-Limites

319 27 9
                                    


Aemond

Mi relación con todos mis sobrinos no era una mala, realmente hasta podría decir que era buena.

El único problema era Aegon, quien siempre se burlaba mi, mayormente por el tema de no tener un dragón.

Sin embargo había ocasiones donde todos incluyendo a Jacaerys y Lucerys, tramaban en mi contra junto con Aegon, para poder dejarme en ridículo y burlarse por mi incapacidad de poseer un dragón.

Pero ninguno se comparaba con Gelinyra, ella era horrible y por alguna extraña razón, ella sentía una rara atracción hacia mi.

Era alguien caprichosa y cruel, y lo que más me indignada siempre invadía mi espacio personal.

Y al parecer invoque su presencia porque pude escuchar como entro sin ninguna autorización, ni permiso previo a mi habitación.

La familia Velaryon había llegado hace unas horas atrás y aparecer no se había tardado en irrumpir en mi habitación.

Ella abrió la puerta, y pude observar su vestido, era muy lindo, sin embargo se notaba la gran cantidad de horas que invirtió peinandose.

Obviamente para impresionarme.

No era un tonto, sabia que ella tenia intenciones, no tan puras conmigo.

-Mi príncipe, me honra con su presencia- Dijo Gelinyra para acto seguido hacer una leve reverencia.

Algo realmente irónico porque nunca la llamé a mi habitación.

-¿No debería ser yo quien diga eso?, después de todo no recuerdo haberla llamado a mi habitación.

-No, no lo hizo- Espetó, para volver a continuar- Pero se lo mucho que desea verme, mi príncipe.

¡Por los siete!

Si Aemma escuchaba que alguien se refería a mi como "Mi príncipe". Seguramente esa persona no tendría la suerte de ver el amanecer.

-Mi príncipe, hay un rastro de lagrimas en su rostro, ¿Quien fue el motivo de estas?

-Eso no le incumbe señorita, son simples insultos y problemas sin importancia.

Pero sin antes de que yo pudiera decir algo ella se abalanzó sobre mi.

Tocando con el dorso de su mano mis mejillas, para hacer un débil y fraudulento intento por limpiarlas.

Pero cuando creí que las cosas no podían salir peor, pude sentir un portazo.

Y cuando me gire para ver quien era.

Era Aemma.

Inmediatamente pude ver su rostro, estaba enojada y la sangre le hervía.

Mientras Gelinyra no apartaba sus manos de mi cara y solo le sonreía a Aemma sinicamente.

-Señorita Gelinyra, mi día estaba hermoso- Dijo mientras hizo una breve pausa- Hasta que usted llegó, mis nauseas aparecieron rápidamente.

Separe a Gelinyra de mi cara, y sin más me coloque detrás de Aemma colocando mi barbilla en su hombro.

-Princesa Aemma- Hizo una fingida sonrisa para proceder- Tan dulce como siempre.

Podía notar el sarcasmo en sus palabras, miraba muy sinicamente a Aemma.

Pero Aemma al parecer estaba algo molesta, porque bruscamente tomó mi rostro y unió sus labios a una de mis mejillas.

Nothing to lose [Aemond Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora