capítulo 2

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Más tarde, besos me levantan, yo abro los ojos y veo a mi marido, le correspondo con la misma pasión y noto que a mi lado está nuestro desayuno. Él me pone la charola en las piernas y continúa besándome, pero luego lo detiene y me dice:

-Buenos días- sonríe.

-Buenos días, aunque, no estoy segura si son días- le doy un beso.

-¿cómo amaneció? -sonrío y le doy otro beso.

-bien, muy bien. -sonrío yo también.

-¿si descansó? -asiento, tomo una fresa y se la meto a la boca. Él se acerca y me besa, yo muerdo la fresa y entre los dos la devoramos en cuestión de segundos.

-Sí, un poco.

-es que nos acostamos muy tarde -asiento.
-bueno, yo no sé a que hora, solo recuerdo que ya se veía la luz entrar por la ventana -tomo algunos trozos de frutas y las meto a mi boca, él toma un poco de chocolate y le queda un bigote aparte del que tiene, pero este es por la espuma.

-está muy rico el chocolate -pongo mi mano sobre mi boca y me río.

-sí, está tan bueno que le quedó chocolate en su bigote -me río y él intenta mirarse- ¡ay Mau!

-¿ah si? -sonríe- ¿le parece muy gracioso? -asiento, se acerca a mi- pues ahora le voy hacer algo que le de más risa -pone sus manos cerca de mi abdomen y yo disiento.

-¡No! -él asiente- no, -quita el desayuno y lo pone a un lado, me hace cosquillas y yo no puedo evitar reírme, es imposible, se lanza encima de mi, me besa y yo le correspondo. -ya se le quitó la espuma del chocolate.

-yo quiero que sigamos besándonos -lo beso.

-tenemos mucho tiempo. Es nuestro "primer día de casados" -continuamos besándonos.

Desayunamos, y luego nos damos un baño espumeante en la tina. Él hace que me siente entre sus piernas y me abraza. Le tengo mucha confianza, y aunque me de vergüenza que me vea desnuda, por ahora lo hago. Es nuestra "luna de miel". Mauricio me besa el hombro y me acaricia el abdomen.

-Sabe, ¡estoy muy feliz! -me besa aún estando yo de espaldas- déjeme terminar de hablar- él continúa besándome.- te amo.

-yo también la amo. -me contesta y me da un beso en la mejilla, yo sonrío- Doña vero, por ahora viviremos en la pensión, pero... -lo interrumpo.

-No, no quiero hablar de eso. Yo me casé con usted, y sé que viviremos en la pensión. Pero, eso a mi no me importa. Mauricio yo soy feliz a tu lado y el lugar donde vivamos es lo de menos, entre los dos compraremos una casa más adelante -le doy beso. - ¡no me diga que usted es de los hombres que no les gusta que su mujer le ayude de forma económica! -se ríe y me da un beso en la mejilla.

-¡uy! ¡mi mujer! -sonrío. - no, claro que no soy así. Pero no le niego que si me gustaría comprar la casa yo.

-¡ay Mau!.

-Bueno, y también sé que le debo la luna de miel- me río y me recuesto en su pecho.

-No es necesario, yo estoy feliz hoy. Y lo importante es estar con usted. -me doy la vuelta y me subo encima de él, quedamos en posición flor de loto y lo beso- ya no piense en dinero, en que, no tenemos casa o no tuvimos luna de miel, yo sé que me quiere dar lo mejor, pero, -lo miro y le digo- amor... para mí, eso no es lo más importante.

¿Qué me Hiciste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora