CAPÍTULO 3: TE ODIO ¿POR QUÉ TE HAS IDO?

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Jason Todd

¡Maldito Bruce!

¿Quién le había dado permiso para morir así? Había sobrevivido a cosas peores ¿cómo es que se le ocurrió ir débil a enfrentarse con alguien inmortal? Era como si toda su inteligencia se hubiera evaporado. Y lo que es peor ¿por qué no se dio cuenta de que algo raro estaba tramando?

Jason desahogaba su rabia cada noche luchando contra los criminales de Gotham. Se pasaba prácticamente todo el día oculto detrás de su capucha, y buscaba excusas para no volver a la base.

Sabía que si iba tendría que verle la cara al imbécil de Dick que, como siempre, se creía el más listo y el líder del equipo ¿por qué le tocaba a él el papel de líder? Ser el primero no significaba nada. Dick era un idiota y siempre había sentido celos de él. Bruce había sido un poco más cercano y más liberal con él que con Dick, o al menos eso le gustaba pensar.

Había momentos en que odiaba a Bruce con todas fuerzas. Aquellos en los que se había sentido un cero a la izquierda, alguien que importaba poco o que no era lo suficientemente fuerte como para trabajar con el gran murciélago, o como cuando había muerto... Pero luego, no podía evitar pensar que aquel hombre había sido el único padre que había existido para él.

Bruce había pasado noches con él mientras estaba enfermo, por no hablar de aquella Navidad...

"El frío lo había calado hasta los huesos. Había perdido el contacto con Bruce y con Dick, estaba seguro de que no lo encontrarían. Es más, era posible que muriese allí mismo, congelado...

Sin embargo, cuando estaba a punto de rendirse, escuchó la voz de Dick que lo llamaba con intensidad.

Intentó articular palabra, pero sentía como si su garganta y su lengua estuvieran congeladas y no era capaz de responder. Con fuerza tiró uno de los batarangs que llevaba encima, con la esperanza de que el ruido atrajera al otro joven.

Y así fue.

Dick, ahora vestido de Nigthwing, corrió a su lado.

- Ey, estoy aquí ¿vale? Estarás bien.- Le dijo, con una voz más dulce de la que recordaba que soliera usar con él.

Jason se limitó a asentir, aún sintiéndose fatal.

- Te llevaré a casa, ya vendremos en otro momento...

Jason intentó negarse, pero sus fuerzas le fallaron. Con esfuerzo, Dick consiguió cargar con su compañero y sacarlo de aquel lugar tan frío.

No fue muy consciente de en qué momento llegó a la mansión Wayne, pero cuando pudo comprender lo que pasaba, ya se encontraba en la habitación. Es más, lo habían bañado y estaba calentito.

- No podemos dejarlo para otro día, escaparán.- Espetó Bruce, con voz firme.

- Pero Jason...

- Yo me ocuparé de él, tú has el trabajo.

Jason buscó con la mirada a las personas que hablaban a su lado. No le costó divisar a Dick, estaba a su lado y su mano rozaba la cama en la que él ahora descansaba, sin embargo, no conseguía verle la cara a Bruce.

- Está bien.

La voz de Dick sonó firme, aunque cuando Jason vio su rostro pudo apreciar cierta tristeza.

Una vez se fue Dick, Bruce se acercó lo suficiente como para él pudiera verlo.

Al principio creyó que le llamaría la atención por su debilidad, pero, al contrario, Bruce se sentó a su lado y encendió la tele que había en la pared de la habitación.

Navidad sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora