Nothing to lose [Aemond Targaryen]

-El rey Viserys

Aemma Targaryen

Caminaba hacia el cuarto del rey, en silencio.

Mi mente había sido invadida por los recuerdos de anoche.

Yo, yo no sabía nada, no sabía nada sobre Aemond, me había comportado como una adolescente precoz, lo había besado y casi pude jurar que nos casaríamos, pero que se vaya al carajo.

Me sentía triste, si, pero también estaba molesta, un pensamiento llegó a mi mente a altas horas de la noche diciendo que yo sola me había ilusionado.

Yo sola? El maldito me envió regalos por días, me a cortejo y me beso.

No fui yo...

Y aunque me dolía su rechazo, no se lo demostraría.

Cuando llegue la puerta se abrió.

El olor que emanó de ahí para ser sincera no era nada agradable, olía muy mal.

Entre y lo primero que vi fue la enorme maqueta de Valyria del abuelo.

Me dirigí hasta su cama, observé todos los frascos de medicina y leche de amapola que había ahí.

- ¿Quién anda ahí?-Su voz sonó bastante ronca.

Me acerqué a la cama y me senté en ella justa al frente de mi abuelo.

- Soy yo abuelo, Aemma- Sostuve sus manos en la mías.

Ahora se veía mucho más enfermo que antes, había empeorado en pocos días.

- Mi niña..- Volvió a toser- Mi diamante ardiente- Hablaba con dificultad.

El siempre solía llamarme así, por alguna razón ese apodo siempre le había gustado.

- Abuelo, vine a despedirme, yo y mamá y papá y Jace y todos volveremos a Dragonstone, a casa- Le dije también en un susurro.

El se movió con pesadez sobre su almohada.

- ¿Ya se ha celebrado la boda?- Cuestionó y su voz realmente sonaba confundida.

- No, aún no pero sé que lo harán pronto quizás en dos lunas, tu reina nunca permitiría que se casaran en Dragonstone- Reí con sutileza y al parecer él hizo lo mismo.

Acomode un poco su cojín y volví a tomar sus manos.

- ¿Y mi hijo cariño?- Le costaba hablar- ¿Y Aemond?, ¿Se casaran también?- Dijo.

La herida estaba fresca, y cuando mi abuelo dijo eso, era el equivalente a abrirla más.

- No... nosotros estamos muy lejos d..- Pero no terminé.

- Que raro, Aemond era muy insistente desde que llegaste, en los consejos Alicent siempre demandaba la propuesta y el mismo Aemond llegó a pedirlo, tú no sabías nada, todo era tras las puertas, tu padre se enteró y obviamente casi le corta la cabeza- Se rio al mencionar lo último.

Reí también, yo sabía de esto, una vez Luke me lo soplo, dijo que escucho hablar a mamá y a papá sobre eso.

Pero también sabía perfectamente que Aemond no había actuado como lo había hecho por eso, fue por su propio sentir y no por papá o el consejo.

Aunque admitió que se que papá le asusta.

- Sabes abuelo, una vez nos besamos- Reí por lo bajo.