𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟖; 𝕾𝖆𝖑𝖎𝖒𝖔𝖘 𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖙𝖊 𝖞 𝖈𝖔𝖓 𝖚𝖓𝖆 𝖘𝖔𝖗𝖕𝖗𝖊𝖘𝖆 𝖊𝖓 𝕸𝖎𝖆𝖒𝖎 𝕭𝖊𝖆𝖈𝖍

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Capítulo 8; Salimos a flote y con una sorpresa en Miami Beach

Capítulo 8; Salimos a flote y con una sorpresa en Miami Beach

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NARRA KIM

—Debe pesar mucho esta cosa —murmuró, Alec apretaba los labios y su agarre con ella.

Asintió en respuesta.

—¡Falta poco! —gritó Grover, era verdad.

El barco se seguía acercando a ellos de la misma forma que ellos a él barco.

No fue difícil para la mayoría nadar, pero yo intentaba ayudar a Alec usando un brazo mientras sujetaba con fuerza el vellocino con la otra.

Estaba pálida, con grandes cortes en la cara y los labios resecos, sentía el cuerpo pesado, cómo si llevara un par de enormes bolas de hierro tirándome hacia abajo.

Todos tenían sed y hambre, Clarisse tenía marcas de atadura al estar colgada de la cueva de Polifemo.

Pero estabamos vivos y eso era un alivio para mí, ni siquiera podía explicar lo que relamente había pasado cuando estaba "muerta", por decirlo de alguna forma.

Fue un alivio para todos el lograr subirnos al barco, pero lentamente la situación iba a peor.

—Se está hundiendo, muy rápido —dijo Percy de repente.

Y así era, el vengador de la reina Ana crujió y la proba se iba inclinando con mucha rapidez, como si nos fuéramos a deslizar por un tobogán.

Alec no soltaba su agarre, aunque Clarisse se ofreció a cambiar con él.

—¡Polifemo golpeó el barco cuando estaba tirando piedras! —dijo Grover, mientras iba a casi el final, efectivamente un hueco enrome seguía allí.

—Podría mantenerlo a flote, pero no tengo la fuerza necesaria —contestó Percy, tan cansado como todos allí.

Todos nos estábamos hundiendo con demasiada prisa, los mástiles estaban siendo tragados por el agua, y lo peor era el tragadero que se había formado alrededor, algo que pasa cuando un barco se esta yendo a pique.

Clarisse era una de las mejores nadadores del campamento, y aún así no estaba pudiendo hacer mucho contra la corriente.

Me preocupaba los enormes pedazos de madera que giraban a nuestra vuelta, un golpe con eso bastaba para dejar inconsciente a cualquiera de nosotros.

—Pídele ayuda a tu pad... —dijo Alec entre gritos

—¡Rainbow! —gritó de repente Tyson, cortando al hijo de Ares, emocionado.

Me quedé mirándolo, no era momento de que alucinara a los hipocampos, hasta que vi un montón de figuras de colores saltando alegremente en el agua.

No los estaba alucinando.

𝕰𝖑 𝕸𝖆𝖗 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝖒𝖔𝖓𝖘𝖙𝖗𝖚𝖔𝖘 | 𝕻𝖏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora