Los Demonios De Conway © ✔ (COMPLETA ✔)

Capitulo 13

3:05 a.m., El viento soplando violentamente, los insectos produciendo su tan famosa estridulación, la noche tan obscura y fría te daba un indicio de lo que vendrá, escondido detrás de un árbol esperando a que el llegará, con los ojos inspeccionando el terrero buscando algún indicio de su llegada. Con cada maldito segundo que pasaba la desesperación de iniciar esta batalla se generaba en mi interior... después de esperar algunos minutos escondido él había hecho acto de presencia, la oscuridad tan densa no me permitía ver su rostro, ni siquiera el cuerpo que él utilizaría esta noche, antes de poder seguir buscando su identidad una voz que me heló la sangré fue producida por aquél cuerpo desconocido, con cada palabra que decía, con cada mención de mi nombre, cada maldita palabra me recordaba a ella, a mi madre.

— ¿Leonardo? ¿Estás ahí? Soy yo Leonardo, soy tu madre... ¿Por qué no sales de donde estés escondido y vienes a saludar? —. Aquella voz era imposible no reconocer, era su maldita voz,  ¿Me estás jodiendo? ¿Utilizar el cuerpo de mi madre para pelear contra mí? ¿Acaso es una maldita broma? Maldito hijo de perra.

—Vamos Leonardo, regresemos a casa, Jesica nos está esperando. — con cada maldita palabra una ira descomunal crecía en mi interior, la ganas de matarlo, torturarlo, hacerle pedir piedad, eran tan grandes que en breves momentos me lo podía imaginar.

—Vamos Leonardo, deja de jugar,  tenemos que irnos, está muy oscuro y tengo mucho miedo—.  Al parecer llevaba tiempo observándonos, para imitar los miedos y personalidad de mamá tuvo que haber observado antes de atacar, la ira estaba tomando el control sobre mí, intentando calmarme con respiraciones profundas y sesiones numéricas tenía que concentrarme, esta noche uno de los dos muere, lástima que para él no seré yo el que muera.

— ¿Cuándo dejarás de imitarla? ¿Que no ves que tu mediocre plan no funciona? ¿Qué buscas conseguir con todo este espectáculo? —. Cuestioné, oculto todavía no queriendo revelar mi posición. 

— ¿imitarla? ¿Plan? ¿Espectáculo? JA. JAJA. JAJAJAJAJAJAJA. Maravilloso, simplemente maravilloso, ¿en serio pensaste que vendría acá con un plan? ¿Yo? Un Dios, ¿tener un plan para enfrentar a un simple humano?  Eres realmente un estúpido si pensaste tal cosa, pero... Si quieres saber cuál fue el fin de todo este "espectáculo", la respuesta es clara, encontrarte. — respondió Grimmer, con euforia y burla saliendo de su voz en cada maldita palabra, ¿encontrarme? Aquí escondido es imposible que me encuentre... «Oh eso pensaba»

— ¡Te tengo! — a una velocidad descomunal la figura de mi madre se encontraba al lado mío, con la mano abierta figurando a la garra de un oso, con los pocos reflejos que posee a duras penas fui capaz de salir de la zona de choqué… un estruendo sacudió todo el bosque, al ponerme de pie y voltear a donde había estado hace unos segundo atrás, la figura de mi madre permanecía imponente de pie mirándome fijamente a los ojos, a sus espaldas el imponente árbol que fue mi refugio hace unos instantes se encontraba partido en dos. En ese instante un miedo antes jamás sentido se generó desde lo más profundo de mi interior, un miedo real, hace tan solo diez segundos él se encontraba a más de 20 metros de mí y en tan solo un segundo se había movido a mi dirección sin hacer ruido de movimiento, atacó con una fuerza capaz de partir un árbol en dos y magullar el suelo debajo de él.

— ¡Sorpresa! Por tu cara pálida quiero pensar que ya te diste cuenta de que no puedes ganarme, pero aun así quiero preguntarte algo… ¿Cómo se siente tener miedo? Tanto tiempo que pasé observando, estudiando tu comportamiento, tus habilidades, tu fuerza, observando todo de ti… ¿Y aun así no soy capaz de comprender cómo fue que Alouqua y Astaroth murieron ante ti? ¿Qué te hace especial? Tan solo eres un miserable ser humano, ¡un puto loco! Un loco que se aleja de la sociedad porque sus "reglas" se lo prohíben, no eres más que basura a la cual se le debe tratar como tal, cuando mueras utilizaré tu cuerpo como recipiente para matar a la perra de Marcí—. La mención de Marcí me había sacado de mi estado de pánico, mediante me calmaba la misma pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza, ¿Como la conoce? ¿Qué fue lo que pasó para que se conocieran?