Un Moustruo Adorable. (TERMINADA)

Capítulo 13

-- así que dices que eres la esposa que su alteza me dió en matrimonio? Creía que te llamabas HELENA!!!...

--Así que mi Helena... pensó Eros sonriendo.

(Hace un mes...)

La batalla fué realmente dura y agotadora, tanto era que ya no podían sostenerse del sueño y el cansancio.
Y fué así que en ése momento los emboscaron a altas horas de la noche aprovechando la debilidad que todo el pelotón del general no vió venir el ataque...

Y un fuerte dolor sintió atrás de su cabeza, uno de los rebeldes lo golpeó fuertemente dejándolo inconsciente.

El capitán y mano derecha del general logró escapar con Eros montado en el caballo de éste.

Fué realmente difícil poderlo subir pero tras lograrlo huyó y se escondieron en una cueva dónde dejó el cuerpo desmayado del general, mientras el capitán regresó a acabar con los maleantes.

Pasaron las horas y Eros despertó desorientado y sin saber quien era.

Salió de la cueva con el hermoso caballo que lo seguía muy de cerca, localizó una pequeña aldea dónde unos ancianos desinteresadamente lo ayudaron, buscaron algo para alimentarlo mientras éste tenía pequeñas lagunas y recuerdos, y tras medio mes, el capitán pudo localizar a Eros dándose cuenta que su superior no recordaba su vida, y él le contó todo lo que conocía de él junto con la información sobre la esposa del general, Helena.

Con paciencia Eros recordaba pequeños fragmentos de su vida, pero al escuchar lo que ocurría en su mansión y a su esposa olvidada, planeó todo para su llegada.

Las cartas, la pérdida de memoria ya casi recuperada y la información que le suministro su mano derecha sobre toda la maldita familia de su esposa.

Los sufrimientos, maltratos, humillaciones y demás, les iba a costar caro.

(Actualmente).

-- no, no no, digo, es Margaret, helena es sólo una sirvienta que se te ofreció descaradamente, pero tú eres fiel a mi hija de hecho la adoras y la complaces en todo, mintió rápidamente y visiblemente asustada la mujer, sin percatarse que Helena iba entrando a la habitación, y al parecer no había escuchado la conversación que pocos minutos antes había tenido Eros y la desagradable mujer.

-- despertaste!! Dijo Helena con los ojos llenos de lágrimas, la emoción de su corazón al ver nuevamente a su oso era la mejor de las sensaciones que su cuerpo y su alma pudieran sentir.
-- porqué? Gritó furiosa mirando a su madre adoptiva haciendo unos gestos tan tiernos que Eros quedó embelesado con ella, su mirada se torno más oscura y profunda, estaba llena de lujuria, ésa pequeña mujercita lo ponía en segundos duro, durísimo, se sintió extraño, ansioso, su cuerpo reaccionó con la sola presencia de la pequeña casita deliciosa, lo prende y lo pone nervioso y el desespero invadió su ser, la quería a ella, pero el teatro debía continuar, y con tristeza por ésa cosita rica porque la iba a hacer sufrir...

y reuniendo todas sus fuerzas para no pensar más en las deliciosas curvas de la hermosa castaña, no lo piensa mucho, y se levanta a detenerla, porque su plan debe seguir para tener pruebas para reportar a las dos arpías a la corte, por timadoras y abusadoras.

-- y tú quien eres? Preguntó alzando la voz, -- mejor ni me digas, no me interesa lárgate ya mismo antes que pierda los estribos, hablaba Eros casi con asco mirandola para ser convincente ante la arpía y así creyera que lo había convencido con las falsas explicaciones que salieron de su asquerosa boca.

Todas las duras palabras que gritó Eros, le dolieron mucho, al ver el hermoso rostro de su esposa cubierto de lágrimas que él estaba causando, (era muy doloroso), sólo esperaba poder explicarle y remediar todo, pero si no le decía algo así de duro y agresivo podía arruinar los planes trazados para descubrirlas y que obtengan su merecido.
-- pero soy Helena, tú es...
Y una fuerte bofetada sintió Helena cuando su madre la golpeó para que no hablara más.
-- Cállate!!! Maldita muerta de hambre, no eres más que una simple sirvienta y sigues queriendo hacerte pasar por alguien importante para el general?
-- largo!! Le gritó histérica al momento en que con sus propias manos la sacaba de la habitación para luego llevarla a un lugar retirado para hacerle ver lo que le espera si llegase a decirle la verdad a Eros.