Capítulo 6

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Cómo no ver tanta belleza en un sólo cuerpo? __Se preguntó Eros cuando se quedó de piedra ahí junto al enviado del rey, hipnotizados con ella, su helena...

Soltando un suspiro el joven, el cual fué tan fuerte ése sonido que hizo con su garganta, haciendo que el general reaccionara como si hubiera caído en cuenta de lo que pasaba, empuño su espada con las frías intenciones de matar al pobre hombre que aún estaba absorto en la belleza encantadora de helena.

-- Quieres morir ya o después de acabes con tu inspección a MI esposa!!!!

Un grito tan grave y poderoso que el lacayo saltó hacia tras cayendo en sus propios glúteos, el rugido feroz del general alertó al capitán que se encontraba a pocos metros con un grupo de soldados entrenando y al darse cuenta de la situación corrió velozmente a apaciguar las brumosas aguas oscuras del general Eros,

-- señor, calmese por favor, es joven no sabe lo que hace, por favor vamos a dentro, y usted, le habló al lacayo, ya puede irse a las cabañas el mayordomo lo guiará, habló para que el joven saliera de ahí con vida.

Helena había detenido sus pasos cuando escucho los gritos del general y no quería entrometerse en los asuntos de su esposo.
Pero la curiosidad le ganó y salió al encuentro con su general, llevaban muchos días sin hablarse, ella aún cree que su esposo la detesta pero no se da por vencida y lo intercepta en el camino a la mansión.
-- esposo, estás bien? Pasó algo? Quien es ése hombre? Te duele la herida?
Eran tantas las preguntas que hacía al tiempo helena que no se daba cuenta de lo tierna y jodidadamente caliente que ponía a Eros.

Éste detuvo su andar y miró serio al capitán dándole a entender que se marchara y así lo hizo rápidamente.

Él estaba muy furioso, molesto, celoso....

-- si estoy bien, no Paso nada, es un enviado del rey y no me duele la herida.
__Le respondió tajante en el mismo orden de preguntas.

-- entonces porqué ibas a sacar tu espada, te molestó las noticias de su majestad?

Él la miró fijamente sintiéndose abrumado, no podía seguir así, ella es su esposa, su pequeña esposa pero no sabía como ser diferente con ella, no tan bruto.
-- sólo es un baile al que debemos asistir por los cumpleaños de la reina madre y estamos invitados, soy el general supremo es mi deber asistir y controlar la vigilancia del evento, así que debemos hacer acto de presencia, es para dentro de tres días, quedas informada.
__Habló serio y con su imponente voz que hacias estragos en el lívido de helena, sólo de escucharlo hablar tan fluido y varonil su entrepierna ya estaba más que húmeda y ella jadeo de exitación.

-- tienes vestidos para el evento? __Quizo saber Eros o tendría que viajar a la cuidad para buscarle uno acorde y digno de su esposa.

Ello lo pensó, tenía sólo los grandes vestidos de sus hermanastras y no quería hacer pasar vergüenza a su esposo.

-- yo.. yo no tengo esposo, __habló con una voz muy baja por la pena de pedirle a su marido dinero.
A él le encantó que fuera así, el quiere ser su todo, quien la complazca, la mime, le proteja, la exite, la satisfaga.

--Dios!! Estoy frustrado por esta mujer, __se dijo Eros ante la sumisión de su conejita.
--Te quiero comer!!!

Aunque le pareció extraño que ella no tuviera un amplio guardarropas, sabía que las mujeres de clase tenían a montones, y se supone que los padres de Helena son de la alta sociedad y con buena posición económica, porqué ella no? tenía que averiguar más.

__Eros se aclaro la garganta y le habló lo más educado posible.
-- después del almuerzo vamos a la cuidad, es sólo un viaje corto a caballo, así que estaré en el despacho para responder la misiva de su majestad.

Sin más se alejó sin decir nada, y Helena levantó la vista para ver su delicioso esposo, -- me encanta que sea un gigante...
__Habla en voz baja viéndolo caminar hacia la mansión.

Soltando un suspiro de enamorada, la joven va a la cocina a controlar que las empleadas domésticas estén con la comida lista para servir, para luego ir a asearse y cambiarse el vestido para ir a la cuidad, será la primera vez que vaya a salir con su general y también a una tienda de ropa, y ésos eventos la ponen muy feliz, poder disfrutar de estar con su esposo.

Ya habían almorzado en un silencio cómodo para ambos, y ya listos salieron a su pequeño viaje a la cuidad, dónde Eros en su bello caballo montó agilmente mientras helena estaba hipnotizada con él, y éste dándose cuenta se sintió fascinado que su esposa lo vea con ésos enormes y preciosos ojos color durazno, como si él fuera un dulce para saborear.

Soltando un suspiro, Eros sin problema alguno levantó agilmente a su conejita y la montó delante de él, quedando ella apoyada contra el pecho del gigante esposo, --una delicia piensa Eros oliendo el cabello de Helena.

El trayecto fue más que placentero para ambos, cada uno fascinado con el otro.

Se sentía jodidadamente bien abrazar a su esposa, por extraño que parezca, ella con su pequeño cuerpo encajaba perfectamente bien en sus brazos y su exitación se estaba convirtiendo en una tortura.

Por su parte helena sentía que algo enorme le rozaba el trasero, y se preguntó si era la espada de su esposo.

El general salió acompañado de sus guardias a una distancia prudente mientras veía cómo su dulce esposa se había quedado dormida, era una cosita pequeña que olia tan delicioso, él desde que ella entró a su vida, no ha hecho más que desearla, soñarla desnuda y sin contar las veces que se ha dado amor propio pensando en ella, imaginándose cómo será su cuerpo bajo esa ropa.
Era una tortura, deliciosa y pecaminosa pero al final una grata tortura.

Pasada una hora, llegaron a la cuidad cercana al pueblo dónde vive el general, con cuidado despertó a helena que totalmente ruborizada asistió ya que el olor de su esposo la relajó tanto que cayó en un sueño muy placentero.

Dejando su caballo con uno de sus guardias, el imponente hombre tomó de la mano a su esposa, se dió cuenta de las miradas de los hombres y sus comentarios sobre la pequeña mujer a su lado.

-- ésa es la esposa, dijo uno, tan hermosa que da lástima que haya terminado casada con ésa bestia, lo corroboro otro.

-- helena apretó su mano en la de Eros y éste volteó la cara para ver la más hermosa sonrisa y era sólo para él, su ego se infló e inconsciente le regresó el gesto haciendo que el enamorado corazón de Helena se calentara de emoción, preguntándose que ocasionó ésa sonrisa y estaba tan ansiosa por saber si ella era la razón y más se emocionó pensando si volvería a verla.

Eros tenía que visitar la ferretería para encargar una gran cantidad de herramientas para su mansión entre esas de jardinería para que su conejita disfrutará más con su huerta y su proyecto de un invernadero, al cual el general ya había empezado la construcción con más personal contratado, nunca creyó que sus terrenos necesitaran tanta gente y cuidado pero realmente le gustaba ser un hombre de campo.

-- esposa, llamó la atención de la joven mujer que estaba fascinada viendo los bonitos aparadores con hermosos vestidos, sombreros, zapatos y más bisuterías a las que ella jamás en su cortita vida había visto.

Reaccionó con la voz grave y dulce a la vez de su esposo y felíz de oir llamarla esposa...

-- sí esposo? Respondió felíz, y Eros emocionado por su reacción hacía él, ya que había aprendido a reconocer sus tonos de voz y gestos faciales.
-- voy a la ferretería, entra y compra todo lo que quieras, dijo suavemente mientras la ayuda a entrar, miró hacía el interior de la boutique y con un gesto terrorífico llamó la atención de la dependienta.

-- atiende a mi esposa como una reina, todo lo ella quiera es su orden, entendió?
Habló con voz de mando que la señora estaba asustada y solo se inclino a asentir, igual el general Eros Makridis era ley.

Despidiéndose de Helena con una mirada cálida, salió rápidamente a hacer sus asuntos mientras helena se midió todo tipo de vestidos, zapatos y accesorios pero sólo compró lo necesario sin excederse, y cuando estaba en el vestidor no se dió cuenta de que unos enormes ojos negros la estaban detallando cuando ella estaba probándose unas batas en encajes y sedas para cuando consuman su tan ansiada unión.

Mia.... dijo ésa grave y sensual voz.







Un Moustruo Adorable. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora