¿Sobrevivir un verano extrañamente particular al campamento mestizo en el cual casi acabo sin una cabeza? Fácil
¿Descubrir que aquella persona que le tenías confianza, por más que no se llevaran bien, los traicionó? Bueno, eso ciertamente dolió.
¿Te...
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—Y eso porque no han visto al nuevo director de actividades —dijo Jimin, suspirando.
Nos encontrábamos Alec, Xiao, Jimin, Yibo y yo encerrados en la cabaña de Dionisio.
—¿No puedes volver a intentar hablar con tu padre? —preguntó Xiao.
Jimin negó.
—Ya me dejó muy en claro que solo estaba cumpliendo órdenes de Zeus, y saben que no se puede hacer nada contra ello.
—Tantalo es de lo peor —afirmó Yibo, con una leve mueca.
—¿Tantalo? —pregunté.
—¿No notas extraña la cosa? Es el nuevo tipo que viene a suplantar a Quirón —lec gruñó, molesto—Llegaría hoy en la mañana, antes que nosotros.
—No lo ví —murmuré.
—Estabas demasiado ocupada gritando groserías al señor D como para notarlo, quien por cierto, se estaba divirtiendo con tu show.
Me encogí de hombros, no podía importarme menos.
Habían pasado ya dos semanas desde que habíamos llegado a el campamento mestizo, hice tantas locuras en estas dos semanas que seguía sin saber por qué el señor D todavía no me había convertido en una marmota o algo así.
Miré por la ventana, fruncí el ceño al notar el revuelto afuera.
—Creo que está pasando algo —avisé, salí sin esperarlos.
—¡Lee! —el hijo de Apolo estaba corriendo en dirección al árbol de Thalia con el arco en mano. —¿Que sucede?
—Estamos bajo ataque, toros de cólquide.
Palidecí.
Si había algo que no me gustaban, eran los toros, algo irónico porque inclusive mi signo zodiacal era Tauro.
Salí disparada persiguiendo a Lee.
—¡Patrulla fronteriza, pégense! —gritó Clarisse.
Por qué sí, Clarisse era la jefa de la patrulla que habíamos creado inclusive aunque el señor D no estaba de acuerdo, y, hasta lo que me había llegado a los oídos, el tal Tántalo.
Observé cómo los guerreros que iban con ella empezaban a dispersarse, sin acatar su orden, mientras algunos hijos de Apolo tiraban flechas intentando cubrir a los guerreros y, casi toda la cabaña del dios del Sol, estaba intentando ayudar a los heridos por los chorros de fuego lanzados por los toros.
