Los Demonios De Conway © ✔ (COMPLETA ✔)

Capitulo 4

Toda esta situación que ha estado ocurriendo, me recuerda a la primer vez que asesine a alguien, esta emoción; esta nostalgia, esta sed de sangré. Me recuerda a esa noche, esa noche donde todo empezó.

25 de abril de 1995

Los pájaros cantaban, el sol estaba en su punto más alto, las brisas del viento eran frescas, todo lo observaba detrás de una ventana. Te preguntarás, ¿Qué demonios hago aquí? Para darte una explicación más clara, tendremos que retroceder más en el tiempo.

2 de mayo de 1994

El año donde todo inició.

Nunca fui un chico "normal", siempre estuve sólo, no era como si me importará. Desde que tengo uso de razón, siempre me gustaron los asesinos seriales, para mí era un pasatiempo, hablar e investigar sobre ellos. Lo veía como algo normal, es como cualquier otro pasatiempo, algunos les gusta sentase y ver un partido de fútbol, mientras que le gritan a la televisión, «como si los jugadores te pudieran escuchar» Pero por alguna razón a la gente no le gustaba mi pasatiempo, a nadie. Ni a mi madre, siempre me decía que tenía gustos raros, o que estaba loco. En algunas ocasiones soñaba como seria abrirla en dos y ver que tiene de interesante adentro, ya había presenciado algunos asesinatos, nunca tuve miedo de ver como los masacraban, y les quitaban los órganos. La única emoción que recuerdo experimentar era «placer» me gustaba como las personas perdían el brillo en sus ojos; como la sangre salía como un torrente de agua, como hacían intentos desesperados para poder sobrevivir, y ver un día más la luz del sol y la oscuridad de la noche.

Ala corta edad de 16 años, ya tenía sangre en mis manos, había matado al oficial John, mas concretó, le había quitado la vida al demonio John.

Ese fue mi primer asesinato, y quería pensar que sería el último, pero no fue así, mi demonio interno pedía más sangré. Gritaba y gruñía, desde lo más profundo de mi mente. Para mantenerlo a raya, decidí ponerme reglas para evitar qué el tomará el control, tales como: 1) No tocar a ningún animal, ni siquiera verlos. 2) Si alguien me está molestando, al grado de odiarlo o querer hacerle daño, les hago un cumplido. «Me obliga a tener buenos pensamientos, en vez de malos» 3) Mantenerme alejado de toda escena del crimen.

Pero mis reglas no fueron suficientes.

Un año después de la aparición del primer demonio, apareció el segundó demonio o demonia, esta vez era más peligroso que el último, era más despiadada, más feroz y cruel, los asesinatos iban en aumento, nadie la podía encontrar... Nadie más que yo.

Después de muchas investigaciones, demasiadas muertes, pude encontrarla. La única opción que tenía para poder matarla, era aceptar a mi demonio interno, los dos juntos era la única manera de poder ganar. Con mucha suerte pudimos ganar, aunque casi me cuesta mi propia vida. Después de eso, todo empeoró, mi demonio cada vez más tomaba el control sobre mí, cada vez quería más sangré, quería matar, en una ocasión tuve una pérdida de control, ¡El demonio había ganado! La única imagen que recuerdo era estar encima de mi madre, forcejeando, ella para evitar que le clavará el cuchillo en la garganta, y yo presionando con todas mis fuerzas, cada vez más cercas de clavárselo, pequeñas cortadas pintaban de sangré corría libre por su cuello, esa sangré que tanto deseaba. Después de unos segundos, algo me golpeó, lo único que alcancé a ver fueron unas luces azules y rojas, después perdí la razón. Al día siguiente me llevaron con un psicólogo, al entrar, lo único que hice, Fue ver todo a través de la ventana.

- ¿Empezamos?-. Dijo Tim, mi psicólogo.

-Claro-. Respondí con un tono neutro.

- ¿no te quieres sentar?-. Ofreció Tim.

-Así estoy bien-. Dije sin ninguna intención de ser amable.

-bueno, ¿por qué no empezamos por lo básico? Me dices tu nombre, tus gustos, ya sabes-. No teniendo ganas de hablar, solo dije lo relevante, que me llamaba Leonardo Smith, que me gustaba la soledad, «aunque no era cierto, mi verdadero gusto eran los asesinos» después de una larga platica, Tim decidió, hacer una pregunta fuerte.