Capítulo 6

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Al día siguiente, yo me levanto, miro a mi lado y veo que Mauricio aún duerme, sonrío y pongo la cabeza sobre su pecho y le doy un beso ahí. Él me abraza y me da un beso en la coronilla.

—¡Buenos días! —me dice.

—No, no, no, Mau. —acaricio su pecho— buenos días no, sigamos durmiendo. Quiero descansar un poco más

—¡uy si!, pero bien arrunchaditos. —asiento.

Así nos quedamos dormidos, en nuestra cama, apapachados, durmiendo, disfrutando de el silencio y la compañía. Luego de unas horas, el sonido de un celular nos despierta. Yo somnolienta disiento y le digo:

—¿por qué? —Refunfuño— ¡tengo mucho sueño!

—tranquila mi amor, —dice mi esposo— contesto yo. —me ruedo hacia el otro lado y él contesta, lo escucho hablar.

—¿Aló? ... si, pero está dormida... ¿es urgente? —volteo y pregunto.

—¿pasa algo? —me mira y continúa hablando.

—Si, no hay ningún problema... pero más tarde. Ahora Doña vero quiere descansar... no... bueno. Yo le digo, chao. —Mauricio deja el teléfono aún lado y yo pregunto.

—¿quién era?.

—Rocío. —me doy vuelta y dándole la espalda.

—¿Qué le dijo? —se acerca a mi y me da un beso en la mejilla.

—Era su celular, quería saber si podía venir a verla. — nos miramos.

—¿y usted que le dijo?— sonríe y me responde.

—ah, pues... que podía, pero más tarde, porque mi Doña Vero, mi esposita quería descansar. ——me abraza y yo continúo durmiendo.

Pero, segundos más tarde, vuelve a sonar mi celular. Una vez más refunfuño y miro el reloj que está en la pared.

—¡son las 7 de la mañana! —vuelvo acostarme- ¡no puede ser! —Mau toma el celular y me dice:

—Es Mariana. —volteo y tomo el celular somnolienta. No sé que tengo, pero siento como si no hubiera dormido en toda la noche.

—¿Aló? —Digo.

—¡hola mami! ¿Cómo estás? —me recargo en el espaldar de la cama.

—Bien mi amor, ¿pero pasa algo?

—No mami, para nada. Solo le quería pedir un favor a Mauricio. Pero, me da como pena llamarlo.

—¿Qué favor? —pregunto.

—es que, necesitamos que venga hoy al bar, imagínate que nos salió un baile privado. Quieren alquilar el bar con los shows. Entonces, necesitamos que él venga.

—ok mi amor, ¿solo él? —pregunto.

—Si mami, tu puedes adelantar los papeles que necesitamos para el viernes. —¡ay! Los papeles... ¡no me acordaba!

—espera un segundo y yo le pregunto mi amor. —pongo la llamada en silencio y le digo a mi esposo. —Mau, que si puedes ir al bar. Hay un evento está noche y te necesitan como barman. —asiente.

—Si, claro que si. Por eso me pagan. —asiento y le digo a mi hija.

—mi amor si va.

—ok Mami, entonces lo esperamos a las 8 aquí.

—bueno, cuídate mi amor.

Cuelgo y me tumbo nuevamente en la cama.

—Mau, tienes que ir a las 8. Ve a ducharte— intento levantarme de nuevo—, yo haré el desayuno.

¿Qué me Hiciste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora