𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟑; 𝕭𝖔𝖓𝖎𝖙𝖆 𝖗𝖊𝖚𝖓𝖎𝖔́𝖓 𝖋𝖆𝖒𝖎𝖑𝖎𝖆𝖗, 𝖎𝖉𝖎𝖔𝖙𝖆...

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Capítulo 3; Bonita reunión familiar, idiota...



Alec tuvo que detener la pelea que estaba por empezar con Percy, quería adelantarme y usar a Zidian con el escudo que, literalmente, me hacía invisible, Percy no quería dijo que era demasiado arriesgado, intentando convencerme, o bien íbamos todos...

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Alec tuvo que detener la pelea que estaba por empezar con Percy, quería adelantarme y usar a Zidian con el escudo que, literalmente, me hacía invisible, Percy no quería dijo que era demasiado arriesgado, intentando convencerme, o bien íbamos todos juntos o nadie, y el hijo de Ares estaba muy de acuerdo con aquello.

Al final, ignorando las súplicas de Tyson, lo que en parte me hizo sentirme mal, nos detuvimos en la cabina que nos habíamos quedado el tiempo suficiente para sacar las cosas necesarias, pero pasara lo que pasara, no estaba en nuestros planes pasar otra noche en aquél barco de mala muerte. Yo guardé las pastillas y revisé tener a Zidian, mientras que Alec y Percy se encargaron de no dejar nada fuera de lugar, y el último se encargó de guardar el termo de Hermes, finalmente Tyson insistió en llevar todo a pesar de que nosotros no queríamos, Alec le mencionó a Percy que no se preocupara, después de todo, Tyson, cómo cíclope, podía llevar las tres bolsas llenas en su hombro con la misma facilidad que tuviera una sola.

Pasamos lo más inadvertidos que pudimos por los pasillos. Siguiendo los ridículos carteles dónde te señalaban en qué parte el barco estábamos, de vez en cuando me adelantaba, explorando, pero preferíamos escondernos cada vez que alguien pasaba, la mayoría de las personas eran pasajeros trasformados en zombis con los ojos vidriosos.

A medidas que subimos las escaleras Alec tiró de nosotros susurrando un "ocúltense" 

Había oído a un par de chicos que venían por el pasillo

—¿Viste el dragón etíope en la bodega de carga? —preguntó uno de ellos.

El contrario se rio.

—Sí, es increíble.

Apreté el brazo de Percy, levemente nerviosa, conocía la segunda voz.

—He oído que tiene dos más por venir —dijo la voz familiar —Siguen llegando a ese ritmo, y oh hombre, no hay competencia.

Las voces se iban desvaneciendo por el pasillo.

—Ese era Chris Rodríguez —miré a Alec, este asintió con una mirada somría —¿Qué estaba haciendo un mestizo acá? —sacudí la cabeza, no podía ser lo que yo estuviera pensando 

Seguimos bajando por el corredor, no necesitábamos un mapa para saber que estábamos más cerca de Luke, después de todo, una presencia me dejaba muy inquieta, la de la mismísima crueldad.

—Kim —Alec llamó mi atención, se detuvo de repente —Mira.

Se puso de pie delante de una pared de cristal mirando hacia el cañón de varios pisos que pasaba por el centro de la nave. En el fondo era el paseo a un centro comecial lleno de tiendas, por eso no era lo que había llamado la atención de mi mejor amigo.

𝕰𝖑 𝕸𝖆𝖗 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝖒𝖔𝖓𝖘𝖙𝖗𝖚𝖔𝖘 | 𝕻𝖏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora