Capítulo 11

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Pasaron unos pocos días y Helena estaba felíz con el cuadro terminado de la imagen de su enorme oso, su esposo.
Lo tapó con una sábana y organizó sus implementos de pintura en su pequeño estudio, el cual era el ático de la mansión un sitio perfecto para crear su arte, fué acondicionado por ella misma para sentirse más cómoda al momento de crear sus pinturas.
Y su mayor inspiración era Eros, se habían retratado juntos mirando el atardecer, Eros montando a su bello corsel, Eros con su imponente armadura de general.
En fín, su esposo era su pequeña obsesión y su inspiración, helena adora a Eros en todos sus estados, gestos y emociones.

Ya estaba anciosa por que pronto llegaría el día del regreso de su esposo, sólo esperaba que llegara antes que su familia, que de hecho era sólo su madre y hermana mayor, al parecer su padre viajó a América con su hija menor y el esposo de esta para invertir en unos negocios y tratar de recuperar su fortuna.
Lamentaba tener que lidiar con ellas y más con el temperamento de las nombradas.

Suspirando tristemente por un momento deseando tener noticias de su oso gruñón, y como por deseos divinos, escuchó los pasos veloces de un caballo y efectivamente era el enviado con misivas de su general y tras él venía a prisa el carruaje de su familia, sólo que Helena en cuanto salió a su habitación a cambiarse el vestido sucio de pintura no vío cuando la mujer mayor intercepta al enviado con la correspondencia y lee la carta sin ninguna delicadeza, atrevimiento de la que ella cree que puede tener, y sorpresivamente lo que lee la deja más que felíz, y para culminar su plan que al parecer de ella salió a pedir de boca.

Despidiendo al lacayo, e informandole a su hija las buenas noticias y la enorme mentira que creo para engañar a helena y para poder sacarle provecho a la fortuna del general.

Helena en cuanto las vio, salió rápidamente a saludar educadamente tratando de ser cortes y respetuosa con la visita.

-- querida hija!! Saludó burlona la mujer, -- que pena que recién estás casada y tu querido esposo pereció en batalla, dijo con desprecio muy visible en el rostro de la mujer con años ya en sus facciones.
No tuvo ni el mínimo tacto en decirle ésas palabras, que al momento de escucharlas helena detuvo su respiración.

-- que dices? Cómo que mi esposo murió? Preguntó con su rostro lleno de dolor y enormes lágrimas corrían por sus mejillas.

-- porqué me dices éso? Y dónde está el lacayo con la correspondencia?, Preguntó desesperada mientras ella veía claramente la felicidad de su madre, -- yo leí la carta creo que tengo derecho de saber lo que ocurre ya que el general es mi yerno y por partida doble dijo con desdén.
-- partida doble? Preguntó helena, de que hablas?

-- ahhhh!! Suspiró dramáticamente haciendo gestos con sus manos para atraer a Margaret su hija mayor.

-- mi querida Margaret, dijo tomando la mano de la joven mayor, -- ella estuvo en contacto por varios meses con el general y cuando el viajó a cumplir con su deber militar firmó los papeles como segunda esposa de Eros, así que ella también tiene derecho a todo en la mansión y a la fortuna de su esposo, mintió descaradamente.

Las falsas palabras que salieron de la boca de la madre de Helena fueron como miles de cuchillos atravesaban su corazón.

El amor de su vida muerto y se casó a escondidas con su hermana mayor y ahora que?
La supuesta fortuna o riquezas de Eros jamás le importaron, y si se querían adueñar de todo no le importaba, helena sólo quería estar con él.

-- así que te casaste con mi esposo? Y ahora insinuas que esto es tuyo también? Preguntó con dolor mirandolas y señalando su hogar.

-- cuando? Porqué no me contaron en su carta? Preguntó con voz fuerte, ya no podía aguantar el dolor de escuchar ésas palabras.

Un Moustruo Adorable. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora