Los Demonios De Conway © ✔ (COMPLETA ✔)

Capitulo 7

A los pocos minutos de haber encontrado a mi madre en ese estado, la policía había llegado, estuve ahí sin poder hacer nada, mi mente estaba trabajando rápidamente. Estaba furioso y con ganas de matar a alguien, aunque en varias ocasiones fantacie con matar ami propia madre, la verdad es que en lo mas profundo de mi corazón la amaba y por ese mismo motivo siempre me detenía cuando la podía lastimar, ami lado derecho se encontraba mi hermana Jessica Smith, llorando desconsoladamente aunque no tuvieran la mejor relación de madre e hija aun así era su madre, yo no podía llorar, mi única emoción era furia, furia que cada segundo crecía cada vez mas, si mis emociones se pudieran ver en mi rostro, todos estuvieran dejos de mi ahora mismo, este error se cometió por la culpa de Marcí, si ella no me hubiera invitado a ese estúpido baile y yo no fuera tan estúpido, como para dejar de lado la búsqueda de Grimmer, nada de esto hubiera pasado, tenia que matar a alguien. Mi demonio lo pedía, pedía sangre, quería ser libre, y ya tenía en mente a quien matar, me levanté de donde estaba sentado, al mismo tiempo que le decía a mi hermana que quería estar solo, subí al auto y conduci rumbo ala casa de mi víctima, mientras conducía iba pensado las distintas maneras de hacerlo sufrir, quería escuchar sus gritos, quería ver su sangre, tal vez con eso pudiera apaciguar mi furia.

Al llegar a mi destino, me estacione en la misma esquina donde estuve la otra vez, una sonrisa se hizo presente en mi rostro, al mismo tiempo que me ponía los guantes y una máscara para tapar mi identidad, «Lucas, es hora de morir»

Con eso dicho, fui y toque la puerta, al abrirse no le di tiempo de pensar, rápidamente le di un golpe con el tubo que tenía en la mano, a dejarlo aturdido, entre asu casa y cerré la puerta con seguro, en el piso estaba Lucas, indefenso, quería hacerle sentir parte de mi furia, sabía que él no había matado a mi madre, pero aun así él era una escoria, así que a nadie le va a importar su muerte, antes de que Lucas pudiera levantarse le di otro golpe con el tubo, esta vez más fuerte que el anterior, cada golpe hacía eco en la casa, los gritos y el sonido de huesos romperse era música para mis oídos. Al aburrirse de golpear a Lucas, lo levante y lo puse en una silla, le amarre las manos y pies para impedir su movimiento, le coloqué un pañuelo en la boca para que no pudiera gritar en busca de ayuda, saque una jeringa que tenía en mi mochila y se la inyectó a Lucas, dicha jeringa tenía adrenalina, quería que Lucas pudiera sentir todo y que no muriera antes de finalizar mi obra, al hacer efecto la adrenalina Lucas despertó, desubicado y sin saber donde estaba, al acostumbrarse y saber que estaba pasando, rápidamente se quiso liberar, su lucha no duró mucho ya que los huesos rotos lo hicieron sentir dolor. Algo demasiado divertido para mi, con una sonrisa decidí hacer que mi voz se hiciera presente.

-Hola Lucas, ¿me extrañaste? -. Mi voz hizo que Lucas me mirará, en aquellos ojos sólo había miedo, algo que provocó que una sonrisa mucho más grande se hiciera presente, aunque Lucas no la pudiera ver por la máscara.

- ¿Quién eres? -. Pronunció Lucas, con claro miedo y desesperación en su voz.

- ¿Que ya no me recuerdas? -Hice una pequeña pausa, quería ver la expresión de Lucas, quería saber si era capaz de recordar, ha no tener éxito, decidí darle otra pista-, vine por tu cabeza Lucas, ¿Recuerdas que te dije que vendría por ella? -. Esta vez las emociones de Lucas se hicieron más notorias, quería gritar, pero antes de que lo pudiera hacer, lo golpee en el estómago, sacándole el aire que sus pulmones tenían, acto seguido le coloque el pañuelo de nuevo, ya teniendo la conversación finalizada, continúe con mi obra, agarre un cuchillo oxidado que tenía conmigo, y empecé a hacer cortadas por todo el cuerpo de Lucas, el dolor que Lucas reflejaba en sus ojos y su rostro, era emocionante, queriendo ver más dolor, apuñalando a Lucas, en puntos no vitales, con cada puñalada el dolor y el sudor que se mezclaba con las mismas lágrimas de Lucas se hacían presenté, todo eso mezclado era hermoso, pero aun así no era suficiente. Queriendo ver más sufrimiento, sentir el miedo y desesperación de Lucas, decidí pasar al siguiente nivel, esta vez agarre unas tijeras, las cuales eran utilizadas para cortar el césped, las tomé en mis manos y se las mostré a Lucas, al mismo tiempo que le decía una frase, algo graciosa.