-Me niego

136 12 0
                                    






Aemma Targaryen


Mi corazón latía desenfrenado a pesar de que trataba de conciliar el sueño no era capaz de lograrlo, mi mente estaba nublado por Aemond.

Me aferré a mi sábana con fuerza y cerré los ojos.

Al abrirlos la luz en la ventana era muy tenue, apenas estaba amaneciendo y yo no había podido dormir nada.

Me levanté de golpe y me cambié por mi traje de montar.

Necesitaba respirar aire fresco, salí de mi habitación y avisé a Sir Jorah él me acompañaría.

Tome mis guantes y los coloque en su lugar.

Caminamos y cuando pude divisar el largo horizonte cerré los ojos y traté de sentir donde estaba Rhaegal.

- Nunca he entendido mi princesa, ¿Cómo llama a su dragón?- Cuestionó con notable duda en su tono.

- Lo siento, Rhaegal no se crió en cautiverio en Dragonstone siempre ha sido libre- Mencioné.

Sentía donde estaba mi dragón y también sabía que él me sentía a mi.

Era una conexión muy fuerte.

Un fuerte rugido apareció de la nada sobre el cielo.

- Y ahí está mi chico- Le dije a Sir Jorah.

- Jamás lo entenderé - Dijo resignándose.

- Está cansado no pudo dormir- Le dije a Sir Jorah.

Rhaegal seguía en las nubes y solo estaba esperando que bajara, rugía como loco.

- ¿Y princesa, usted como sabe eso?- Cuestionó riendo.

- Porque yo no pude hacerlo- Le dije y sin más Rhaegal aterrizó.

Corrí hacia él y sujeté su hocico cerca de mi cara, su aliento removía mi pelo.

Olía bastante curioso, jugaba con mi cara y coloqué mis manos a lo largo de su hocico.

Él me golpeó ligeramente con su cabeza haciéndome caer.

- Daor Rhaegal- Le dije riendo.

Sin más me subí a lomos de él.

Sir Jorah se despidió y yo también.

Sin más Rhaegal alzó el vuelo y sus enormes alas removieron la tierra debajo de nosotros.

Aún estaba oscuro pero aún así me relajaba volar a todas horas.

Comenzamos a tomar mucha altura hasta tal grado que las nubes estaban a nuestro alcance, era majestuoso.

Volaba tranquila y Rhaegal también lo hacía.

El aire chocaba relajantemente en mi rostro, la brisa sutil y suave recorría cada parte de mi.

Tenía silla ya que mamá me había obligado a usarla aunque a ni a Rhaegal ni a mí nos gusta.

Supongo que tengo que acostumbrarme.

De un momento a otro Rhaegal se inquietó.

Comenzó a mover su cabeza y removía su cuerpo algo intranquilo.

- Naejot Rhaegal- Le dije tratando de calmarlo.

Él seguía removiéndose y hasta juraría que estaba molesto.

¿Qué estaba sucediendo?

Comenzó a chillar y a tomar más altura.

Algo no estaba bien.

Nothing to lose [Aemond Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora