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❝ Lo hace tan difícil ❜❜

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Lo hace tan difícil ❜❜.

Tragué la poca saliva que se había formado en mi boca sin quitar la expresión de sorpresa que mi cara tenía. A este punto no sabía si esto era la realidad o un pobre sueño producto de mi imaginación. Eso sería patético.

—Creo que ya terminaste, ¿no? —volvió a hablar Adrien. Nuevamente haciendo como si nada.

« Y realmente es nada... No tendría por qué ser algo. Al fin y al cabo ya somos adultos ».

« Ninguno de los dos tiene algún tipo de responsabilidad sobre el otro ».

Tomé aire para continuar con normalidad y le asentí para apilar mi plato, dejándolo listo como para lavar. —Sí, ya terminé. Gracias, Adrien.

—Está bien. Déjalo allí, lo colocaré en el lavabo.

—Sí... Más bien, si no fuera molestia, ¿podrías indicarme dónde está la habitación de huéspedes? —pregunté.
Diría que soy bastante obvia queriendo dar a entender que quería algo de espacio.

—¿Ya tienes sueño? Creo que es un poco temprano, hahahah. Pensaba en ver una película o jugar una partida de ajedrez. Recuerdo que te encantaba retar a todos para jugar.

« ¿Qué pretende Adrien ahora? ¿Realmente quiere jugar? Pff, pero lo del ajedrez fue hace mucho. Me sorprende que lo recuerde ».

Lo miré con sorpresa y extrañeza. —¿Cómo es que recuerdas eso? Fue en el primer año de secundaria.

—Te admiraba por que eras la mejor en ajedrez, y nos pedías que practiquemos contigo porque estabas preparándote para un campeonato. Claro que lo recuerdo, Mari —añadió sonriente.

« Qué va. Momento diez mil de "desbloqueando recuerdos gracias a Adrien" ».

Tomé una bocanada de aire y me apoyé al mueble, sirviéndome un poquito de vino. —Y después de perder el campeonato dejé de jugar ajedrez, ¿verdad? —pregunté con la mirada perdida en el tinto rojo.

—Sí... —respondió Adrien con tono bajo—. Eres consciente que tenías mucho potencial, ¿no?

Reí ligeramente luego de tomar un sorbo. —Eso decían. Mentira no era, pero llegó un punto en el que mi autoexigencia me llevó al límite. Creo que tomé la pérdida de esa competencia como una excusa para dejar de jugar.

—Oh. Entiendo eso muuuy bien... —añadió Adrien con ademanes.

—Lo sé, Adrien. En tu caso... No eras feliz modelando para tu padre desde muy joven, ¿verdad? —declaré sin escrúpulos. Esta conversación estaba tornándose algo profunda.

« Pero iré con cuidado ».

Adrien cambió la expresión de su rostro a una indefensa, sumada de impresión por mi interrogante. Y por supuesto que tenía sentido, pues es algo que yo había notado desde hace muchísimo tiempo pero nunca me había atrevido a preguntar. Sin embargo, dado el tono de la charla, considero que ameritaba hacerlo.

一 AGAIN YOU 。( miraculous / adrinette )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora