La primavera pronto llegaba a su fin en la ciudad, en cambio la temporada de lluvia se avecinaba. La mañana era helada con nubes grises amenazando los planes de todos. Harry estaba sin falta pegado al inodoro a las 6 am por sus nauseas matutinas, lamentando desechar de esa manera su cena de la noche anterior. Al terminar no sentía ningún tipo de apetito, por lo que regresaba a dormir un poco en el sofá siendo arrullado por el noticiero.
Pasado un rato lo despertó un mensaje de Adam, anunciando su compromiso con Josh y una foto de su costoso anillo de bodas. A Harry le costó sonar feliz por la noticia pues seguía con malestar y mucho sueño. Al ver la hora en el celular decidió seguir con su aburrida rutina de diario, preparó su desayuno especial, sintió asco por el olor del yogurt, y engulló por completo el plato de cereales con trozos de chocolate. Llevó su laptop a la sala para la aburrida reunión de trabajo con el grupo creativo y de marketing, no era algo que quisiese hacer.
Si sigo escuchando la voz de Mike voy a vomitar...
Sintió la náusea en cuanto pensó eso. Asqueado todavía por el olor del yogurt abrió la ventana de la sala, esta daba vista hacia la calle trasera del edificio. Respiró un poco de aire fresco y observo la calle, aún podía escuchar la reunión a sus espaldas, pero ya no le prestaba atención. En cambio, sus ojos fijaron un extraño punto azul cercano.
Ahí, de nuevo en un callejón con basureros había alguien de cabello azul dormido.
No puede ser.
Harry meditó si debía bajar o no, ¿debía? Ya no podía decir que era un completo desconocido, habían atravesado diversas situaciones que lo orillaban a conocido. Además, si estaba ahí escondido de nuevo, bien podría llamar a Adam.
Con una extraña confianza en él, bajó hasta la entrada del edificio y avanzó hacia el chico delincuente. Él estaba dormido, o lo intentaba, esa mañana era bastante fresca pues las lluvias de verano caían por la noche y dejaban las mañanas frías, por lo que Zeth temblaba en el suelo.
Harry se agachó para moverlo, él abrió los ojos con sorpresa, pero al ver su rostro se calmó.
—Antes que nada, no te estoy siguiendo.
—A estas alturas, no sé que pensar de ti — la frase se le salió de la boca, no tuvo filtro en decir lo que pensaba de ese chico vagabundo tan extraño.
—Guau, que directo — Harry sintió un leve rubor en sus mejillas. Giró sobre sus pies y señaló el edificio a sus espaldas.
—Ven, entra.
—¿Me estas invitando a tu casa?
—No hagas que me arrepienta, solo me da lástima verte con todo este frío.
Zeth no dijo nada, lo siguió obedientemente por el edificio. Cuando entraron al departamento Zeth seguía sin decir nada, pero su estómago no se quedó en silencio
—Tengo una videoconferencia con la empresa... Puedes comer lo que quieras en la cocina— Harry no sabía cómo atender a un invitado, así que ahora ver sus acciones lo hacían sentirse incómodo.
—Bueno, con tu permiso iré a revisar tu alacena— Zeth se movió con fluidez, sin hacer ruido. Harry regresó al sofá, la reunión seguía ahora con planes y discusiones que a él no le concernían, pero como representante del grupo programador debía estar ahí. Entre las charlas del jefe de marketing y los demás representantes sus ojos iban de la pantalla hacia la cocina, escuchando cualquier cosa que hiciera Zeth. Pronto el chico salió de ahí con un plato lleno de emparedados con mermelada y queso crema.
Harry recordó la última vez que se vieron, de cómo se convirtió en su salvador y después tuvo una laguna mental. Tenía la duda en que si Henrietta hizo algo indebido o sospechoso frente a Zeth, pero preocuparse por una actitud rara frente a un delincuente menor era ridículo.
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Madres de imprevisto (M-Preg Yaoi)
RomanceUn acontecimiento muy extraño sucede. ¡Los hombres de todo el mundo se embarazan! Una noticia que pone a prueba a la sociedad, pero más a dos jóvenes; Adam y Harry, cuyos embarazos inesperados ponen sus vidas de cabeza. Mientras a Harry la llegada d...