49. mi corazón nunca sentirá.

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La habitación estaba silenciosa, poco y se podía escuchar la respiración tosca y débil del omega sentado a la cama, a su lado yacía una caja de donas de cualquier tipo, algunas rellenas, masticaba una de ellas mientras seguía jugando con sus dedos armando una trenza de pequeños hilos, realizaba una pulsera -Quacks, alex vino a verte.

-Déjalo pasar- no levantó la mirada, mordió uno de sus labios inferiores tensando la mandíbula, luzu jadeó dando un lado al marco de la puerta, alexby se alzó acercándose al chico sentado entrelazando piernas sin quitar la mirada de los hilos -Voy a traerles té.

Dijo el alfa cerrando la puerta con sigilo -¿cómo haz estado?- pregunta alexby, jugando con la punta de sus pies.

-¿Tú cómo crees?- un escalofrío recorrió su espalda ante aquella respuesta, clavó sus uñas contra la parte exterior a sus rodillas -Perdón, no quise ser grosero.

Alex susurró, quackity dejó a un lado su pulsera casi terminada matándolo con la mirada más seca que podría haber, ese brillo que tenía de especial ya no estaban en sus ojos -Sigo enojado contigo porque quisiste llevarme a denunciar.

-Solo por eso?

-Alex, ni siquiera tuviste el valor de hablarme, le dijiste a luzu que me convenciera y después de todo quisieron forzarme a denunciar, no estaba listo- cruzó sus brazos frunciendo las cejas y levantando su cadera de la cama.

-No quiero, no quería que te alejaras más- quackity rechinó los dientes, se sentía cada vez más enfadado.

-¡Esa es tu única justificación! Ni siquiera fuiste a verme al juicio, llevan tratandome como un niño todos estos meses pues ya se acabó, quiero que te vayas de mi habitación- alexby se sorprendió, más porque los ojos de quackity estaban oscuros, llenos de oscuridad, estaban apagados.

-Quackity, yo no hice nada de esto para lastimarte, estos últimos días son enfermizos para mí y te aseguro que iré al juicio desde mañana, lamento haberte forzado a hacer cosas que no querías hacer, pero dime, si rubius te hubiera secuestrado, sí la policía no llegaba, ¿¡lo hubieras denunciado?! No, porque no eres un niño, pero sigues siendo vulnerable, pasaste meses de manipulación y aún te cuesta asimilarlo, quise ayudarte desde un principio.

-¡No necesito ayuda de personas hipócritas!- el menor lo empujó desde el pecho hacía la puerta que inesperadamente se abrió, luzu con el té en manos terminó con un choque y con el líquido ardiente en sus manos.

-Mierda- se quejó del dolor, Alex sorprendido tanto como el menor -¡Luzu! ¿Estas bien?

-Aléjate, lo vas a arruinar- responde quackity secando el té caliente de la piel tensa de luzu -Pero...

-¡Dije que te vayas! Si no quieres que te rompa la cara- alexby corrió despavorido de la escena cerrando la puerta de la habitación del hotel, sollozaba tratando de encontrar el ascensor.

-Voy a buscar algo para tu quemadura, espera un momento- luzu no quería admitirlo, no quería hablar o responder pero la voz, esos ojos, le recordaban tanto a rubius que le daba un terror siendo un alfa.

(...)

Fargan estaba contestando mensajes, había pasado el fin de semana junto a willy en su casa -Willy, estas seguro que no tienes problema con que me quede unos días?- el rubio negó con la cabeza, sus mejillas rosadas y una sonrisa amistosa.

-...extraño a alex- eso enloqueció a Willy, cómo podía ser que después de todo él siguiera enganchado con aquel mocoso de la esquina? Le ganaba por años y aún así no lo encontraba morboso? -Estoy seguro que él no te extraña, así que déjalo ir.

Dijo poniendo el plato en su mesa, era la comida favorita de fargan, acarició su mentón aunque aquel arqueara la mandíbula hacía atrás -no tenías que ser tan específico.

Agarró los cubiertos punzando la carne y masticandola con sus dientes, seguía con la expresión más deprimente que Willy pudiera ver. Fargan aunque quisiera, no podía olvidar la noche que estuvo con Alex, que sí bien fue divertido y placentero, caía más en cómo se había sentido amorosamente ante él, tenía tantas ganas de morderlo, de hacerlo suyo incluso si era momentáneo, y tenía ganas de tener citas, esconderlo en su trabajo o realizar una tonta cena cómo lo hacen las parejas.

-Fargan, tengo que ser franco contigo- dijo levantándose de la mesa y guardando el mantel de cocina que tenía agarrado a la cintura para acercar pasos al chico en frente -Estos años me he dado cuenta que; me enamoré de ti.

No quería oir esas palabras de Willy, estaba consternado, confundido, no quería el tacto pero aún así cuando willy alzó sus labios al frente guiando sus mejillas a su rostro y sellando el silencio con un beso, fargan acarició su pequeña cintura correspondiendo incluso si solo era un soporte emocional para curar el dolor de pecho que le había provocado Alex.

La puerta se abrió de forma silenciosa, no lo habían notado por la pasión de sus besos pero aquel chico, aquel menor que ellos, alexby yacía sujetado a un bolso mientras veía la escena con consternación -Lo siento, no quería interrumpir, Willy, me podrías dar, me podrías dar agua?

-Sí, claro, dame un segundo- su rostro estaba rojo pero sonrió amable yendo hacía la cocina, fargan se levantó sentándose a su lado sin pestañar -Alex, yo.

-No tienes que explicarme nada, fargan, te deje plantado borracho y ahora tienes novio, no es algo para...- en realidad sí le dolía, y ni siquiera sabía el porqué, por primera vez dolía, dolía ver sus labios hinchados por los besos o pequeño labial de fresas al rededor de aquellos.

-Yo no lo besé porque fuera mi novio, es complicado, podemos hablar?- alexby negó con la cabeza -perdón, no tengo ganas.

-Aquí está el agua, ¿algo pasó?- incló sus rodillas quedando de cuclillas lo miraba alzando el vaso de agua a sus labios, fargan no sabía cómo reaccionar, si fuera por él, lo hubiera besado tal cual, lo hubiera abrazado, antes de que Alex comenzara a llorar.

-Lo arruine todo, arruine mis amistades, a mi mismo, arruine mi vida- sollozaba, tratando de beber del agua, sorprendentemente Willy se alzó abrazando su cuerpo.

-Podrás arreglarlo, pero necesitas calmarte- fargan sentía ese sentimiento que comía su corazón poco a poco, ese dolor de impotencia, como que había arruinado aún más las cosas, no debió ni haber sentido los labios de Will pegados a él.

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora