Xoxo, Rose [Libro 1]

14 | El novio de Rose

Dean Foster fue visto muy triste en Los Ángeles, pero no, no es lo que todos piensan, parece que su perro Otto está enfermo y lo han hospitalizado en una clínica especializada.

Para nadie es un secreto que el hijo de la novia de Europa ama a su perro, lo tiene desde que era adolescente. Shirin estaba con él, algunos paparazzi capturaron fotos suyas, pero ella simplemente se subió a un auto que la dejó en la casa que comparte con la estrella de rock.

Ninguno ha dado declaraciones sobre los rumores que circulan sobre ella y Christ Barbrow, pero todos estaremos de acuerdo en que en estos momentos difíciles, la pareja necesita un respiro.

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Hacía mucho calor, Rose había pasado casi toda la mañana cocinando junto a su madre y sus tías. Era el cumpleaños de Ming Li y estaban preparando el almuerzo, ella había aceptado de buena gana con la condición de que no le llevaran pastel.

Habían cerrado el restaurante para la ocasión, era lo más cómodo para todos. Especialmente para sus primos más pequeños, y Jayden, que se comportaba como un chico y permanecía lo más alejado posible del tío Yong, su padre, y del marido de la tía Nini, que estaban conversando animadamente en una de las mesas, sobre política, seguramente, ese era su tema favorito.

—Rosie, Rosie —le dijo cuando la saludó—, tenemos que hablar tú y yo, hay muchas cosas que debes contarme. ¿Viste que Chen volvió a San Francisco?

Rose se limitó a sonreír, ignorando olímpicamente su comentario sobre Drew y se fue a la cocina. Los fideos de la longevidad estaban listos, la tía Nini había preparado Mántou fritos porque eran los favoritos de su wàipó, y su tía Fei había llevado tortitas de calabaza porque era su platillo especial en cada celebración.

Los últimos cuatro días habían sido desastrosos, entre los exámenes para la universidad, los pedidos pendientes y el trabajo en el restaurante, no había podido ver a Kit todavía, cosa que la preocupaba, ¿y si decidía no pagarle o si la despedía? También quería recuperar su collar de jade, si Ming Li creía que lo había perdido iba a darle algo o iba a buscar excusas para hablar del maleficio y eso era lo último que necesitaba.

Suspiró, había decido preparar rollitos de primavera para ella y pollo con piña, su mama la estaba ayudando. Mientras calentaba el aceite de girasol para freír los rollitos a fuego medio, Nini, su ayí, la miró.

—¿Qué tal va ese trabajo tuyo, Rose Li? —preguntó casualmente y Rose se sonrojó, Nini era la hermana menor de su madre y aunque no lo pareciera a simple vista, también era muy impertinente.

—Bien —se limitó a contestar.

—Fei me contó, mama se lo dijo —Hizo un gesto de pena—. Lamento que te despidieran.