencia. Por otro lado, Adrien Agreste es un actor bastante...
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❝ Empezaba a ver que teníamos cosas en común ❜❜.
Corrí e ingresé al baño lo más rápido que pude, cerrando también la puerta de manera apresurada. Nuevamente me sorprendía por cómo estaba decorado, pero eso lo dejé en segundo plano. ¡Mi razón era evidente!
Me apoyé al lavabo claramente con la respiración acelerada, mi corazón latía demasiado rápido y no podía dejar de sentir las extrañas mariposas en mi abdomen, además de tener las mejillas y las orejas tintadas de un rojo que parecía como si tuviera fiebre.
Casi, casi, casi sucumbo a la locura y me dejo llevar por Adrien quien aparentemente intentó besarme, ¡¿por qué?! Yo no le gusto... ¡Eso creo!
La imagen de él acariciando mi cara y luego acercando la suya a la mía, ¡por dios! Es que no puedo expresar con palabras las sensaciones que tengo.
—Fue tan... ¡Cómo decirlo!
Los orbes verdes de Adrien contenían una mirada tan profunda que podría hacerme quedar hipnotizada... Casi lo logra.
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Sin más, abrí el caño y lancé agua fría hacia mi rostro con el fin de recobrar la compostura que estuve a punto de perder. —Marinette, ¡casi mueres! —me dije ya con la cara mojada—. ¡Y eres una completa tonta!
Necesitaba un golpe de realidad antes de ducharme.
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No demoré mucho, pero mientras masajeaba mi cabello oí la puerta sonar.
« Demonios, ¿ahora qué? ».
—Marinette, estoy dejando aquí unas toallas y ropa —. exclamó Adrien desde el otro lado... Por suerte.
—Gra-gracias —respondí.
« Trata de no pensar en eso, trata de no pensar en eso... » me decía a mí misma al aparecer pensamientos de todo tipo en mi loca cabeza de escritora.
Anteriormente había escrito algunas escenas de romance pero ninguna como la que acababa de suceder... Si podemos llamar "romance" a ello.
—Vuelve a la realidad, Marinette.
No tardé mucho, y asegurándome que Adrien no estuviese cerca, abrí un poquito la puerta del baño para tomar lo que había dejado sobre una pequeña silla.
Una camiseta gris gigante y unos shorts del mismo color. Qué minimalista.
Me vestí con el conjunto que a decir verdad era bastante cómodo y luego volví a apoyarme frente al espejo para quitarme el maquillaje. Se supone que tengo toda una rutina pero por una noche puede ser interrumpida.
Tomé la toalla y procedí a colocar mi cabello en ella para intentar que se secara, y es ahora cuando me doy cuenta que el cabello largo a veces es un fastidio.
