Alexandra
10 diciembre
Son las nueve de la mañana y tengo mucho sueño. Desearía estar dormida en mi cama descansando de la larga jornada que fue ayer. Tal como le pedí a Sophie que informará a la señorita Rinaldi respecto a la visita con la modista para seleccionar el modelo de su vestido ideal. Estuvimos desde muy temprano con ella y pasada la medianoche fue cuando pude llegar a mi casa a descansar.
Hanna me despertó hace como dos horas para que la ayudara a preparar toda la comida que llevaremos al orfanato esta tarde. Espero que Nick regrese del supermercado con lo que le pedí para que sea mi relevo en la cocina mientras yo me encargo de preparar las otras cositas que vamos a llevar a esos niños que en estas fechas decembrinas no la pasan tan bien al no estar con sus familias como ellos quisieran, pero con nuestra visita sus corazones se alegran como la primera vez que los visité hace cinco años.
Hanna es la encargada de preparar la cena junto a su ayudante que es Nick. Sophie también vendrá y nos ayudará con lo que tengamos pendiente por terminar. Esta ha sido nuestra rutina desde hace años en esta misma fecha. Desde entonces siempre nos organizamos para asistir al orfanato y llevar comida, dulces, ropa y juguetes para esos niños y adolescentes que lo necesitan. No solo es el hecho de que les llevemos las cosas, lo que verdaderamente nos gusta, sino el simple hecho de disfrutar y compartir El hecho de dar algo sin recibir algo a cambio.
Muevo la mezcla de azúcar, arándanos, zumo de naranja, jengibre y canela de la salsa de arándanos que llevará el plato que Hanna preparara, apagándola cuando ya esté lista. Mi hermana me dejó encargada la salsa mientras ella salía con Nick a traer los ingredientes que le hacen falta para la preparación del lomo de cerdo con alguna guarnición muy ligera para que no les caiga pesado en el estómago a los pequeños.
Sujeto mi cabello en una coleta y después me lavo las manos para servir en mi taza roja favorita, café, directo de la cafetera. El aroma que desprende la bebida caliente me reviva ante el sueño contagioso que sostengo. De la panera robó un muffin de chocolate que Hanna preparó ayer por la noche. Mientras yo me perdía en un mundo de vestidos de novia, mi hermana se encontraba aquí preparando no se cuantos deliciosos postres que llevaremos con nosotros al orfanato.
Me siento en uno de los bancos para degustar lo que será mi desayuno mientras espero que mis hermanos lleguen. El televisor desde la sala se encuentra encendido con las noticias, pero tomó el mando de la pantalla cambiando el canal para dejarlo en algo que verdaderamente me guste. No hay mucho que observar por ser fin de semana, solo películas y caricaturas. Sigo cambiando los canales hasta que me detengo en un canal de música donde se encuentra reproduciendo una de mis canciones favoritas de ABBA, Dancing Queen.
Muerdo el muffin de arándanos y después bebo mi café recién hecho mientras tarareo la canción en mi cabeza.
La puerta del apartamento es abierta casi enseguida que la canción se acaba. Nick y Hanna aparecen con cientos de bolsas que dejan en la barra de la cocina.
—Trajeron todo lo que les pedí —preguntó abrazando mi muffin y la taza de café.
—Sí. Las otras bolsas se quedaron en el coche y Sophie mencionó que pasaría a la juguetería una hora antes de que cierren por todo lo que ordenamos —Nick me quita la taza de café de la mano dando un largo trago a la bebida.
—Ahí hay más —digo ofendida señalando la cafetera.
Se acerca a la repisa donde se encuentran las tazas, toma una y vacía todo el contenido de la cafetera a su taza, también roba un muffin de la panera como yo y se termina sentando a mi lado mientras Hanna sale del baño a donde corrió apenas entró al departamento..
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Navidad Real (#2 Corazón de Navidad)
RomanceÉl, un príncipe próximo a contraer nupcias. Ella, una experta en bodas. Sus vidas se verán unidas cuando ella es elegida para ser la organizadora de la ceremonia de matrimonio del príncipe con su misteriosa prometida.